Thomas ya había salido del hospital y se recuperaba poco a poco, ¿como lo sabían Ana y Julia? Porque su manager, Robbie, publicaba actualizaciones en el instagram oficial de club de fans (bachelorettes). Estuvieron picando el botón de refresh por 9 días consecutivos, esperando con ansias cada noticia del convaleciente, Chelo hacía como que no le importaba pero se alegraba de que "el muchacho ese" ya estuviera sano y salvo en casita.

La semana de exámenes estaba por comenzar, es decir, días de mucho estrés, pocas comidas al día y una que otra bebida energética para aguantar la noche y madrugada repasando los temas que Ana dijo que estudiaría poco a poco para que no se le acumularan (claramente no fue así). Además, Ana se abstenía de hacer reuniones o cualquier salida con sus amistades porque podría auto sabotearse más de lo que ya había hecho durante el cuatrimestre.

—Es desesperante saber que mi método de estudio es escribir todo y explicar en voz alta como si estuviera exponiendo el tema, ¿por qué no nací con memoria fotográfica como Mike Ross? Todo sería más sencillo. -rezongo Ana. —Ay mijita, pues ten en cuenta que no todos tienen el privilegio de estudiar, eres muy afortunada. - respondió Chelo.

—Lo se, abuelita, sólo que ya estoy muy cansada. Creo que me iré a dormir y mañana madrugaré para continuar con el repaso.

—Me parece perfecto, pensé que ya te ibas a arrancar las pestañas de tanto estrés en tu cuerpecito.

Al día siguiente, Ana se despertó hora y media antes de lo que acostumbra para tener tiempo suficiente para repasar y prepararse para un largo día de examen tras examen. Estaba que se moría, le causaba mucha ansiedad tener diferentes temas en la cabeza. Se esforzó para no enredar las ideas/argumentos de asignaturas completamente diferentes.

—Entonces, la glucogenogénesis produce glucógeno y la glucogenólisis lo degrada. ¿Y la otra como era? Ya no recuerdo, agh, acabo de ver mi resumen. - hablaba sola Ana mientras iba camino a la escuela.

—¡Oye tu!-le gritó un sujeto a Ana, el cual ignoró porque prefería evitar a los hombres, sobre todo si iba sola en la calle.

—Estoy viendo como me ignoras, me escuchaste. No te hagas.-insiste el chico. —Te me haces conocida, no se de donde.

Ana decidió voltear a ver al chico con la esperanza de que estuviera equivocado y poder irse tranquilamente. Era el bato guapo y grosero que atendió aquel día que no se había quitado el bigote. Se puso nerviosa porque tal vez por eso la identificó, pero no fue así.

El chico la reconoció porque recuerda el mondongo que comió ese día en La Lupita y a la señora que no dejaba de comentar que tenía una nieta de la misma edad que él. Le cayó muy bien pero estaba demasiado crudo como para prestarle atención o mantener una conversación.

—Ah, sí, te atendí un momento en el negocio, apestabas a alcohol y sudor. -respondió Ana de manera cortante.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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