Amantes •Alexia Putellas-Aitana Bonmatí•

II

Esa respuesta no llegaba y el lugar seguía en silencio, salvo alguno que otro murmullo que provenía de algun lugar, el cual yo no podia ver, solo miraba fijamente a Cata, que al ver la gravedad en mis ojos, se dio cuenta de lo que habia dicho, teniendo un cambio de facciones en su cara, pasando de una alegría desorbitada por culpa del alcohol a una de arrepentimiento total.

No aguanté mas la presión, sali por una puerta que daba al estacionamiento y me fui hacia mi auto, no sabia si irme o no. Todavía estaba muy alterada como para salir a la calle. Deberia calmarme antes de arrancar.

Al cabo de unos minutos escucho que tocan la ventana del asiento del acompañante, siendo Ona que estaba ahí. Destrabo las puertas y ella entra y se sienta a mi lado.

-Oye, Ale ¿estás bien?-Pregunta con un tono cauteloso y verdaderamente preocupada por mi me mira.

-¿Tengo pintas de estarlo?- Tenia mi cabeza apoyada contra el volante y mis manos sobre la cabeza.

-Lo siento- Responde un poco arrepentida por sus palabras. Me di cuenta que la habia tratado mal y me disculpo.

-Lo siento Ona, claramente no es contra ti, pero no se como sentirme al respecto...no se que ha pasado ahi dentro, pero solo se que estoy furiosa. No tenia porque decir nada, y mucho menos frente a toda la gente- Dije frustrada mientras levantaba mi cabeza y me recostaba contra el asiento.

-Mira, no se que tipo de relación tienen Aita y tu, si es que la tienen, solo se que lo que paso ahi dentro esta mal. Si Cata sabe algo que no debería y sabe que a ustedes les puede molestar que diga, no debería haberlo hecho. El alcohol no es excusa para haberlo hecho-

-Ya se que estuvo mal. Pero es que tampoco me dejó explicarle nada. Nos vio a Aitana y a mi juntas y lo primero que hizo fue buscar un micrófono y que se entere todo el mundo.-

-¿Te puedo hacer una pregunta?-Sabiendo por donde iba, le di el si, que mas daba. Al ver mi asentimiento, siguió- Aita y tu...¿de verdad tienen algo?

No sabia que decir. Por un lado, Ona siempre fue una persona de confianza, la consideraba una gran persona y siempre fue de guardar secretos. Por otro lado, nunca habia hablado de esto con nadie. Nadie sabia de lo nuestro, ni siquiera nuestro circulo mas cercano. Pensandolo bien, no creo que a Aitana le moleste siempre fueron mejores amigas.

-Joder...es difícil decir esto porque nunca se lo dijimos a nadie. Nadie lo sabe, bueno o por lo menos nadie lo sabia hasta que llego Cata-Esbozé una sonrisa nerviosa que pareció darle a Ona una respuesta positiva a su pregunta.

Me sienceré con mi compañera contándole todo lo que me pasaba con Aitana. Desde nuestros comienzos, hace aproximadamente dos años, momentos en los que casi nos descubren en el acto, entre otros. Vi a Ona sorprendida pero no enojada ni ninguna expresión negativa sobre lo que le dije anteriormente.

-La verdad no se que decirte, Ale. Estoy feliz por ti y por Aita pero no se que tan sano sea una relacion como esta. Como hablas de ella, tu sonrisa y como te brillan los ojos me hacen creer que tal vez sientas algo mas ¿no crees?- Dijo Ona con una sonrisa que insinuaba algo mas en su cara. Sin entender por donde quiere ir decido preguntarle.

-¿A que te refieres?

-Hombre, para mi esta mas claro que el agua-Dijo mientras abría la puerta y salia del vehículo- Dejaré que lo adivines por ti sola- Me guiñó un ojo, se dio media vuelta y se fue adentro del salón. Me ha dejado perdida.

Decidí volver a casa, ya era tarde y el estacionamiento estaba cada vez más vacío. Mientras enciendo el auto y arranco, me tomo un tiempo para pensar en las palabras de Ona. ¿A qué se refería con "la forma en la que hablaba de ella"? No lo entendía. Yo no siento nada por Aitana, o por lo menos nunca me lo había planteado. Lo nuestro era sexo casual ¿no?
Tal vez deba de admitir que lo que empezó siendo de vez en cuando, terminó siendo casi todos los dias, a veces no era sexo, sino que aprovechabamos la oportunidad de ver alguna pelicula nueva, jugar algun juego de mesa o simplemente estar juntas, disfrutaba bastante de su compañía, me hacia sentir segura y siempre me reía hasta llorar con ella. Tal vez sea eso de lo que este hablando Ona.

Cuando quiero acordar, ya estoy en la puerta de mi casa, salgo del auto en esta noche cálida de primavera y me voy directo a la cama. No quiero pensar tanto en lo sucedido.