*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
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Aeryn
A pesar de mi mala racha de hace dos días, no he vuelto a pasar por malos momentos. He evitado a Walter como si fuera la peste, entregué todas mis tareas y al fin aprobaron mis materias de Relaciones Públicas, así que puedo empezar a dedicarme a realizar las prácticas mientras continúo con las materias de diseño de modas hasta esta primavera, donde las terminaré igualmente.
Sonrío mientras me miro al espejo de mi casillero, una sonrisa real.
Pronto volveré a casa.
El teléfono vibra en mi bolsillo y lo saco, sonrío al ver que es papá y no dudo en contestar.
—Hola, papi. —canturreo.
—Hola, mi lindo pastelillo de miel. —saluda y su voz me saca otra sonrisa—. ¿Ya terminaste tu turno?
—Dile que le mando muchos besos. —dice la voz suave de mamá.
—Está en alta voz, cariño. —murmura papá.
—¡Aeryn, bebita! ¡Te amo! —grita mamá y alejo un momento el auricular de mi oído.
Riendo, niego con la cabeza mientras tomo mi mochila del casillero y cierro la puerta.
—Yo también los amo. —digo—. Y sí, terminé mi turno hace cinco minutos. —dejo el teléfono en la banca a mi lado y coloco el altavoz para empezar a arreglarme. Retiro mi uniforme y tomo mi vestido de seda antes de colocarlo y subir el cierre, un diseño especial que mi madre creó para mí con sus propias manos, a pesar de sus limitaciones físicas en uno de sus brazos.
—Recuerda ir con cuidado a casa. —gruñe papá, con el ceño fruncido—. Dios sabe cuántas películas he visto de Nueva York. Es un lugar muy oscuro y lleno de ratas.
Rio.
—No es un lugar oscuro.
—¿Pero si hay ratas? —esta vez es mamá y coloco mis ojos en blanco.
—En todo el mundo hay ratas, mami... a excepción de Alberta en Canadá, pero ese no es el punto.
Ambos empiezan a discutir sobre comprar pronto una propiedad en Canadá y yo pongo mis ojos en blanco, colocando mis sandalias de tacón. Decido no colocarme el abrigo, hace mucho calor debido al verano todavía y suelto mi cabello, arreglándolo mientras me veo en la ventana. Retoco mi maquillaje y dejo mis labios color rosa natural ya que me combina con el vestido.
—Papá, recuerda que ya tienes suficientes propiedades. —sonrío cuando se queja en mi oído.
—Como sea, Adam, no estamos hablando de ti. —lo pincha mamá—. Aeryn, pastelito, ¿qué tal la uni, ya aprobaste tus materias?
—De Relaciones Públicas sí, debería empezar mis prácticas muy pronto.
—Y deberás hacerlas en nuestra empresa. —dice papá—. Tenemos una sede en Nueva York, por lo que podrás ir y empezar a conocer cómo se mueve todo esto.