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-¡ESOS PEQUEÑOS PECADORES NO SABEN LO QUE HACEN! -rugió Artex, su voz ecoando por el laberinto como un trueno, mientras salía de un portal que lo llevó a ese lugar de desesperación y oscuridad.

Su rostro se contorsionó en una máscara de ira y desprecio, sus ojos brillando con un fuego infernal.

-¡NO PUEDEN ENAMORARSE DE MONSTRUOS! -gritó, su voz rompiendo la tranquilidad del laberinto, mientras golpeaba el muro con un puño cerrado, haciendo que el suelo temblara.

El muro se estremeció bajo su golpe, como si sintiera el peso de su furia. Artex se volvió, su mirada recorriendo el laberinto, buscando a los culpables de su ira.

Artex sintió una presencia misteriosa, una sensación que le erizó la piel y le hizo tensar todos sus músculos. Su mirada recorrió el laberinto, buscando la fuente de esa energía, hasta que vio una silueta invisible en el muro.

-¿Qué tenemos aqui? -tartamudeó Artex, su voz llena de incredulidad.

Sin esperar respuesta, Artex agarró su espada y la clavó fuertemente en el muro, con un golpe que resonó por todo el laberinto. La espada se hundió en la piedra, y de repente, comenzó a sangrar, como si el propio muro estuviera vivo.

En eso se reveló a un híbrido entre un Handal camaleón y un Merodeador que se camuflada, soltó un suspiro para luego caer muerto al suelo.

Artex miró al híbrido con desprecio, su rostro sin emoción.

-Otro aborto de la naturaleza -dijo, su voz fría y calculadora-. Otro resultado de la debilidad del amor...

Se acercó al  cadáver del híbrido, su espada clavada en el cuerpo.

-Eres un recordatorio de por qué debo continuar mi trabajo -dijo, su mirada helada-. No puedo permitir que criaturas como tú contaminen el mundo...







-¡100 botellas en una pared, 100 botellas en una pared!... -gritaban con alegría Gloria y Fauron mientras caminaban juntos- ¡Si una se cae, ¿cuantas hay?... 99 botellas en una pared!

Barbara estaba detrás de Gloria y Fauron, sumida en un mar de frustración y desesperación, mientras la cansina melodía de "100 botellas en una pared" resonaba en sus oídos como un martillo que golpeaba su cerebro sin piedad.

Pero lo peor era ver a Fauron, sonriendo inocentemente junto a Gloria, completamente ajeno a la tormenta emocional que se desataba dentro de ella. ¿Por qué Gloria no podía ver que su corazón latía solo por ella? ¿Por qué Fauron parecía tenerla hechizada?

-Bien... Chicos... -murmuró Barbara, apretando los dientes y forcingando una sonrisa tranquilizadora, mientras sus ojos parecían gritar -...creo que sería buena idea... Guardar silencio..." -susurró, su voz temblando ligeramente, como si estuviera conteniendo un secreto que amenazaba con explotar-Quién sabe qué cosas haya aquí... -agregó, su voz apenas audible, mientras su cerebro imaginaba todo tipo de peligros y a la vez pensaba en Gloria-

Su mano se crispó en un puño, y luego se relajó, como si estuviera luchando contra su propio nerviosismo.

Gloria se acercó a Barbara, su voz baja y conspirativa, mientras su mirada recorría el entorno sombrío. -Barbara tiene razón... No sabemos qué es este lugar... Y tampoco sabemos qué criaturas hay aquí...

Fauron sonrió confiadamente, con un toque de coquetería hacia Gloria. -Tranquilas señoritas... Tienen a un hombre aquí... -

Gloria se rió suavemente, su sonrisa iluminando el ambiente.

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⏰ Última actualización: 9 hours ago ⏰

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★𝚂𝙸𝙽 𝚁𝙴𝙼𝙴𝙳𝙸𝙾★  (FNAFHS OLD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora