Entre lazos y magia [Aruani]

Capítulo 4: Unión

El rostro de Armin fue una explosión de emoción y nervios al escuchar mis palabras. Sabía perfectamente que estaba haciendo, pero prefería arreglar las cosas a mi manera que esperar otra sorpresa por parte de la su manada. Las brujas éramos concretas, era o no era, ya reflexionando de lo que paso y sus palabras, debo dar el paso, pero él también tendrá que demostrarme que lo nuestro no es solo por la magia y el lazo, si no, realmente fue encontrar a nuestra otra mitad, nuestro compañero al segundo de que nuestras miradas se unieron.

Al entrar a casa encendí las luces, el bosque seguía oscuro, aun quedaban un par de horas para que todo comenzara a funcionar.

-Puedes irte a duchar, el agua caliente sale natural, te prestaré algo de ropa para que puedas ocupar mientras tu ropa se lava y se seca -Me saqué la capa después de dejar la cesta encima de la mesa.

-No es necesario, puedo-...

-No, no dormirás en el sofá, además hueles a pantano.

Subí las escaleras para ir a la habitación de invitados que tenía. Saqué una camiseta blanca y unos pantalones de pijama largos ¿Por qué tenía ropa masculina? Siempre pasaba algo con los chicos del aquelarre o el clan de vampiros, entonces debía de estar preparada par dar la ayuda necesaria. Tomé una toalla y las dejé en el baño.

-Listo, puedes subir -Mencioné bajando las escaleras.

-¿Y tú? ¿Te quedarás así? Será mejor que tú vayas primero a ducharte, mi sistema inmunológico es mejor, puedo soportar más tiempo. -Agregó posando sus manos encima de su torso como mero gesto.

Negué rápidamente, suspiré tratando de tener paciencia con el hambre y sueño que tenía en el cuerpo.

-Mientras tú te bañas, yo prepararé algo para comer antes de ir a dormir, ambos estamos cansados Arlert, no hagas más tiempo, anda.

Me dirigí a la cocina para prender el fogón y colocar una olla con agua. Una crema de verduras con una bebida caliente nos hará bien y podremos dormir hasta medio día.

Pude escuchar un gruñido antes de sus pisadas marcadas en la escalera. Vaya lobo, no recordaba al rubio tan terco ¿O tal vez me estaba mostrando su lado bonito?

Fueron solo 10 minutos cuando volvió al primer piso, estaba con la ropa que le había dejado en el baño, el cabello aun húmedo y en su rostro se veían vestigios del cansancio de pasar toda una noche en un lugar frío y húmedo como lo era el cementerio. Yo había aprovechado de encender la chimenea y preparar la crema de verduras.

-Dejaré la tetera puesta, iré a bañarme, descansa mientras o si quieres comer, está listo. -Mencioné tomando la capa para dirigirme al segundo piso.

-Te esperaré -Dijo sentándose en el sofá aun con la toalla encima de la cabeza.

Lo miré unos segundos y subí rápidamente. El baño estaba cálido, el vapor del agua caliente, el olor a jabón y la poca luz que entraba por la ventana daban un ambiente muy relajante. Mi cuerpo se relajó demasiado al sentir el agua, la anemia me había atacado bastante, el sueño igual, el hambre solo agravaba mi humor y mi magia revoloteaba por mis manos al saber que estaba en casa junto a la persona que pensaba que iba a ser imposible estar. La vida da muchas vueltas, pero no quería pensar lo que se venía por delante, tenía que ir con cuidado... ¿O no? Podría salirme con la mía, podría convencer hoy mismo a Armin de unirnos, podría utilizar el lado obsesivo de mi esencia y poseer lo que yo quería, utilizar mi magia para alcanzar lo que anhelaba.

¿Qué mierda estaba pensando? Yo no era así, menos con las personas.

Suspiré ya cansado, el estrés me hacia pensar estupideces.