Donde los majos son solteros de La isla de las tentaciones.
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- Oye quien sabe, igual vuelves con pareja y todo.
- Venga Bea, no digas gilipolleces que ahí todas tienen novio, si consigo "tentar" a alguna la verdad es que no me gustaría estar con una infiel.
- Pues líate con un tentador.
- ¿Pero tú has visto las pintas de heterobásicos que suelen tener todos, Álvaro? Ni de coña. Yo voy a hacer un poco gracia mientras gano dinero y ya.
- Lo que digas, pero yo no desaprovecharía la oportunidad de pasármelo bien un rato.
A Juanjo siempre le habían gustado los realities. Le daba igual de que trataran, él se los tragaba todos. Y si había algo por lo que destacaba su personalidad era no tener vergüenza alguna, debido a ello no tuvo reparo en presentarse a MasterChef Junior cuando tuvo la oportunidad (aunque no lograra pasar de la primera prueba), ni a Operación Triunfo (una pena que se quedara a las puertas de la Gala 0) ni a cualquier otro reality que prometiera ser entretenido y en el que pudiera mostrar sus habilidades.
Con La isla de las tentaciones pasó parecido. No es que fuera un programa en el que poder mostrar alguna habilidad (a no ser que la capacidad de ligar y tirarse a alguien con novio fueran unas habilidades destacables), pero entretenido era un rato, y tanto Juanjo como sus mejores amigos habían sido amantes del programa desde su primera edición.
Cuando volvieron a abrir los castings para una nueva edición, no dudó ni un segundo en presentarse.
La primera idea era fingir que Bea era su novia y poder entrar como pareja, pero la chica decía que prefería pegarse un tiro antes que fingir que le iban los tíos durante un mes, así que no le quedó otra que presentarse como tentador.
Cada vez que hacía cosas de este estilo, las hacía por las coñas. Igual es verdad que en el fondo tenía la esperanza de que le cogieran (aún no entiende como no fue capaz de entrar a ese maldito reality de canto), pero esta vez no estaba seguro de si quería que le cogieran. Tampoco creía que fueran a hacerlo, estaba en el casting para conocer gente y pasar un buen rato, pero probablemente no le iban a coger, no se consideraba ni la mitad de guapo ni estaba la mitad de bueno que el tentador promedio. Pero lo dicho, estaba ahí por las coñas, así que esas cosas no importaban.
Puede que por ello la sorpresa fue grande cuando descubrió que sí que le habían cogido.
Sus amigos se rieron por él durante días, y no se imaginaba lo que se iban a reír cuando vieran el programa. Ni siquiera había llegado a la villa y ya se estaba arrepintiendo de su decisión. Pero ya no había vuelta atrás, y le iban a pagar por estar en una playa rodeado de tíos y tías que estarían buenísimos. Que se rieran lo que quisieran, él salía ganando.
La llegada a la villa fue tranquila. Antes de entrar les explicaron el funcionamiento del programa, aunque todos lo conocían de sobra, y también hicieron las presentaciones.
- Hola, me llamo Juanjo y estudio ingeniería naval. ¿Quién de todas vosotras va a soportar las mareas que me gusta navegar?
- Hola, me llamo Martin, soy un poco bohemio y pasar una noche conmigo es un premio que no tiene precio. ¿Quién de vosotras va a apagar este incendio?
- Hola, me llamo Álex Márquez, y aunque no monte en motos, puedo montarte esta noche, ¿quién va a ser la afortunada?
- Hola, me llamo Marcos y...
Juanjo siempre se había considerado un tío alto, pero lo cierto es que ahora se sentía intimidado. La mayoría era igual o más altos que él y tenían unas pintas demasiado pijas. Había un par de chicos más bajitos que él, uno con un bigote que no pegaba para nada con la estética del programa pero ahí estaba.
