Capítulo 5:
Comencé a organizar mi maleta, solo faltaban tres horas para volver a casa. Desnudé mi cuerpo para tomar una ducha, realmente quería tomar otro baño.
El agua estaba sabrosa, ni muy fría, ni muy caliente. Caía sobre mi piel relajando mi mente totalmente y todas las partes de mi cuerpo que se sentían tensas.
Una llamada hace sonar mi teléfono, pero no le presté mucha atención.
Al salir me arreglé, sequé mi cabello con el secador e hice algunos rizos.
Al tomar mi teléfono vi que la llamada fue hecha por Carlos, me asombré demasiado porque aún no le había escrito. Aún así, tenía un mensaje de él preguntando mi hora de partida. Tiré mi teléfono en la cama, se quedará ahí hasta que pase la hora de almuerzo.
Tomé la llave y fui directo al restaurante. Ninguna de mis amigas se encontraba ahí, pero decidí adelantarme y comer algo. Tenía un antojo de pizza con mucho queso y carne a la parrilla junto a un jugo de piña.
Un chico se sienta a mi lado, en sus manos llevaba un plato de dulces y varias copas de helado. Lo miré extrañada, pero acercó el plato a mí. Se notaba que era un chico tímido, usaba lentes y una camiseta de cuadros. Sí cabello era rojizo y tenía varias pecas en la cara.
—Perdona mi atrevimiento—dijo de una forma muy pausada—. Aquel chico que está allá me pidió que se los diera en su nombre.
Señaló a Carlos, me observaba desde la ventana con una sonrisa amplia y picardía en sus ojos.
—Muchas gracias. ¿Puedes decirle que se acerque?—pedí amablemente .
Tomé un dulce, uno muy conocido aquí.
El chico asiente y sale en busca de Carlos. Antes de llegar a mí tomó algunos alimentos y se sentó justo al frente.
— Creo que solo los huéspedes pueden tomar alimentos—solté fríamente.
Carlos abrió los ojos y no evitó reírse a carcajadas.
— ¿Qué te dio tanta gracia?
—Este motel de tres estrellas es de mi agrado informarte que es de mi primo hermano— comentó.
Tomó un sorbo de mi agua dejando el vaso vacío.
—Es muy lindo su diseño, se notan los gustos refinados de Eduardo y tiene buenos cocineros porque este taco es glorioso.
—¡Perfecto!.
Tomé molesta el vaso vacío.
—¡Iré a buscar agua!
Me levanté y fui en busca de agua. Lo observé tomándose lo que me quedaba del jugo de piña, su mirada cae en mí y comencé a sentir como mi cuerpo temblaba.
—¿Qué rayos hace él aquí? ¿por qué quiere joderme la vida?— pensé.
El agua se estaba botando, imaginaba la noche que tuve ayer. Ese abdomen definido hizo que el camarero me regañara por botar demasiada agua.
Me senté delante de él, intentó coger nuevamente el vaso, pero golpeé su mano. Hice un gesto de negación y señalé la nevera donde se llenaban los vasos con agua o jugo.
—¿Por qué me persigues? ¿tanto te dolió la tarea estrujada?—hablé molesta.
—No me gusta que me enfrenten, tú lo hiciste y me sentí ridículo.
Hizo una pausa y sus ojos me miraron de una forma extraña.
—Me hiciste sentir débil y te voy a arruinar la vida y follar, ¿Para que mentirte?
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Historia entre tus dedos ©️[En Proceso]
Teen FictionDos personas diferentes, mismos sentimientos. La historia de amor entre Clara y Carlos. Miles de obstáculos y relaciones pesadas, pero el amor siempre triunfa.