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El primer día de clases de Eric Cartman no se diferenciaba mucho del de los demás. Aunque para muchos era un momento de emoción, el regreso a la rutina nunca resultaba tan excitante, especialmente cuando lo que les esperaba eran más horas de aburrimiento, tareas y profesores que no entendían sus necesidades. Para Cartman, la escuela era una tortura. No solo odiaba el hecho de tener que sentarse en un pupitre durante horas, sino que también se sentía completamente incomprendido por el sistema educativo. A diferencia de sus compañeros, Cartman nunca veía la vuelta al colegio como una oportunidad para aprender algo nuevo o para mejorar; simplemente era un campo de batalla donde él podía poner en práctica su verdadera pasión: hacerle la vida miserable al resto.

Mientras los demás alumnos conversaban sobre sus vacaciones o las expectativas para el nuevo año, Cartman se acomodaba en su asiento con una expresión de total indiferencia. Su cara, oculta bajo su gorro rojo, reflejaba lo que sentía: no importaba cuánto intentara el sistema, él siempre encontraría la forma de salirse con la suya. Y esa forma, evidentemente, era crear caos.

Por otro lado, sus dos amigos se diferenciaban a gran escala de él. Butters Stotch, un joven dulce e ingenuo, se presentaba como alguien que encontraba el lado bueno del primer día de clases, o, prácticamente, de todo. Disfrutaba poder estar con sus amigos sin tener que preocuparse de ser castigado por sus padres, normalmente, por razones que Butters creía, eran estúpidas. El rubio y su otro amigo, Kenny McCormick, no compartían la filosofía de Eric, la cual se basaba, principalmente, en la humillación a terceros para beneficio propio. Entonces, ¿por qué se juntaban? A veces Kenny se preguntaba lo mismo.

Luego de que la banda de Stan comenzara a deteriorarse lentamente, cada joven siguió su propio camino, menos Eric. Eric no fue aceptado por el lado de Stan, y ni siquiera lo intentó en el lado de Kyle, ya conociendo la actitud del judio. Fue Butters quien al ver a Eric en la soledad sintió cierta pena por quien alguna vez fue su amigo, y lo invitó a su grupo, el cual también incluía a Kenny. Al encapuchado le dio igual, siempre y cuando Cartman se mantuviera lo más respetuoso posible hacia Butters.

Ahora, el trío se enfrentaba al primer día de clases, que no parecía estar siendo del todo divertido para Eric.

—¡Animate, Cartman!- intentó animar a Butters, su dulce y optimista amigo, con una sonrisa que iluminaba su rostro. — Al menos no te has metido en problemas.

—No aun Butters, pero el terror se acerca. -- respondió Cartman, su tono lleno de sarcasmo mientras se dejaba caer en su silla, mirando al frente con una expresión de desdén. Butters se mostró preocupado ante la respuesta de Eric, puesto a que el rubio no era alguien que disfrutara meterse en problemas. Tranquilo, Butters, lo que sea que haga Cartman no te va a meter en problemas. — Lo calmó Kenny con un tono despreocupado, tipico en la actitud del joven.

La clase continuó su rumbo aburrido, el profesor hablaba de reglas y expectativas del nuevo año, mientras los alumnos trataban de no cabecear. Cartman, sin embargo, no podía concentrarse. Su mente ya estaba en otra parte, planeando cómo podría hacer que el día fuera un poco más interesante. Miró a su alrededor, observando a sus compañeros y esperando la oportunidad perfecta para crear un poco de caos. Mientras miraba a sus alrededores, divisó en la esquina del aula a Tolkien, quien tenía el ceño fruncido mientras miraba su celular. El aparente mal humor de el negro llamó la atención de Cartman, quien ya sabía quien sería su victima de hoy.

Finalmente, el timbre sonó, liberando a los estudiantes del soporífero encierro. El momento tan esperado por Cartman llegó, quien se levantó de un salto, listo para poner en marcha su plan. Sus amigos se dirigieron al patio, y el castaño los siguió con una sonrisa maliciosa. Butters pensaba que Eric al fin ya estaba animado, mientras tanto, Kenny vio la verdad detrás de la sonrisa de su no tan querido amigo. Cuando al fin llegaron al patio y Eric divisó a Tolkien a lo lejos, su plan comenzó.

𝐒iempre 𝐟uimos 𝐩andilla - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora