𝐃𝐀𝐋𝐈𝐋𝐀 𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐁𝐔𝐒𝐂𝐀𝐁𝐀 cumplir su sueño con la selección de su país, trabajo duro para que su sueño se hiciera realidad y cuando por fin lo logra algo se interpone en su camino.
𝐍𝐈𝐂𝐎 𝐇𝐀𝐁Í𝐀 𝐒𝐈𝐃𝐎 seleccionado con la selección...
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𝗗𝗘𝗦𝗣𝗘𝗥𝗧𝗘 𝗟𝗘𝗡𝗧𝗔𝗠𝗘𝗡𝗧𝗘 𝗧𝗥𝗔𝗧𝗔𝗡𝗗𝗢 𝗗𝗘 acostumbrarme a los pequeños rayos de sol que entraban por el ventanal enorme de la habitación del futbolista. Trate de estirarme notando como mi pierna estaba entrelazada con las de Nico y a su vez su brazo tonificado rodeaba mi cintura apretándome contra su pecho de modo que no había manera de salir. Mi mente se puso totalmente alerta cuando aún seguíamos desnudos los dos sobre la cama con tan solo un par de sábanas cubriendo nuestros cuerpos, di gracias a Alessa cuando me comenzó a llamar logrando que Nico se despertase perezosamente.
— Buenos días, creo que lo tengo que coger, vuelve a dormir. — Sonreí al hablar aunque luego me di cuenta de que no iba a salir desnuda de la cama. — Uhm, me llevo esto ahora lo traigo.
Agarre con fuerza el edredón dejando al bilbaíno tan solo con una fina sábana tapando su cuerpo por lo que corrí hasta mi móvil para agarrar mi móvil y salir de la habitación notando como la calefacción ya estaba puesta.
— ¿Alessa? — Pregunte en voz baja tratando de no despertar al futbolista.
— Zia, zia, zia, non sai cosa mi è successo. — Tía, tía, tía, no sabes lo que me ha pasado.
— Dimmi.
— Ieri mi sono imbattuto in un ragazzo e ora si scopre che è ricco, sai cos'è una mosca? — Ayer me choque con un tío y ahora resulta que es rico, ¿sabes el braguetazo que es eso?
— Sei persa Alessa, ti sto solo dicendo di non fare qualcosa per soldi, ti conosco. — Vi como Nico salía de la habitación mirándome con el ceño fruncido. — Zia, devo lasciarti, poi ti chiamerò. — Termine la llamada bajo la atenta mirada de Nico.
— Me encanta escucharte hablar italiano. — Su mano rodeo mi cintura pegándose a mi escondiendo su cabeza entre el hueco entre mi hombro y mi cuello.
