South park siempre ha sido el mismo. Un pequeño pueblo perdido entre las montañas y rodeado de vastos paisajes nevados, donde los inviernos son largos, y los días, fríos. A simple vista, parece un lugar tranquilo, con sus calles silenciosas y casitas de colores apagados, como si el tiempo apenas rozara cada rincón. Pero quienes han vivido aquí saben que South Park tiene su propia manera de latir, de moverse bajo una calma engañosa, ocultando la verdad.
En este pueblo, hace no tantos años, había un grupo de niños que, a su manera, formaban el centro de su propio universo. Stan, Kyle, Cartman y Kenny eran inseparables; Cuatro amigos que vivían cada día con una intensidad que parecía casi ridícula para su corta edad. Juntos vivieron un sin fin de aventuras, enfrentándose al caos y ridiculez de su mundo prácticamente todos los días.
Pero el tiempo, implacable, pasó. Con la adolescencia llegaron cambios que ninguno de ellos esperaba. Poco a poco, casi sin darse cuenta, empezaron a tomar distintos caminos. Cada uno encontró distintos intereses, ya no eran los niños rebeldes que solían ser, tenían distintas expectativas, valores, y ya no se toleraban como solían hacerlo.
Kyle, quien durante su niñez solía ser la voz de la razón en su grupo, comprendió que sus amigos tenían distintos pensamientos, maneras de ser, que Kyle no compartía. Kyle, siempre más aplicado y estudioso, encontró su nuevo refugio en su nuevo mejor amigo, Tweek Tweak. Tweek, un joven siempre ansioso, tuvo la oportunidad de conocer en profundidad a Kyle, entablando una amistad que se besaba en el apoyo mutuo y en la compresión.
Por otro lado, Kenny y Cartman nunca se separaron por completo. Si bien su amistad ya no era la misma que en su niñez, habían conseguido tolerarse a duras penas. Cartman, que en su momento enfrentó la soledad, fue invitado por Butters a unirse a él y a Kenny, y así, se volvieron un pequeño grupo de amigos. Una amistad que solía tener sus momentos caóticos, tanto como sus momentos divertidos donde se dejaban llevar por las risas y su espíritu aventurero.
Finalmente, Stan, quien, si bien se llevaba bien con la mayoría, no pudo establecer una amistad tan fuerte como la que alguna vez tuvo con Kyle. Abandonado por Kyle debido a sus problemas personales, Stan tuvo que encontrar nuevos vínculos sociales. Refugiándose principalmente en su novia, Wendy, y cruzándose en su camino a Tolkien, un joven tranquilo y adinerado que recibió al peli negro con los brazos abiertos.
Un nuevo año escolar está comenzando, y con el, nuevas sorpresas para los jóvenes. Quienes descubrirán que los lazos de la infancia no desaparecen tan fácilmente, y que algunos sentimientos nunca se fueron por completo. También, en el camino descubrirán que quizás las personas más cercanas a ellos son más que solo amigos. Y que la distancia jamás logró desvanecer por completo ese vínculo.
ESTÁS LEYENDO
𝐒iempre 𝐟uimos 𝐩andilla - South Park
FanfictionHan pasado varios años, y aunque el pueblo de South Park permanece igual, sus antiguos niños de cuarto grado han cambiado. Ahora adolescentes, se enfrentan a los desafíos de crecer, nuevos intereses y amistades, y la inevitable distancia que trae el...