II: Los mejores amigos

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Putos lunes.
Puta escuela.
Puta vida.
Miré mi reflejo en espejo y sonreí. Parecía un zombie, si mi madre me viera, seguramente le daría un ataque. Me lave los dientes y la cara, salí del baño. Me quede parada unos segundos, pensando si maquillarme o no. Aún estaba a tiempo, milagrosamente me levante temprano, así que deje de darle tantas vueltas al asunto y me maquille de manera sencilla, luego me vestí, porque por más que odiara la escuela, no iría con mi pijama puesta, al terminar cogí mi chaqueta de cuero y mi bolso y baje de las escaleras a la cocina.
Mi madre ya se había ido al trabajo, por lo tanto estaba sola. Abri el refri, cogí un zumo y una mazana y salí de la casa. Mientras caminaba, saque los cascos de mi bolsa y me los puse, y con la divina voz de Andy Biersack, me fui tarareando y comiendo para encontrame con Nay.
"Haeven's gone, the battles won
I had to say god bye
Lived and learned from every fable
Written by your mind..."
Doble por otra dirección y avente la manzana que ya había acabado junto con el jugo vacío. El ritmo de las guitarras era contagioso y fantastico. Admiraba muchisimo a esos chicos, y mi más grande sueño, era poder tocar la guitarra tan bien como ellos lo hacían.
"Dead and gone, what's done is done
Your all I have become
I'm letting go of what I once believed
So goodbye agony, goodbye agony..."
Mientras caminaba distraida, sentí como alguien se tiraba encima mío hacíendo que casi caiga al suelo. Con el seño fruncido voltee para ver de quien se trataba, aunque ya tenia una ligera idea.
-Oye tú, bajate que no eres una niña de 7 años, tu culo pesa. - Nay estaba subida en mi espalda como un coala.
-Me estas llamando gorda e infantil, caracola de mierda. - Al bajarse, pude ver su cara de enfado. Me eche a reír.
- ¡Uff! ¡Qué alivio! - Fingí que me secaba un sudor invisible. -Me he quitado un peso de encima. - Dije dramatizando.
La cara de Nay me lo dijo todo: se estaba cabreando rápido.
-Enserio Vicki... tú nunca cambiaras, ¿verdad?- se cruza de brazos y pasa por mi lado. Dando fuertes pisotones por la acera para alejarse de mí. Sonrió y corro detrás de ella. Nay haciendo coraje, era lo más gracioso con lo que te podías topar.
-Espera. - La llamé. -Espera Nay, no te enojes. Sabes que te quiero amiga querida. - Pusé carita de cachorrito triste y logre sacarle una sonrisa.
Me abrazo fuerte y luego entrelazo su brazo con el mio mientras caminabamos hacian el instituto.
- ¿Quien es el chico con el que quedaste? Mira que ayer no me constante nada. Así que ahora escúpelo todo, pulga del mal.
Pude ver como su cara se sonrrojaba ante la mención de su cita. Era gracioso ver a Nay nerviosa.
-Bueno... - carraspeó. - Se llama Ángel, lo conocí por internet, y pues... ¡Hemos quedado este viernes!- Brinco de la emoción.
No me fiaba mucho con eso de las citas por internet, uno nunca sabía si el que estaba al otro lado de la pantalla era realmente quien decia ser. Bien podría ser un chico de 17, o un anciano de 67, yo mejor optaba por pasar de ese tipo de relaciones.
-Por eso me quiero comprar ropa nueva. Quiero estar despamapanante ese día.
Sinceramente Nay no necesitaba estar más despampanante, su belleza natural era única y no hacía falta nada más. De un largo cabello rojo que le llegaba justo debajo de la cintura, sus ojos miel de iris profundamente negro, Nayeli era una chica que no necesitaba nada más que ser ella misma para tener a cuanto chico quisiera. Con la mención de la ropa, se me acordo lo del viaje de mi cumple.
-Oye tia... a que no adivinas quien se va de viaje dentro de unos días... - me pare frente a ella he hice un pequeño baile con mis pulgares apuntandome. Nay reprimió una carcajada.
- ¿Tú?
-¡Exactamente! Y a que no adivinas a quien llevaré conmigo...
Lo penso por unos segundos y luego respondio:
-Al Adry, Supongo.
-Ñeee... supones mal pulga. Me llevare... -hice el intento por hacer el sonido del redoble de tambores, pero falle estrepitosamente. - ¡A mi mejor amigo!
Su boca se abrio enormemente y su expresion se distorcionó a causa de la impresión.
-Te llevarás al Mike. - Parecía que no se lo creía.
- ¿Qué? ¡No tonta! Te llevaré a ti.
El grito que pego fue peor que el de una quinceañera que acababan de desvirgar. Lanzo puñetazos al aire he hizo un baile tan ridículo, que solamente porque era mi mejor amiga no la deje sola haciendo el oso. Segundos después de que su eforía se le paso, entrelazo su brazo con el mio y me jaló para que siguieramos caminando.
- ¿Cómo es que tu madre no irá? ¿Y cómo es que me llevas a mí y no al Adry?
Suspiré, aún me dolia que haya preferido a sus amigos antes que a mí.
-Mi madre dice que ya estoy grande y eso... ya sabes, el típico choro de que ya estoy madurando y esas cursilerías. Y el Adry pues... que te digo, prefiere a sus amigotes que a mí. Lo normal.
Llegamos al instituto y Nay me acompaño a hasta mi salón. Normalmente a primera hora no compartiamos clase juntas. Ella tenía clase de latín, yo de dibujo junto con el bobo de Mike.
-Pendejo. Pero bueno, nos la pasaremos bomba amiga, eso te lo seguro. Y... ¿A donde iremos?
Nos detuvimos en la puerta del salón y Nay me soltó el brazo. Coloque mejor mi bolsa y me jalé la caqueta.
-Hollywood. ¿Te gusta la idea?
-Me fascina caracola. Pero bueno me voy que se me hace tarde.
Se dio la vuelta y se marcho. Entre a mi salón y me sente en mi pupitre. Compartía asiento con Mike, pero como siempre no había llegado.
Maldito Mike... de nuevo me dejará sola.
Abri la ventana que estaba a lado de nuestro asiento y deje que el fresco aire de Atarfe me golpeara en el rostro. Respire profundamente y el sondio de los pájaros cantando me hizo sonreír. Atarfe no era un pueblo especificamente grande, pero me gustaba. Era lo bastante tranquilo como para salir en las noches sin temor a que te asalten o algo por el estilo, cosa que no conseguías viviendo en Madrid, la capital de España.
-Bueno chicos. Saquen sus cuardernos, es hora de trabajar. - El profesor Abelardo hizo su entrada aburrida al salón. Coloco su maletin en el escritorio y se acomodo el cinturon. -Hoy quiero que dibujen al chico, o chica que les guste. ¿Ok? A trabajar.
Todos nos quedamos con cara de WTF, porque no entendiamos el porque pedía algo como eso. Yo, como siempre, saque mis propias conclusiones, y deduje que posiblemente la maestra de Biología al fin le había hecho caso al profe Abe, o tal vez había conseguido echar un polvo rápido con alguna miope que se encontro por ahí. Me declinaba más por la segunda opción.
-Buenos días. - Toda la clase volteo para ver a un Mike medio zombie en la puerta. - ¿Puedo pasar?
-Llegas 15 minutos tarde. Mikel, siempre te atrasas. Esta es la tercera vez en lo que va del mes que llegas con esa cantidad de retraso.
Mike se aparrago en la puerta y se cruzo de brazos, mostrando fastidio ante las muy repetitivas palabras del gordito profe Abe.
-Profe... es que cuando intento pararme, -puso cara de sufrido- la cama me dice: "quédate Mike, no me dejes..." y eso me parte el alma, porque yo la amo más que a mi vida. Así que, aunque me cueste varios retardos, yo me quedo con ella. No puedo abandonarla... es tan frágil, que enseguida dejaría que cualquiera se acuesta con ella y eso no esta bien. - Toda la clase estallo en una carcajada, yo incluida.
Mike era todo un dolor de culo, pero era mi mejor amigo y lo quería. El profe se quito las gafas y apreto el puente de su nariz. Estaba casi segura que lo mandaría a la dirección, pero otra cosa rara, le dijo que pasara y solo le dio una advertencia. No me cabia duda, el profe había cogido.
- ¿Que se tiene que hacer? - Pregunto Mike mientras se sentaba a mi lado. -Y perdona por haberte dejado sola estos días.
-No te preocupes, me a quedado claro que amas más tu cama que a tus amigas. - Soltamos una carcajada y luego me dio un sape en la cabeza. -Hay que dibujar a la persona que te gusta. - Me miró con la misma cara con la que nos quedamos los demás al oir la tarea y arqueo una ceja. -No lo sé, no tengo la más mínima idea de porque dejo eso. Pero según mis propias conclusiones...- me acerque a su oído para susurrar. -O la profe de Biología le hizo caso, o el gordito se consiguio un miope para follar. Pero para mí, que es más probable la segunda opción.
Mike tuvo que morderse el labio hasta casi hacerlo sangrar para no estallar en una sonora carcajada. Su cara quedo roja y sus ojos se llenarón de lágrimas por el esfuerzo de no reir.
-Tú no cambias Vicki. - Respiró profundamente mientras sacaba sus cosas para empezar a dibujar.
Si dijera que dibuje a mi novio estaría mintiendo. Más que dibujar a la persona que quería, me decidí a dibujar a la persona que para mi gusto, era la más sexy que jamás había visto. Así que, dibuje al guaperras de Andy. Con su cabello largo al ras de los hombros. Todo despeinado y rapado de un lado. Sus ojos de un color azul intenso, sus tatuajes cubriendole ambos brazos y parte del cuello. Con unos pantalones ajustados, botas negras y un playera con el logo de Batman. Sus labios gruesos y rosados, con ese arete que me volvía loca. Su nariz perforada y los ojos delineados de negro, era el tio más bueno que jamás haya visto. Acabe antes que Mike y la curiosidad me pudo. Observe rápidamente su dibujo: una chica con el cabello largo y castaño, bien vestida, pero su rostro no lo distinguia.
- ¡Ps! ¡Ps, ps! ¡Oye!- Susurré y golpee con el codo su costado. -¿A quién dibujas?
-Aaaa... aaa... n-nadie... ¿Por qué?- Tartamudeo y se puso rojo.
Achique los ojos y le dedique mi mirada mortal.
-No mientas... yo sé que es la chica que te gusta.
- ¡QUEEEE!
-¡Shhhh! ¡Shhhh! - Traté de silenciarlo, pero el profesor ya nos había escuchado y estaba parado frente a nuestra banca.
-Bueno, joven Mikel, señorita Victoria, ya que estaís hablando, supongo que habeís terminado de dibujar, así que tendreís que explicar de quien se trata su dibujo. - Regreso a su mesa y se sento. -Vicki, tú primero.
Me puse de pie no sin antes lanzarle una mirada furiosa a Mike, ya que por su culpa nos habiamos metido en esta.
-Bueno... pues yo dibuje al vocalista de mi banda favorita. Andy es un chico al cual admiro mucho, sus canciones son muy especiales y más que un idolo, yo lo veo como un salvador. - Pude notar la cara de fastido de algunos compañeros pero me importo un pito. Cuando hablaba de Andy, nada podía hacer que me sintiera mal, ni que me callara. -Me encanta su personalidad, esa rebeldía tan caracteristica de él me fascina. Lo admiro mucho porque para lograr su sueño tuvo que pasar por muchas situaciones dificiles, pero nunca se rindió, y eso es digno de admiración. Y pues... disculpe la palabra profe, pero es putamente sexy. Tiene un cuerpo que... ¡Dios!- me agarre del borde del escritorio y fingi que me abanicaba. -Ellos cinco explotan ovarios. Creanme.
- ¡Suficiente!- Grito el profe. -Pase a su silla señorita. - Sonreí con inocencía y camine hasta mi asiento. -Joven Mikel, su turno.
Justo cuando estaba por hablar, el timbre sono. Literalmente, Mike había sido salvado por la campana. Suertudo.
Salimos del salón y nos dirigimos a clase de Matemáticas. Ibamos platicando de cosas triviales, cuando la estúpida de Silvet, hizo un comentario despectivo hacia Mike.
-Ahí se va el viejo de la escuela-. La oí decir con voz fuerte para que la escucharamos.
Torcí el gesto. Silvet era la ex novia de Adry. Ella tenía cierto resentimiento hacia mí porque él me prefirio a mí, antes que a ella, y eso era como el apocalipsis para Silvet, la chica pupular y creída del instituto. Ser abandonada por la chica rebelde y "Dark" como todos me llamaban, era como un suicidio social. Por eso mismo me hacia la vida imposible y de paso, hasta la de mis amigos.
-Mike... ¡Agh! ¿No hueles como a chucho mojado? - Puse cara de repulsión.
Mi amigo olfateo un poco y también puso cara de asco.
- ¡Mierda Vicki! ¡Qué peste! Huele a chucho mojado. ¡Agh! - Sonreí porque ella lo escucho, y ese era el objetivo.
La puta se cabreo y camino rapidamente por nuestro lado dandome un empujón y haciendome caer. Mis rodillas y manos se aporrearon tan fuerte en el piso, que sentí la vibración por todo el cuerpo. Enseguida mi cara ardio y en mi sistema la edrenalina probocada por la furia bullo sin restricciones. Mike chasqueo la lengua pero no dijo nada. Me puse de pie y camine hasta alcanzarla. La empuje fuerte haciendo que tropezara y volteara a verme.
-Te arrepentiras de haber hecho eso perra. - Escupí, cada una de mis palabras destilando rabia.
Silvet sonrio con suficiencia, como si supiera que yo no haría nada en su contra. Se cruzo de brazos y apoyo su peso en el pie derecho. Aquel gesto de desenfado me cabreo más, pero me contuve, aún no era el momento.
-Mira quien habla, la estúpida solitaria que siempre esta con el viejo de la escuela.
-Mira perra, con mi amigo nadie se mete, solo yo. - Me erguí, levente el mentón y sonreí orgullosa. -Oh... pobresilla. Nadie la quiere, le quite al chico que le gustaba y... -me interrumpi- pero que digo... si ni era tuyo, yo me lo gané. - Sonreí con suficiencia pero la muy idiota me dio una chachetada. Sentí el escozor en mi mejía y supe que ya era hora. No podía seguir reprimiendome más. Me tire hacia ella, haciendo que se caiga y que golpee su cabeza en el suelo. Le di varias bofetadas mientras ella solo chillaba como una niñita asustada.
- ¡Eh Vicki! - Grito Mike al tiempo que envolvia sus brazos al rededor de mi cintura y me separaba de ella. -No te pelees con alguien que no te llega ni a la suela de los zapatos.
- ¡Déjame Mike! -Grite- Déjame que a esta perra le parto la boca... no, la mato. ¡Juro que la mato!
Me retorci furiosa en los brazos de Mike provocando que me soltará. Corri como una posesa hasta donde estaba Silvet y la aporree en los casilleros. La jalé del cabello y la bote al piso mientras me subía encima de ella y la golpeaba sin tregua alguna. Estaba en lo mejor de la pelea cuando, otros brazos familiares me quitaron del cuerpo de una Silvet llorosa. Me giré, dispuesta a ecaharle la bronca al imbécil que se atrevio a detenerme, cuando vi que era Adry. Todo mi enfado se enfrio a menos cinco grados. Me miró con cara de enfado.
-Pero es que estas loca Vicki, ¡O que pasa! -Grito molesto. - ¡Mira como la dejaste! -Tomo el cuerpo de Silvet todo ensangrentado y la llevo a la enfermería.
- ¡Ella empezo!- Dije a nadie en particular mientras me cruzaba de brazos. Mike se acerco a mí.
-Vicki, tienes que perdirle disculpas...
-¡Y una mierda! Yo no le pedire disculpas a esa zorra. - Lo interrumpí con enojo.
-No seas tonta-. Me dio un zape en la cabeza. -Si no lo haces, Adry se enfadará contigo y te costo mucho tenerlo.
Gruñí furiosa. Era una chica con mucho orgullo, pero tratandose de mi novio, casi siempre lo mandaba a la goma. Y no sabía si eso era bueno o malo, pero es que no podía estar enojada con él.
-Vale. Esta bien. Lo haré.
Caminé hasta la emfermería con Mike acompañandome. Al llegar, mi amigo me espero afuera y yo entre despacio. Pude escuchar lo que la maldita zorra le decía a mi novio.
- ¡Auch! Duele Adry, duele. - Se quejo mientras Adry le limpiaba la sangre de la ceja. - ¿Por qué estas con esa loca?
-No es una loca, y porque me gusta como es. - Sonreí levemente ante la respuesta de Adry. Ese es mi chico.
-P-pero ¿La amas? ¿De verdad la amas? - Agacho la cabeza y empezo llorar.
-Ey... -tomo su barbilla con sus dedos y le alzo la cara - ¿Por qué lloras?- pregunto secandole las lágrimas. Me dieron ganas de entrar y darle una nueva tunda tanto a ella como a él, pero me contuve.
-Porque te amo Adry. Porque te amo mucho y se que puedo hacerte feliz.
-Silvet... yo no... - nolo dejo terminar. Se abalanzo a sus brazos y lo beso con ansiedad.
Esperaba que Adry la detuviera, esperaba que le dijera algo, que la empujara, que le gritara que no debía hacer eso, espera todo, todo menos que él no hicera nada. No podía decir si estaba en shock o no, pero se quedo parado, dejando que ella lo besara.
Sentí mi corazón partirse en dos. Él que me había jurado nunca dañarme, era el que lo hacía de primero. Me lleve las manos a la boca y reprimi un sollozo. Lágrimas calientes se derramaban por mis mejías, quemando todo a su paso. Mi sentimientos se habían fragamentando en mil cachitos que ahora salian en forma de gotas por mis ojos.
Intente salir sin hacer ruido, pero estaba tan afectada que resbale y termine cayendo al piso, mi cabello cubriendo mi cara bañada en llanto, las lágrimas goteando al piso, mezclandose con la suciedad del lugar. Solloze fuerte y sentí unas manos tomarme de los brazos para levantarme. Me sacudí violentamente, sabía que era él. Reconocía el tacto tan familiar de sus manos.
-Vicki, esto no...
-¡Cállate! No quiero oirte. Maldito, me mentiste. ¡Joder, me mentiste! Yo te entregue todo mi amor, te di todo de mí. Deje mi puto orgullo a un lado, te defendi a capa y espada pero ya no más, Adry. Esto se acabo, no quiero volver a verte.
Me di la vuelta eh intente salir pero me tomo del brazo y me jaló hacia él en un intento por abrazarme.
-Vicki...
- ¡Suéltame!- Arrebate mi brazo de su agarre y lo abofetie ahí mismo, dejándolo descolocado.
Me di la vuelta y corri muerta en llanto hacía otra parte. No podía seguir ahí, no podía.

Vendida al Rock Star (Andy biersack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora