3- Primer día.

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— ¡Good luck, guys! — Dijo Sapnap con una sonrisa. Y los envolvió a ambos en un abrazo.

Spreen y Conter tenían sus maletas listas. Ahora estaban despidiéndose de todo el team. Goncho parecía estar al borde del llanto.

— ¡Voy a extrañar a mis papis! — Dijo Goncho lanzandose a abrazarlos. Spreen rodó los ojos ante sus palabras, pero igual lo abrazó con fuerza.

— Bueno chicos. Si vuelvo yo solo fue porque no aguantaba más a Conter. — Dijo Spreen, intentando desviar la conversación hacia otro lado. No le gustaban las despedidas, así que optaría por hacer sus típicas bromas.

Y de paso podría hacer enojar a Conter.

— Dios, yo seré el que no te aguante a ti. — Respondió. Aunque había una ligera sonrisa en sus labios.

Spreen sonrió también. Todo había vuelto a la normalidad, así era su dinámica y así funcionaban ellos. Lo del día del reactor fue un desliz, pero ciertamente no creía que esto sea necesario.

Siempre era así con Conter. Se llevaban bien, siempre discutiendo y peleando, pero al final del día, estaban bien. Había estado un poco rara su relación luego del problema, pero ya habían vuelto a ser los mismos. Tal vez desde afuera su relación aparentaba que se odiaban, Spreen sabía que en verdad no era así. Pero si Farfa y todo su team habían insistido en esto, no quedaba otra opción más que aceptar.

Farfa se acercó a ellos, y también los abrazó. —. Más les vale que cuando vuelvan no los vea pelear. — Les amenazó. —. No me importa si discuten, pero no quiero golpes entre miembros del equipo. Y menos cuando estemos en misiones. ¿Dale? — Los dos chicos asintieron a sus palabras. Farfa sonrió, los dos eran problemáticos, pero así los queria. — Ojalá les vaya bien. Y no prendan fuego la cocina —. Finalizó mirando a Spreen.

—¡Bue, para! Fue sólo una vez. No es tan fácil hacer un huevo frito. — Se defendió el oso. Y frunció el ceño cuando se escucharon la risas de todos los que estaban ahí, incluido Conter. — Váyanse a la mierda. Nos vamos. —

Tomó la muñeca de Conter y salieron fuera de la base donde ya estaba JuanEsnutia y otra nutria esperándolos.
  
"¡Suerte chicos!"

"¡Ya van a poder cojer tranquilos!"

Y otros comentarios así fue lo último que escucharon mientras se alejaban de la base. Ojalá esta semana pase rápido, pensó Spreen.
 
   
   
 

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—Muy chicos, está será su casa durante la próxima semana. — Dijo Juanesnutria, pasando con los dos chicos atrás suyo por la cerca que rodeaba la casa.

Nuestro oso levanto la mirada, observando la pequeña cabaña. No era muy grande, pero se veía linda y acogedora.

—¿Tienen alguna pregunta? — Preguntó Juan. Y Spreen tenía muchas.

Durante el largo camino no escucho nada de lo que Juan y Conter habían estado hablando ya que no parecía ser nada importante. Sólo camino aburrido atrás de ellos. Ahora se encontraban en una montaña donde no había nada más que esa casita.

— Sí. ¿Qué se supone que vamos a hacer esta semana? ¿Solo estar encerrados? ¿Qué va a pasar con las misiones y los cambios de dificultad en el pueblo? — Dijo Spreen, hablando rápido. Todo esto había sido muy apresurado y no les habían explicado nada.

Juan no se inmutó a su interrogatorio y respondió con tranquilidad. —. Quiero que ambos trabajen en su relación. Van a tener una lista de actividades que deben realizar y una serie de preguntas que deben responder entre los dos, para que aprendan a comunicarse. Eón y sus compañeros se encargarán de ponerlos al tanto en cuento vuelvan a su base. — Juan le tendió la lista con las actividades y preguntas, y una caja cerrada a Conter. El conejo se preguntó que tendría esa caja para ser tan pesada. —. ¿Alguna otra pregunta? —

— ¿Qué es esta caja? —. Preguntó Conter.

— Esa pueden abrirla cuando estén aburridos. — Respondió Juan. — Okey, eso es todo. Recuerden que no pueden abandonar el lugar ni escaparse, la casa está rodeada con una barrera protectora, por lo que si salen seguramente morirán por los mobs. Mucha suerte. —. y con una sonrisa Juan y Parce nutria (que los había acompañado) volvieron al pueblo.

Spreen fue el primero en entrar a la casa. Era sencilla, tenía todo lo necesario para estar cómodos y era linda.

Aunque lo primero que hizo fue ir a la única habitación que había.

Y se acostó en la cama a dormir.

Conter suspiró cuando entro en la habitación y lo vió tirado en la cama. Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios y decidió ignorar olímpicamente el hecho de que solo había una cama doble en toda la habitación. Y se fue a ordenar sus maletas, dejando al otro dormir.
  
  
   
   
   
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Spreen disfrutaba mucho dormir.

Y eso no era un secreto para nadie. Todos sus amigos y los del team sabían sobre su costumbre de siempre tener sueño. Conter también lo sabía, Spreen constantemente se quejaba de que le gustaría estar durmiendo o de su falta de sueño, pero nunca pensó que el oso sería capaz de dormir una siesta de ocho horas seguidas.

¿Acaso este hombre nunca dormía?

Se acercó lentamente al oso que seguía durmiendo tranquilamente —. Spreen, levántate. Son las 11 de la noche, ven a cenar. — No hubo respuesta. Movió un poco su hombro. — Spreen. — Nada, seguía dormido.

Conter había ordenado todas sus pertenencias en sus respectivos lugares, también había pensado en abrir la caja que les dio Juan, pero al final pensó que sería más divertido abrirla con su compañero. Luego preparo la cena para ambos. Y si Spreen no pensaba levantarse ni para comer, tendría que obligarlo.

Está vez movió su hombro con un poco más de fuerza —. Spreeeeeen. Despierta. — Dios, podría caer un meteorito y el pelinegro ni siquiera se enteraría, pensó Conter. — ¡Spreen!

El pelinegro soltó un gruñido y se removió en la cama.

Conter lo intento una vez más —. ¡Spre- Ay! —.

Spreen tomó la muñeca del peliblanco y lo empujó hacia él, tirándolo a la cama y envolviéndolo en sus brazos —. Dios, deja de joder. — Murmuró con voz ronca por el sueño. Y simplemente continuó durmiendo.

Todo pasó en segundos y Conter sentía que estaba a punto de tener un paro cardíaco con lo rápido que latía su corazón. El calor le subió a las mejillas y se quedó tieso en los brazos fuertes del oso. Pasó unos segundos hasta que se obligó a sí mismo a reaccionar — No. Tienes que comer algo. — Dijo, por más cómodo que estuviera con los brazos del híbrido rodeándolo, se preocupaba por él, Spreen no había comido nada en todo el tiempo que estuvo dormido.

Aunque eso no parecía afectarle al pelinegro —. En un rato me levanto, que pesado. — Y volvió a quedarse dormido.

El peliblanco dejo salir un pequeño suspiro, rendido. Su corazón no había dejado de latir con fuerza y empezaba a sentir sus ojos pesados. Así que, aferrándose al calor corporal del otro, decidió rodear con sus brazos también el cuerpo del chico a su lado y escondió su cara en el cuello del oso.   

Terminó dejándose llevar por sus instintos y cerró los ojos, todavía sentía su pecho apretado y su cara caliente, pero el sueño termino ganando y con un último pensamiento se quedó dormido.

"Solo serán unos minutos..."
   
  
   
   
   
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HOLAAA, no voy a mentir, me había olvidado q hoy tenía q subir este cap djjdjdjd

pero bueno, aquí está y espero que les haya gustado. <3

no sé si los amigos duermen así juntos, pero como no tengo amigos no opino 👍

Therapy. (Spreenter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora