Era de madrugada, en la habitación más grande de Ophelia Hall se encontraban dos chicas acurrucadas entre sí mientras que el sonido de los grillos del bosque era lo único que se escuchaba.
- Mm... - Merlina poco a poco empezó a despertarse porque sentía que alguien la estaba aplastando, al abrir los ojos lo único que pudo distinguir fue a una hermosa cabellera rubia acurrucada sobre su hombro y unos fuertes brazos abrazando su cintura, al darse cuenta de la comprometedora posición en la cual se entraba con su roomie sintió su cara arder y empezó a volver a sentir el calor recorriendo todo su cuerpo.
Ahora era más fuerte, más intenso y al parecer Enid no tenía intención de dejarla ir.
Intentó volver a dormir y no hacerle caso a su omega que gritaba en su interior que despertara a la alfa para que esta pudiera complacer todos su deseos carnales, pero simplemente no pudo.
De alguna u otra forma pudo soltarse de los brazos de la rubia y dirigirse al baño, estaba empapada. Su omega soltó tristes jadeos, mientras se tocaba no pudo evitar pensar en como se sentían los brazos de Enid rodeando su cintura, en serio necesitaba sentir aquellos brazos nuevamente, necesitaba que la alfa la haga suya.
Enid por su parte se despertó poco después de haber escuchado un agudo sollozo y al recobrar el sentido no percibió a la omega a su lado, así que intuyó que aquel sonido era de ella.
- Mer, déjame entrar, por favor - pidió Enid - Déjame ayudarte.
- N-no puedes - respondió Merlina desde dentro.
- Sí puedo, si es que tú me lo permites - respondió Enid.
- Y-yo.... - Merlina abrió un poco la puerta dejando que la rubia vea el desastre que había hecho en el baño. Enid sólo la abrazó y la apegó a su cuerpo sabiendo que esto era lo que la pelinegra necesitaba.
La rubia guió a la Addams hasta el nido que había hecho en la habitación y la metió.
- Dime qué deseas que haga por ti, Omega mía - esas palabras hicieron que la coño de Merlina se apretara contra la nada y que sus muslos se empapen más.
- Hazme tuya - respondió la pelinegra mirando a Enid a los ojos concediendole su aprobación.
- Sus deseos son órdenes - respondió Enid para después empezar a besar a Merlina, primero fue lento y después aquel beso se volvió más atrevido y apasionado.
Mientras se besaban con desesperación la rubia empezó a bajar con delicadeza la tira de la pijama de Merlina, lo que causó que la pelinegra soltara muchos gemidos ahogados en el beso que compartían.
- Ahh.... - jadeo Addams después de haberse separado de los labios de la contraria por la falta de aire. Internamente maldijo al oxígeno ya que por él había cortado su beso, pero paró cuando sintió que los labios de Enid empezaron a dejar pequeños besos alrededor de su cuello - Mmm.. ahhh ma-más
La rubia empezó a dejar varios chupetones en el pálido cuello de la primogénita de los Addams haciendo que Merlina pierda cada vez más la poca cordura que le quedaba.
Ya sin nada por encima de su cintura para arriba, Enid se tomó un tiempo para visualizar la figura de su omega casi sin nada más que su short el cual tapaba sus mojados muslos.
- Eres hermosa - susurró la rubia en el oído de la omega lo que la hizo estremecer.
Enid empezó a moldear su figura con sus manos, las cuales sin duda estaban haciendo un maravilloso trabajo, después empezó a masajear uno de sus pechos mientras que chupaba el otro volviendo loca la chica debajo de ella.