II:I Los mejores amigos

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Narra Mike.
Vi a Vicki salir a toda prisa de la enfermería, estaba muerta en llanto y distraida. La grite pero no me escucho. Tal parecía que solo quería estar lejos de aquel lugar. Entre deprisa a la enfermería y me encontre con lo que seguramente era el mótivo del estado de mi amiga. Adry estaba en el piso, con la cabeza entre las manos mientras que Silvet estaba a su lado, abrazandolo. La rabia me inundo, si este pendejo le había hecho algo a mi Vicki se iba a arrepentir. Lo tome de la camisa, levantándolo. Su labio ligeramente partido y con una fina hilera de sangre. Algo malo había pasado aquí, no me cabía duda.
A-Se puede saber que coño le hiciste a Vicki... ¿Por que ostias salio hecha un manojo de lágrimas?- Lo sacudí de forma violenta por la rabia de ver a una de mis mejores amigas llorar.
-N-nos vio besandonos. - Hablo con la vista desenfocada.
Aquello me tomo por sorpresa. Sinceramente no creí que el Adry fuera capaz de algo así, sobre todo no creí que fuera tan estúpido como para cambiar a una mujer como Victoria, por tan poca cosa como lo era Silvet.
-No quiero que te cerques a ella- acerque su rostro al mío, casi escupiendole al hablar, quería que entendiera que hablaba enserio-, porque si lo haces te mataré. ¿Esta claro? No quiero que mis amigas sufran por gilipollas como tu. - Lo empuje, haciendo que se golpeara fuertemente contra la pared mientras se resbalaba hasta quedar en su posición inicial. Silvet se acerco rápidamente hacía él y lo abrazo. Era patético verlos juntos. Me gire y salí de ahí, tenía que encontra a Vicki, no quería dejarla sola y menos en ese estado.
Los pasillos estaban desiertos, había perdido más de media hora de clase pero tenía que encontrarla. Entre al servicio de las chicas y la llame, pero nadie me respondio. Corrí hacia otro punto del instituto y nada, mire aula por aula y seguía sin encontrarla.
¿Dónde mierda se habrá metido esta Vicki?
Narra Vicki.
Estaba en el patio fumandome un cigarrillo cuando vi la sombra de mi amigo acercarse. Me limpie los ojos y luego senti los familiares brazos de Mike envolverme.
-Vicki... me tenías preocupado. ¿Donde te metiste niña?
-Perdona Mike, es que... - no pude terminar, me puse a llorar de nuevo.
-Shhh- acaricio mi cabello -, no pasa nada, ya estoy aquí, no tienes que contarme nada, ya lo sé.
Levante la cabeza de su pecho y lo miré.
- ¿Como lo sabes?- pregunte sorbiendome la nariz.
-Pues saliste tan rápido que se te olvido que te estaba esperando. Así que me espante cuando te vi así y entre, lo enfrente y me lo confeso todo.
Sentí mi corazón encogerse más. Esto que me pasaba era digno de una pesadilla.
-Es un desgraciado Mike, no tenía que haberme enamorado de él. - Mike me abrazo más fuerte y me beso la cabeza.
La campana sonó y nos encaminamos al salón. Ya nos habíamos perdido una clase, no nos podíamos perder más. Mientras caminabamos por los pasillos no encontramos a Nay, que al verme cabizbaja enseguida empezo con su interrogatorío sobre que era lo que me pasaba. Así que se lo conte, todo tal cual como lo había vivido y como me había sentido. Nay hizo coraje junto conmigo y lanzo veintemil improperios hacia aquellos dos que me dañaron.
-Ya mi niña- Nay beso mi frente y se alejo de mí, -deja de llorar que tú vales mucho más que ellos dos. Ya se arrepentirá el idiota de Adry por haberte perdido. Ya lo verás.
Sonreí con los ojos acusos y abrace a mis dos mejores amigos al mismo tiempo, haciendo que nuestras cabezas chocaran.
-Muchas gracias por estar conmigo. Sois los mejores amigos que he tenido. - Los tres reimos y nos dirigímos a nuestros salones.
El resto del día trasncurrio en una nebulosa de los recuerdos que había acumulado con Adry, y en el momento exacto en el que mi cuento de hadas llego a su feo final. Mi principe de chocolate se había derretido y había dejado en su lugar a un sapo horrendo que solo me lastimo el corazón.
La campana sono, indicando que las clases habían finalizado. Tome mis cosas y salí del salon junto con mis amigos.
-Me despido chicas que me tengo que ir.
-Ya... pero te tengo que contar algo.
-Mañana me lo dices. - Nos dió un beso rápido a las dos y se marcho dejandome con la palabra en la boca.
Tonto Mike.
Mientras caminaba con Nay pude ver al Adry con Silvet, trate de no darle mucha importancia aunque por dentro me estaba desmoronando. Doble por otra dirección y mi amiga me siguió. Cuando llegamos a mi calle nos despedimos y quedamos para platicar más tarde para ver si su madre la dejaría ir la viaje conmigo.
Llegue a mi casa. Mi madre no había llegado del trabajo pero no debía de tardar tanto. Subi a mi habitacion y me deje caer en la cama, justo cuando me estaba por dormir, mi móvil sono. Lo cogi pero era un número desconocido.
-Bueno... ¿Quién habla?
-Ya tan rápido te olvisdaste de mí. - Nay estaba en la otra linea.
Solté una risa.
-No tonta, pero si llamas con otro número no puedo saber que eres tú, no soy adivina.
-Yaa... es que el mío lo tengo apagado, pero te quería llamar de una vez para decirte que mi madre si me dejo ir, solo que tengo que estar aquí el día 6 para arreglar unos papeles.
Hice mis calculos rápidamente y me sente en la cama.
-Pero Nay... solo serían una semana y tres días y yo me quiero quedar dos semanas...
-Te quieres quedar más tiempo por lo que paso ¿verdad?- jodida Nay... me conocía bien.
Suspire.
-Sí, ya sabes, quiero despejar la mente y no pensar en eso.
-Vale... te quedas dos semanas pero yo me regreso antes.
No quería estar sola en un lugar extraño, quería estar con mi mejor amiga diviritiendome al máximo. Así que se me ocurrio una idea mejor.
-Espera... ¿Y si mejor nos vamos el miércoles? Así ambas hacemos dos semanas. ¿Que dices?
Hubo un breve silencio en la otra linea.
-Pero... ¿No que el miércoles comprarías el boleto?
-Lo podemos ir a comprar mañana después de clases... ¿Qué dices?
-Vale caracola, esta bien. Nos vemos mañana, un beso.
-Un beso fea. - Finalize la llamada y baje a la cocina para encontrarme con que mi madre ya había llegado y estaba sirviendo la comida.
Me sente y ella lo hizo junto conmigo.
-Ma... ¿Me puedo ir el miércoles? Es que Nay ira conmigo pero tiene que estar aquí el día 6 y yo quiero hacer más tiempo.
Dejo la cuchara en la mesa y bebio un poco de jugo, luego me miro.
-Esta bien, pero, ¿como es que tu novio no te acompaña?
Trague con pezades mi comida junto con un nudo que se formaba al recordar al Adry. Quería decirle a mi madre la verdad, pero opte por mentirle, no tenía ganas de hablar de lo sucedido de nuevo.
-Él tiene que hacer unas cosas en Almería y no podrá. - No la miré mientras le decía, no me gustaba mentirle a mi madre, pero mi corazón no podía soportar seguir recordando aquel mal trago.
-Vale, pero tendrás que buscar un departamento descente para las dos, si estarán tanto tiempo tiene que sentirse comodas.
-Sip, al rato buscare sitios ma, no te preocupes.
Me acerque y la bese en la frente. Recogí la mesa y fregue los platos y luego me fui a mi habitación.
Me deje caer en la cama, cogí la PC y la abrí. Me puse a platicar con Nay por Messenger. Le pregunte sobre si conocía algun sitio en Hollywood donde pudieramos rentare departamentos, me mando un link y seguimos con la platica, pero sentía a Nay un poco apagada y luego recorde que su cita con aquel chico que conoció por internet era el viernes, y nosotras nos ibamos el miércoles. Me sentí mal por ella, pero lo entendió, y decidió que lo vería cuando regresemos de viaje. Total, no se lo quitarian, sería un completo idiota si cambiaba a Nay con lo guapa que estaba. Un rato despues de seguir pláticando con ella se despidió.
Cerre la PC y me fui al baño. Abri el grifo y llene la tina, me despoje de toda mi ropa y me metí en la bañera, dejando que el agua caliente me relajara los músculos tensos por todo el desastrozo día que tuve. Unos veinte minutos depués salí del baño con mi pijama puesta. Me sente en mi cama y tome la foto que estaba en mi mesita de noche: una foto de Adry.
Menudo cabrón de porquería.
Cogí el mechero que tenía a su lado y prendi la foto, la avente al piso para ver como las llamas consumian el rostro de Adry. Sentí que una parte de mi se hizo cenizas también. Después de tanto amor, de haber luchado hasta el cansancio por que se fijara en mí, porque me quisiera, me hacía esto. Era un maldito. Un maldito bastardo que no tenía corazón.
Ahora yo tampoco tenía corazón. Él me lo había roto, desgarrado en mi pedazos que serían imposibles de recomponer. Me limpié las lagrimas y puse música. No tenía hambre, así que no baje a cenar. Tome mi almohada y me avente en la cama mientras la significativa letra de Savior me acariciaba los oídos.
Ya no podría amar. No como amé aquel idiota que me destrozo, ni siquiera estaba segura de si valía la pena hacerlo, después de todo, había descubierto que el amor no es como te lo pintan el los cuentos de hadas. Él principe no es principe, no hay un hada madrina para que cumpla tus deseos y la mala del cuento siempre se sale con la suya. Había descubierto el lado amargo, el lado feo del amor, y no le encontraba sentido a intentar sentirlo de nuevo.
Y así, con aquella desazón dolorosa, me deje envolver por el melancólico manto de tristeza que me enbargaba y me quede dormida.

Vendida al Rock Star (Andy biersack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora