✹✧✹𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 4✹✧✹

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"Las pequeñas obsesiones se convierten en nuestras grandes perdiciones" 




Cálido color. 

Cálida mirada que le era dirigida, como si del fuego de una fogata se tratase, como la sensación del calor chocando con la piel en un día de verano al igual que la intensidad de los rayos solares los cuales pueden penetrar tan fácilmente nuestra piel hasta dejar una marca permanente. A la vez su presencia era fría, como las noches donde las estrellas son testigos de la vida de los humanos acompañadas de la gran luna pintada de rojo, fría como los días de invierno donde las hojas de los árboles no existían y la linda vegetación desaparecía temporalmente.

El presentimiento de la presencia de una persona enfrente suyo, de aquella persona que solo había visto una vez, como si lo hubiera marcado de por vida. Suaves manos tocando lentamente su rostro pasando desde sus parpados cerrados hasta sus labios, en el recorrido que dejaba se podía sentir como si de pequeñas chispas salieran por el roce de los dedos contra su piel, podía decir que le quemaba, pero ¿Por qué no lo alejaba? ¿Por qué quería que aquel toque no parara por más daño que le hiciera? ¿Por qué se sentía tan confundido por saber quién era aquella persona?

La figura frente a él, cambiaba de forma, sus proporciones y su figura. Podía estar viendo a alguien, pero luego este se trasformaba en otra persona totalmente diferente, mientras que aquellas manos seguían recorriendo su rostro, Taeyong intentaba descifrar de quien se trataba enfocándose en cada uno de los detalles de la gran sombra frente a él, parecía de humano, pero se veía tan vacía.

Algo la empezó a diferenciar de la otra persona que se transformaba, la repentina aparición de un color carmesí, pequeñas gotas con textura de acuarela se esparcían por toda la sombra dejando que el castaño pudiera identificar quien era quien, mientras que una era completamente oscura, la otra era brillante y cálida. De repente la figura rojiza se acercó hasta su rostro dejando que sus respiraciones chocaran, Taeyong pudo notar una cosa y era el cómo de aquella figura salía un líquido negro de la parte de su cuello como si lo hubieran lastimado. Las manos sujetaron con fuerza su rostro obligándolo a ver los ojos inexistentes y viendo como este de apoco desaparecía, pero la voz del sujeto lo altero.

"Despierta pequeño niño"

La brillante luz del sol entrando por el vidrio del balcón chocando directamente con su cara, abriendo lentamente sus ojos mientras que se acostumbraba a la luz y dejaba de ver las figuras extrañas que habían sido provocadas por los rayos dirigidos a sus glóbulos oculares. Se coloco sentado en su cama tallando levemente sus ojos quitando cualquier rastro de lagañas, dejando salir un pequeño bostezo sintiéndose más cansado de lo que se encontraba el día anterior.

Tomo su cabeza entre sus manos acercando sus piernas hasta su pecho haciéndose bolita, no entendía por qué soñó con aquella cosa, aquella extraña figura que lo hizo sentir cómodo, pero a la vez le dejaba incomodo, esa figura que se era dos personas al mismo tiempo, podía sentir que una la conocía, y la otra era completamente desconocida, por alguna razón la figura escarlata era quien lo hiso sentir cómodo, raramente tranquilo, esa sensación que hacía tiempo no la sentía en su alrededor, la sensación que solo lograba su...

— ¡Taeyong! — levanto rápidamente su cabeza para observar de quien era la voz, se estaba quedando dormido en aquella posición — Taeyong tienes que levantarte o se te hará tarde.

My Pretty Boy | YutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora