Marca y nudo

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—¿Listo bebé?—.

—Si—. Izuku recibió un rápido y sonoro beso en los labios y se metió en su papel.

Era bien entrada la noche, ya había empezado el día de San Valentín e Izuku se encontraba en su esquina habitual paseándose de un lado a otro en espera de algún nuevo cliente, era bastante común que hombres que estaban solos en aquel día especial, pasaran por su esquina para disfrutar de lo que no podían tener en una pareja.

El pecoso sabía que era bien cotizado, siendo un omega llamaba mucho más la atención de lo que lo hacían los betas y algunos de los alfas, y por sobre todo muchos volteaban a verlo por la ropa que andaba trayendo. Izuku se sentía cómodo con el diminuto top que no tapaba prácticamente nada y la falda de cuero negro que llegaba hasta el raz de su redondo trasero.

—Hola precioso—. El pecoso sintió un escalofrío cuando un hombre habló a su espalda muy cerca de su oído.

—¡Oh! Hola—. Dijo volteandose para saludar al cliente pero su boca se cerró de golpe al ver al alfa más guapo que había visto en su vida.

El hombre era inmensamente alto, lleno de músculos, con un cabello rubio cenizo revuelto en puntas dispersas y unos penetrantes ojos rojos que le provocaban una deliciosa sensación.

—Entonces, ¿te follo aquí o vienes conmigo a un motel?—. Joder, esa profunda voz y esa enorme mano envuelta en su cintura, estaban haciendo estragos en su entrada que ya comenzaba a mojarse.

—Vamos a una habitación y podrás follarme como quieras alfa—. Ronroneó sensual.

Cuando ambos llegaron a la habitación del motel más cercano no demoraron mucho en quitarse la ropa y quedar completamente desnudos en medio de toques obscenos y besos mojados.

—Mierda hueles tan bien—. Gruñó el alfa pasando su nariz por la glándula del omega.

Ambos tenían sus dedos metidos en el agujero del peliverde intentando abrirlo lo más rápido posible, cosa que no tomaría mucho tiempo ya que Izuku estaba tan excitado que salía más y más lubricante con cada dedo que le penetraba.

—Ah!...Alfa, fóllame por favor—. Rogó el omega.

—Tan ansioso por una polla—.

—Si! si por favor—. Izuku no podía más, se moría porque el rubio se hundiera en lo más profundo de su interior.

El alfa lo acomodó sin cuidado y sin esperar más alineó su duro miembro y se enterró de una sola estocada, de inmediato Izuku se sintió completamente lleno con la enorme polla del alfa acomodada en medio de sus paredes.

—Joder...Sabía que estarías apretado pero no imaginé que tanto—. Murmuró entre jadeos el alfa desde atrás.

Mientras el pecoso se maravilló al sentir como el rubio le reordenaba las entrañas con cada embestida, embestidas que se volvían cada vez más fuertes y brutales que lo estaban volviendo loco esa polla era perfecta para él.

El alfa lo tocaba y lo besaba en donde podía e Izuku solo podía recibir completamente perdido en su placer, perdido en el movimiento de sus caderas, perdido en las feromonas de ambos combinándose en una deliciosa fragancia que lo estaba llevando al cielo.

—-Tan delicioso...Te he estado observando durante meses—. El alfa hablaba directamente a su oído. —He visto como otros imbéciles te tomaban... He visto como te dejas tocar por esas asquerosas manos—.

Izuku no entendía muy bien de lo que estaba hablando el alfa, pero mientras lo siguiera penetrando todo estaría bien.

—Pero nada de eso importa...Porque ahora serás solo mío—. Gruñó el rubio con una sonrisa.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del omega, no solo por las palabras del alfa si no porque con cada embestida que recibía el nudo en su miembro se hacía más grande y más le costaba salir, el alfa lo iba a anudar y aunque lo ansiaba no estaba permitido.

—No...No nudo...—. Susurró como pudo.

—Si, te anudaré y te llenaré de mis cachorros—. El alfa seguía hundiéndose en su interior.

—No...No por favor....

Pero el rubio no escuchó y lo embistió una y otra vez hasta que su nudo explotó dejándolos atrapados, al mismo tiempo cargas y cargas de semen le llenaban el interior y una fuerte mordida en su cuello los unía como compañeros.

—Ah!!.. ah!...

Izuku jadeaba mientras se corría al recibir todo lo que el rubio le estaba dando, al mismo tiempo que miles de emociones lo colmaban, emociones del alfa que hasta hace cinco minutos era su cliente y del cual no sabía ni su nombre, pero que ahora era su compañero.

—Haa mierda nerd si que te metiste en tu papel—. Dijo riendo el rubio a su lado cuando ambos habían bajado de su orgasmo.

—¿Qué?—. Preguntó riendo y dándole una palmada en el brazo de su esposo. —Kacchan se comportó como un cliente obsesivo—. Lo acusó riendo a carcajadas.

Ambos compartieron risas por el juego de rol que habían hecho recién, cosa que era bastante común desde su noviazgo, Katsuki e Izuku llevaban años juntos y aquellos juegos no hacían más que avivar la llama de su amor y qué mejor que hacerlo en un día tan especial.

—Por ti conejito, haría lo que me pidieras—. Murmuró Katsuki abrazandolo y besandolo aún unidos por su nudo.

—Jeje, lo se Kacchan y te amo por eso—. Dijo el pecoso acariciando los brazos de su alfa y dejándose mimar. —Feliz día de San Valentín—.

—Feliz San Valentín sexy nerd—.

One-shot [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora