Capítulo 3 | Las peores mierdas son mías

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Las peores mierdas eran suyas, de eso estaba segura. No es que hubiera fracasado, sino que nunca se enfrentó al mundo. Saltó al abismo de los sueños, convencida de que lo lograría, pero la vida la golpeó con su cruda realidad y le susurró al oído:

—¿A qué vienes? Si sabes que solo eres una idiota más.

—Soy una idiota, siempre lo he sido. Ni como negarlo —se dijo a sí misma, mientras las palabras le obstruían la vista, un dolor punzante que se incrustaba en su pecho.

La cama era cómoda, debía admitirlo, pero la habitación no lo era en absoluto. No había chinches ni otras incomodidades, no, lo que la hacía sentir tan ajena era la verdad aplastante que acababa de descubrir.

—Ese chico, nuestro tutor... ¿Cómo llegó tan alto? ¿Por qué fui tan idiota? —pensó Ichika, entre lágrimas.

Le dio vueltas a la idea de que, si hubiera estado con él, tal vez su vida hubiera sido diferente. Quizás no estaría rodeada de tanta mierda, tal vez habría alcanzado su sueño sin detenerse a medio camino.

A veces, claro, imaginaba vidas mejores. Y si hubiera una forma de vivir en todas ellas, habría elegido una donde no se sintiera tan... idiota.

—Pero lo idiota no se quita —le respondió su propia conciencia, y ella asintió.

Aquí estaba, en una habitación que no era la suya, con un tipo que apenas conocía. Encima, estaba casada, o bueno, a punto de estarlo.

¿Qué peor vida podría haber? Tenía la desesperación de vivir, incluso había aceptado casarse con alguien... sin amor.

Alguien dijo una vez que el acto sin sentimiento no es nada.

—Tal vez mañana sea mejor, supongo —murmuró Ichika, recostándose y cerrando los ojos. Pronto se sumergió en un sueño del que desearía nunca despertar.

Mientras tanto, en la habitación de al lado, Futarou, el hombre rico y elegante, se encontraba estúpidamente solo. Joder, nunca había sentido tanta soledad.

—Pero ahora la tengo a ella, eso debe cambiarlo, ¿no? —dijo, esperanzado.

Más que estar interesado en ella, le gustaba que estuviera ahí, con él. Aunque no estaba seguro si eso era amor o solo la necesidad de compañía.

—Ah, es verdad. Debo llamar a papá y a Raiha —pensó, tomando el teléfono y marcando algunos números. Era rico, de hecho, demasiado adinerado. Sin embargo, nunca cambiaba de celular, y no sabía por qué. En verdad, le preguntaban a menudo y él vacilaba por ello.

¿Qué les importaba lo que él tuviera? Eran sus problemas, nunca había llegado a preocuparse por cosas tan triviales. Lo había notado con los años, o quizás solo era el efecto de la soledad.

Tenía todo, pero el mundo le tiraba mierda.

Tenía nada, y ahora les importaba.

—¿Futarou? ¿eres tú? —llama su padre al otro lado de la línea. Él contesta apresurado.

—Ah, sí, soy yo, viejo. ¿Cómo estás?

—Bueno, no quiero presumir, pero estos son mis mejores años. Estoy bien, como bien, duermo bien y río bien. ¿Y tú, cómo estás?

Como la mierda.

—Bien, estoy bien. ¿Está Raiha ahí?

—Ah, sí. ¿Quieres hablar con ella?

—No, solo quería desearle buena suerte en la escuela.

—Entiendo, gracias, Futarou, pero ¿eso es todo? ¿No ibas a contarme algo más?

Y ahí venía la pregunta. Estaba decidido a no contarle sus peores mierdas. Pero mirar a la otra habitación y encontrarse en la penumbra con un silencio abrumador lo dejó roto de algún modo.

¿Cómo iba a decirle a su padre, quien había soportado las mismas miserias que él, que estaba deprimido, solo y jodidamente miserable?

—Peores mierdas habrá pasado él, ¿por qué habría de quejarme yo ante minucias? —pensó, sumido en la depresión nuevamente. Sin embargo, había cosas buenas que contarle, las había visto recientemente.

No toda su vida era una mierda, no cuando había una mujer.

—Yo... tengo una esposa. No, me voy a casar pronto, encontré una mujer que me quiere —le dijo Futarou, tragándose su propia mentira.

Estaba claro que no podría decir: "Hey, puse un cartel afuera que decía que buscaba una mujer y, ¿qué crees? ¡Una apareció!"

No, las cosas no podían sonar tan fáciles. De hecho, estaba seguro de que su padre no creería semejante cuento. ¿Quién iba a querer a un hombre tan solitario como él? Ni los perros lo querían.

—Eso es... ¡increíble, hijo! Felicidades por eso, me alegra mucho saber que al fin has encontrado a alguien con quien estar para toda la vida. Incluso había pensado que eras gay, ja ja ja —dijo Isanari, riendo por la broma.

Futarou sonrió amargamente; estaba claro que lo suyo era mentira, pero estaba cansado de ser un fracasado.

—Sí, gracias, papá... escucha, estaba pensando en ir a visitarlos y, bueno, que conozcan a mi esposa. ¿Te parece bien si voy mañana por la noche? —preguntó, sin pelos en la lengua.

—Me parece perfecto. De hecho, hay alguien que debes conocer. Es una de tus alumnas de antes, Itsuki, ¿la recuerdas? —le preguntó Isanari.

Al instante, las caras borrosas de ese quinteto de idiotas que tanto le habían hecho sufrir aparecieron en su mente, pura mierda a decir verdad.

—Sí, claro. La única de esas cinco que en verdad se esforzaba. Una lástima que no pude seguir ayudándola. ¿Por qué lo mencionas? ¿Pasó algo? —le preguntó Futarou, adentrándose en el tema con mayor interés.

—Excelentes noticias. Con el dinero que nos das hemos contratado a una tutora especial para Raiha, ¿y quién crees que es? ¡Itsuki! Y debo decir que lo hace muy bien, parece que le va bien —dijo Isanari.

Futarou abrió los ojos como platos. Decir que estaba sorprendido era poco; estaba estupefacto.

—De cinco idiotas, al menos una triunfó —pensó Futarou, formando una pequeña sonrisa de orgullo en él.

—Entonces, ¿los veo allá mañana por la noche? —le preguntó Futarou, y Isanari confirmó.

Dicho eso, la llamada terminó y no hubo más. Futarou se recostó en su cama, mirando al techo, sintiéndose un poco mejor que antes, mucho mejor que la mierda de ayer.

—Tal vez sea cierto... lo que dicen sobre las mujeres.

¿Y qué dicen?

—O te hacen miserable cuando te dejan, o eres un idiota jodidamente feliz solo por tenerla.

Sí, bueno, a cualquiera le va bien el amor.

Hasta a un idiota como tú.


Continuará...

Nota final: Gracias por todo su apoyo, y como parte de mi idea, planeo seguir actualizando esta historias los fines de semana como domingo y sábado.

Por último, ¿Qué les pareció el capítulo? Los leo en comentarios.


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