Narra Mr.P
- Que os aproveche, y muchas felicidades - dijo antes de irse
- Muchas gracias - dijo Crow haciéndole un gesto con la mano. Yo ya habia empezado a comer, me puse tan nervioso que al acabar me sentí casi tan exhausto como feliz. Solté los cubiertos y tomé mi mano izquierda... - Te queda perfecto - dijo para agarrar mi mano, también con la mano izquierda - Dejar de tener novio para tener un marido... no esperaba llegar a un momento como este
- ¿Y como se siente? - pregunté con una sonrisa
- Bueno... es difícil de explicar, pero fue algo parecido a lo que sentí cuando empezamos a salir - siguió - Pero más intenso, y con más ilusión
- Yo también me siento como tu - dije para apretar su mano y apollarme en su hombro
Tras unos segundos comenzamos a comer, bueno, el comenzó y yo seguí comiendo. Los platos iban saliendo en orden y a la hora, era algo que agradecía, no tener que estar pendiente a los fallos de otros para variar, y más hoy. Pese a que lo dijimos en repetidas ocasiones, algunos de nuestros amigos se nos fueron acercando y nos daban algo que Crow teníamos que acabar dejando en una habitación cercana. Por lo demás la cena fue de maravilla, todos reían y nadie la liaba... menos mal... finalmente, comenzó la fiesta. Las bebidas comenzaron a volar de las botellas a los vasos mientras que los primeros bailes ya se veían en la pista de baile.
- ¿Quieres que te traiga algo? - me pregunto
- Una copa del tinto - respondí aún sentado
- Muy bien, pero no te pases - dijo para acercarse a mi - Luego me lo quiero pasar bien y quiero aprovechar la noche entera
No pude evitar ponerme completamente rojo antes de voltear y ver a Crow desaparecer entre la gente en la zona de bebidas.
- Hola Mr.P - escuche a mi derecha una voz familiar. Me gire un poco más y ahí estaba...
- ¡Genio! Gracias por venir, y sobre todo por encargarte de dirigir la boda
- No es nada. Por cierto, ¿donde está Crow? Quería aprovechar que aún no de había abierto la barra para daros mi regalo
- No tenias que haberlo hecho, ya dijimos que no era necesario
- Ya, pero quiero que mi amigo tenga una buena vida, y estoy seguro de que esto te va a ayudar
- ¡Hombre, ¿que haces aquí Genio?! - dijo Crow llegando por detrás de él
- Venía a daros mi regalo, los papeles que te enseñé antes - dijo para sacar de su bolsillo de la chaqueta 3 papelitos - Son tres deseos, escribid vuestro deseo y quemad el papel. A los 3 días se cumplirá, y completamente privados
- ¡Vaya, ¿de verdad?! - volvió a hablar Crow
- Pero esto te tiene que haber costado un montón - dije yo asombrado
- No me cuesta nada, después de todo, soy un genio de la lámpara, antes de llegar al pueblo, dar deseos era mi vida
- Muchas gracias Genio - dijo Crow estrechandole la mano
- Ni lo menciones, todo para que hagas a mi amigo feliz - finalizo para sonreírme y despedirse con la mano
Tras despedirnos de él, Crow cogió los papeles y se fue a donde llevábamos los regalos. Al volver, venía sin la chaqueta del traje.
- No quiero que se pierdan, así que los he guardado en mi chaqueta, y para que no se me caiga de los bolsillos, la he dejado en la silla. Luego antes de irnos tenemos que acordarnos de cogerlo todo, no se vaya a quedar aquí - dijo mirando hacia la puerta
- ¿Quieres que ponga a los pinguinitos a dar viajes? - pregunté antes de tomar mi primer sorbo
- Si, será lo mejor - dijo para abrazarme y acercarse aún más a mi - así tendré las dos manos para cargar a mi marido a casa
- O... volar - dije mirándole de reojo y algo avergonzado
- Muy bien, pero que señas que pienso aprovechar la noche, así que no bebas demasiado
Yo me sonrojé, pero con una sonrisa, asentí empomocionado... no quiero esperar.
Fin del Capitulo 30