Capítulo 8- La tienda de música

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Hoy me siento mejor que los días anteriores, y eso es un logro. Mínimo ya no siento el cuerpo cortado, ni me duelen los huesitos.

Aproveché eso y mientras los demás están en clases, fuí a la sala de duchas. Se sentía bien el agua tibia cayendo encima de mi cabeza, pero, mi mente no se siente bien.

En esta noche soñé con algo terrible, fue una pesadilla y es algo que no estoy acostumbrado. Fue la primera vez dónde mi perspectiva era la de otra persona. Tal vez me aterró mucho la anécdota de Armie y Samuel, sobre la chica que se desmayó y tenía fiebre alta. Que incluso mi sueño era del cómo sucedió lo acontecido en la perspectiva de la chica. Justo cuando pasó el desmayo, yo me desperté de golpe.

Cuando terminé de bañarme me regreso a la habitación. Teniendo que soportar en el camino la madera rechinando, odio ese ruido y me hace sentir agudos los oídos. Duré tiempo en subir cada escalera por lo mismo.

André eventualmente llegó, pero esta vez lo noté diferente. Tal vez, y solo tal vez lo notaba más feliz, su sonrisa es más grande y deja ver más sus lindos dientes.

Me encontraba sentado en mi cama, con el cabello levemente mojado y con mi única ropa puesta aparte de del uniforme; un pantalón de mezclilla y una camisa de rayas gruesas, blancas con azul marino.

Casi me pego la cabeza contra la pared al verlo de repente quitarse la corbata y bruscamente desabotonarse la camisa.

──¿Si sabes que estoy aquí?── Pregunto con un tono de sorpresa, casi asustado.

Me estaba dando la espalda, y a los segundos soltó una risa descarada. Dándome a entender que poco le importa, y sí, porque terminó de quitarse la camisa y dejarla en la cama junto a la corbata.

──Voy a salir, ¿quieres acompañarme?──

──¿Salir? ¿Eso es posible?── Dejo a un lado la revista que tenía en manos, para prestarle total atención.

──Obvio, es fin de semana. El barandal está abierto hasta las 9 de la noche.──

No me había dado cuenta de lo rápido que ha pasado el tiempo. Hoy es viernes, y nos dejan salir a dónde querramos como dijo André.

Aún no me he recuperado totalmente del resfriado, sin embargo, terminé convencido por las palabras de André; "te hace falta salir al sol a tomar color, llevas todo este tiempo encerrado". Qué ironía, pienso, puesto que él es muy güero, pero aún así me invita a salir al sol para no estar tan pálido.

Una vez salimos de los dormitorios, rompo el silencio

──¿Adónde iremos?──

──A mi tienda favorita. Es una tienda de música──

Mis ojos se agrandaron, ni siquiera sabía que existían las tiendas de música. Eso me emociona aún más, el pensar que ahora mismo estoy caminando por las calles llenas de gente en el centro de la ciudad, no como un niño huérfano, sino como un adolescente, junto con su amigo genial. Y creo que eso también me hace ser genial.


















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Lewis viendo como de la nada André se encuera:

Lewis viendo como de la nada André se encuera:

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LizJoonie

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