Arabesque [Fanfic EXO-NCT]

21. Sante queer

Música: Abel -Charms

Taeyong

     No volvería a hacerme cargo de velar por una construcción para Jaehyun ni aunque me pagara mi peso en oro. ¡Qué cosa tan burocrática y compleja! Tuve suerte de que mis padres me ayudaran en todo, especialmente Jongin quien me salvó en más de una ocasión mientras aprendía.

     Cuando recogimos a Jae en el aeropuerto yo llevaba una fiesta de mariposas en mi estómago y me sudaban las manos, la noche anterior no logré dormir casi nada. Me asustaba que no le gustara el resultado después de tanto esfuerzo. Yo creía que la casa era una obra de arte, pero qué iba a saber de los gustos de un millonario. Tal vez Jaehyun pensaría que el espacio no estaba bien organizado o que la decoración era de mal gusto.

     Llegamos a la casa a las siete de la noche, mis padres bajaron las maletas mientras yo jalaba a Jaehyun de la mano directamente a la sala donde lo esperaba su piano de cola, un Stainway en color negro tan lustrado que podía reflejarme en él si me acercaba lo suficiente.

     —Acá está, espero que te guste —señalé ilusionado. Él lo vio sin ceremonia, como si estuviera frente a su cepillo dental de uso diario. Yo proseguí, nervioso: —¿Qué quieres conocer primero? ¿Las habitaciones de la planta alta o el estudio de grabación abajo? ¿La piscina en el patio de atrás? A esta hora en la parte más alejada del jardín se ven todas las luces de la parte baja de la ciudad, es muy lindo.

     —Estoy muy cansado, Taeyong —me dijo después de bostezar—, ¿qué tal si dormimos un poco y mañana me enseñas todo?

     —¿Quieres cenar?

     —No, de verdad estoy exhausto. 

     —Puedo irme con mis padres y volver mañana temprano —propuse de forma casual, aunque internamente decepcionado.

     —Oh, no —me abrazó—, por favor, no te vayas. Viaje todo esto para poder dormir contigo.

     Despedí a mis padres bastante afectado porque no vi la reacción que esperaba por parte de Jaehyun. Por suerte la noche anterior tuve insomnio y me sentía cansado porque esa noche nos duchamos juntos y rápido, sin estrenar el jacuzzi, nos dimos sexo oral el uno al otro y pronto estuvimos roncando hasta las ocho de la mañana del día siguiente.

     —Qué puta frío hace aquí. —Me revolví en las cobijas después de darnos un besito de buenos días.

     —Sí, qué rico.

     —¿Te gusta?

     —Me gusta el frío —me abrazó más a él—, y amanecer contigo.

     Nos habíamos dormido desnudos y nuestras pieles se sentían tibias al tacto. Besé su cuello y nos animamos rápidamente. Hicimos el amor esa mañana en el colchón nuevo y después en el jacuzzi. La cocina estaba por completo equipada, preparé un buen desayuno al medio día entre besos y caricias. Luego, por fin, recorrimos la casa y pude contarle de todo el estrés y las prisas.

     —Me gusta aquí, es perfecto. Se nota que tiene tu buen gusto —me besó en la mejilla aliviando mis inseguridades de la noche anterior. Él no estaba brincando en un solo pie de la emoción, como yo esperaba, pero Jaehyun no era así de expresivo de todas maneras, así que me contenté con el brillo de alegría que tintineaba en sus ojos cafés.

     —¿Realmente te agrada? Puedes cambiar lo que sea. Hay cosas que no agregué esperando que lo hicieras a tu gusto, por ejemplo, paredes en las que se verían bien algunas pinturas.

     —Quiero tomarnos una foto bonita y dejarla en nuestra habitación. Me gustaría que las pinturas del resto de la casa las elijas tú, tienes muy buen gusto. El resto de la casa es perfecta, no me provoca cambiar ni una sola cosa.