🍰 OZELLE DE OZ , es una joven encantadora, hija del legendario Mago de Oz y Glinda, la Bruja Buena. Desde muy pequeña, ha mostrado un carácter dulce y amoroso, irradiando bondad y alegría allá donde va. Heredó la magia de ambos padres, aunque no su...
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La Tierra de Oz es un reino mágico lleno de colores vibrantes, criaturas fantásticas y maravillas desconocidas, donde la naturaleza parece estar viva con un toque de magia. Su cielo es de un azul profundo, salpicado de nubes doradas, y el sol brilla de una forma distinta, más cálida y dorada. Los paisajes de Oz varían de las colinas esmeralda y los bosques encantados a las praderas doradas y los ríos de aguas cristalinas que reflejan la magia del entorno.
La ciudad Esmeralda, en el corazón de Oz, es su joya más brillante. Los edificios están hechos de piedras preciosas que relucen con cada rayo de sol, y las calles son adoquinadas en tonos verdes resplandecientes. Es un lugar donde lo imposible parece posible, y donde cada esquina guarda un misterio o una criatura que desafía la lógica. Los habitantes de Oz, desde las hadas y los magos hasta los seres míticos y animales parlantes, son tan únicos y encantadores como el paisaje que los rodea.
El carruaje de cristal avanzaba por los aires mientras los cuatro villanos veían el lugar sorprendidos.
- Brilla como miles de diamantes - Dijo Evie sorprendida.
- Esmeraldas - afirmó Ozelle a lo que solo Jay la volteó a mirar.
- Si que brilla... - murmuró Mal.
El carruaje llegó a las afueras del castillo Esmeralda y los cinco bajaron.
- ¿Este es tu castillo? - preguntó Evie viendo el monumento frente a ella.
- De hecho no es mio, este castillo le pertenece a los habitantes de Oz - respondió la castaña comenzando a caminar hacia la puerta en donde tres figuras esperaban al grupo - Mami - sonrió corriendo a abrazar a la rubia.
Glinda, con un rostro angelical y un aura de bondad incluso más notoria que la de su hija se encontraba abrazando a la joven princesa - Cariño, te extrañamos - acarició el rostro de su hija mientras cierto mago se acercaba con una sonrisa pícara.
- Zelly - la llamó en un susurró antes de abrazarla, a lo que la joven rió un poco abrazándolo también - mí chica favorita, creí que te olvidaste de tu tan lindo padre
Ozelle se carcajeó - no, no me olvidé de ti papá, incluso te traje galletas de las que te gustan.
- ¿De las de canela? - preguntó Oz con una sonrisa de niño travieso, sus ojos oscuros brillando con emoción.
- Sí, de las de canela - respondió Ozelle, divertida, extendiéndole una pequeña bolsita adornada con cintas verdes y doradas.
Oz tomó la bolsa como si fuese un tesoro invaluable y, con un guiño a su hija, exclamó:
- Sabía que eras mi favorita por alguna razón.
Mientras ambos reían, Osmond se acercó, observando a su hermana menor con una sonrisa. Estaba vestido con un elegante traje verde esmeralda, que resaltaba su porte regio, pero sus ojos, idénticos a los de Ozelle, revelaban una calidez sincera.
