════ ⋆★Grid 2012★⋆ ════
En la madrugada la mayoría estaba reunido en la sala con sus maletas listas. El momento de indecisión al irse era que el único que no estaba con ellos era Max.
Michael no quería irse sin su hijo, pero claro estaba que ya llevaban un tiempo esperando a que Max saliera de su habitación y nada. El alemán no había podido ir a buscarlo porque Jos se lo había prohibido.
—Dijiste que sin excepciones. —le recordó el neerlandés— Si no aparece en los próximos 5 minutos, se van ustedes y lo dejan durmiendo.
Michael suspiró, claramente frustrado. Miraba su reloj cada pocos segundos, él claramente no quería dejar a Max.
—Él dijo que estaría listo... —murmuró, más para sí mismo que para el grupo
Sabía que Jos tenía razón, pero la idea de marcharse sin Max no lo convencía.
Mientras tanto, Kimi y Valtteri intercambiaban miradas de complicidad, tratando de ocultar su diversión, y Daniel intentaba disimular su risa tras la mano.
—Tic, tac, Michael... —dijo Jos con un tono ligeramente burlón, cruzado de brazos junto a la puerta—. Si lo esperas más, nunca aprenderá la lección.
Michael suspiro y asintió.
—Vámonos. —todo el mundo tomó su maleta y caminó hacia el garaje
Lo que claramente no se esperaban era ver a Max jugando en su celular con los audífonos ya sentando en el auto.
—¿Listos para irnos? —preguntó como si nada, sin dejar de jugar en su celular y sacándose los audífonos
Jos frunció el ceño y se tapó la boca para que no lo vieran reírse.
—¿Todo este tiempo estuvimos esperando... porque estabas aquí fuera jugando? —preguntó, con un tono que intentaba mantenerse serio
Max simplemente se encogió de hombros y sonrió despreocupado.
—Les dije que estaría listo. Llegué a tiempo, ¿no?
Jos soltó una carcajada, palmeando a Michael en el hombro mientras negaba con la cabeza.
—Definitivamente tu hijo. —se burla el neerlandés y le da un beso en el cabello a su hijo antes de volver a la casa— Diviértete, Maxie.
Mientras el auto arrancaba y salían del garaje, Nico y Daniel compartieron una sonrisa divertida en el asiento trasero, y Lewis murmuró:
—Si no fuese porque es Max, habría jurado que nadie tenía tanta suerte. Michael nos hubiera dejado a cualquiera de nosotros.
Max solo sonrió, reclinándose en su asiento con satisfacción.
Los doce llegan al aeropuerto, suben al avión y no demoran en caer dormidos. Michael, desde su asiento, observó a sus "doce dolores de cabeza". Nico y Lewis estaban acurrucados cada uno en su asiento, con las cabezas inclinadas hacia un lado; Daniel dormía profundamente con los auriculares puestos, mientras que Sebastian y Kimi compartían una manta en sus respectivos asientos. Mark y Fernando hicieron lo mismo. Jules y Valtteri hacían lo mismo. Max, a pesar de todo el esfuerzo por llegar a tiempo, había caído rendido rápidamente. Felipe y Jenson terminaron acostados a lo largo de los asientos.
Michael ajustó su asiento, se relajó y pensó en la tranquilidad que tendría por un tiempo. Aunque sabía que en cuanto despertaran, la paz se rompería en un instante.
Era difícil imaginar que estos chicos, quienes parecían tan tranquilos ahora, eran los mismos que llenaban sus días de caos, bromas y madrugadas a deshoras.