Naruto - La diferencia que puede marcar un beso

Capítulo 11: La princesa babosa y el sapo

Tsunade se había propuesto encontrar la mejor forma de escapar de los diversos prestamistas que la perseguían. Por eso, en cuanto ella y Shizune se habían registrado en el B&B y antes incluso de sentarse en una de las mesas de juego, había encontrado el viejo rastro de cazador que ella, Shizune y Tonto estaban utilizando para escapar de Jiraiya. El único inconveniente era que, para acceder a él, habían tenido que salir por la puerta principal, y hacerlo fuera de la hora punta de la mañana habría llamado la atención, a pesar de que habían sido protegidos.

Tsunade miró por encima de su hombro y vio que Shizune estaba decepcionada por su decisión, pero estaba segura de que Shizune lo superaría. Tsunade pensó que Jiraiya sólo estaba hablando con dureza y dudaba que la Hokage la marcara como ninja desaparecida. Se dio cuenta de que su aprendiz lo desaprobaba, así que le dijo: "Tranquila, Shizune. No hay forma de que dejen que se sepa que me negué a volver y me abofeteen con el estatus de ninja desaparecida".

"Como usted diga, Lady Tsunade", respondió Shizune con calma.

A Tsunade no le gustó el tono, pero supuso que la mujer no estaba tan segura como ella. Por supuesto, Tsunade apostaba por el hecho de que estaba en lo cierto y teniendo en cuenta su historial para esas cosas. Pensó que Shizune podía estar muy preocupada e intentaba no demostrarlo.

Tsunade intentó que el silencio de Shizune no la molestara, pero no podía evitar la sensación de que algo había cambiado entre ellas. Estaba a punto de pedirle a Shizune que le contara lo que pensaba cuando su atención fue reclamada por cierta figura que salía de detrás de un árbol del sendero. Sorprendida al ver de quién se trataba, dijo: "¡Jiraiya! ¿Pero cómo...?"

Riendo ruidosamente en la forma en que él lo hacía cuando ella sabía que Jiraiya estaba tratando de evitar la verdad, él dijo: "Porque soy un sabio".

Estaba a punto de preguntar la verdad cuando Shizune pasó junto a la Sannin femenina, sosteniendo su maleta delante de ella, y dijo: "Está bien, Señor Jiraiya". Girándose para mirar a la mujer que la había entrenado durante años, su primera aprendiz dijo: "Yo fui la que le dijo a Jiraiya lo de tu ruta de escape".

"¡Qué! Por qué pequeña traidora, después de todo lo que he hecho por ti."

"Tsunade," dijo Jiraiya firmemente.

Pareciendo dolida pero comprensiva, Shizune dijo, "Lo siento, Lady Tsunade. Pero no puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo sigues desperdiciando tu vida y manchando tu nombre. Te has convertido en una especie de criminal con todas las enormes deudas que has acumulado a lo largo de los años. Incluso te has rebajado al nivel de planear no pagar de antemano. La verdad es que... ya no eres la mujer que mi tío amaba".

Oír eso de Shizune fue como un puñetazo en las tripas, pero Tsunade, después de años evitando revelaciones tan dolorosas, hizo lo que se suele hacer en una situación así y fue arremeter. Dijo: "De verdad, si te has cansado tanto de mi compañía, Shizune, no tenías por qué haber recurrido a tales extremos. La verdad, hace años que podría haber prescindido de tu actitud de madre gallina".

Shizune se esperaba un exabrupto así, pero aún así le dolió oír que Tsunade pensaba tan poco de ella. Aunque pensara que no estaba siendo sincera.

Tsunade fulminó con la mirada al grupo reunido y continuó su camino hasta que Jiraiya se puso delante de ella. Se encontró con su mirada, sus ojos brillando con ira, y dijo: "¿Vamos a hacer esto? Por si lo has olvidado, ya te he llevado al hospital antes".

"¿Cómo podría olvidarlo?", dijo Jiraiya, intentando que su falta de ganas de luchar contra ella no se notara en su voz, añadiendo en broma: "Es una de las vistas que podrían hacer que cayera muerto como un hombre contento".