17. Arrayanes.

33 1 0
                                    

Me desperté con los brazos de Peter rodeándome delicadamente, mas allá se veía el gran campo verde y unos cuantos árboles, sentí frío de inmediato pero antes de sentarme me voltee para poder ver a Peter que aún estaba dormido, sus pestañas cortas se veían magníficamente negras contra sus hermosos pómulos, imaginé sus ojos color mar que escondían esos parpados relajados, su rostro era indescriptible y sus labios eran como el modelo que a un pintor le gustaría reflejar en su lienzo.

-Deberías dejar de mirarme dormido.- murmuro de repente Peter, me hubiera sobresaltado si el sol no me apuntara relajando amenazando con quitarme el frío y ponerme un poco de calor mañanero.

-Es imposible.

-Solo es imposible si lo crees así.- replicó aún con los ojos cerrados, añore esos hermosos ojos que nunca encontraría en ningún lugar en el mundo y de repente los deje de añorar por que ahí estaban a la vista, Peter había abierto los ojos y me miraba, suspiré, ¿tanta belleza como podía estar contenida en un solo cuerpo?

-¿Que tanto miras?, vale, ya se que estoy bueno pero...

-Cállate, ojalá vieras lo que yo veo justo ahora.

-¿Que ves aparte de mi?

-Nada, te veo a ti, exacto, solo te veo a ti, Dios mío, ¿que haremos con tanta belleza?- dije sonriendo sarcásticamente.

-Podrías besarme justo ahora, no sé, solo digo.

-¿Ah si?

-Si, eso es lo que creo.- me dedicó una sonrisa radiante, sonreí.

-Pues has creído mal, ahora vayámonos, tengo cosas que hacer.- me apoyé sobre mis codos y después me puse en pie, lo mire hacía abajo.

-¿Que es mas importante que besarme?- dijo también poniéndose en pie.

-Créeme muchas cosas, demasiadas diría yo.

-¿Una de esas es ver a Cameron?- lo mire atónita, ¿como sabía...?

-Si, una de esas es ver a el chico mas agradable que conozco.- fingí estar mas relajada.

-Después de mi, claro.

-Deberías dejar de creerte el centro del universo.

-¿Es que acaso no lo soy?- dijo empezando a doblar la manta. Sonó mi móvil y Peter y yo nos miramos, cogí mi móvil y era una notificación de Facebook, lo mire con cara de desprecio.

-¿Cameron?- preguntó Peter con ironía para su suerte no lo era.

-Ojalá, una estúpida notificación de Facebook, de esos chicos que se hacen publicaciones como de dos paginas, estúpidos enamorados.- el agacho la cabeza hacia la manta que ya estaba doblada en sus manos.

-Algún día lo harás.- dijo levantando la cabeza, me sentí totalmente desorientada.

-¿El que?

-Te enamorarás.-deje de mirar el sol a medias y centre toda mi atención de repente.

-¿Tu ya...?- formulé mientras veía esos ojos azules.

-No lo sé, hay una chica... no la superé con facilidad, cuatro años, para ser exacto-Peter notó que habría mucho los ojos continuo con calma- pero no, no lo se, la quise tanto... pero no creo que me hubiera enamorado, si quieres saber la realidad de lo que es estar... ya sabes, pregúntaselo a Finn.

-¿Finn? hay por favor, ¿preguntarle? no quiero ver nada de esas cosas de enamorados, ni una sola palabra sobre el tema.-dije arrugando la nariz con asco.

-Esta bien, si es lo que quieres...- dijo mientras cruzaba las piernas para sentarse, lo seguí, nos quedamos mirando el amanecer y hay fue cuando me di cuenta, ¿en realidad algún día lo querría? ¿quería a Peter? ¿algún día me enamoraría? miré a Peter y recordé la noche anterior, cuando me tomó de la mano, ese cosquilleo... cerré los ojos, ojalá que si me llegará a enamorar no me derrumbara o al menos que fuera por alguien que valiera la pena.

Los prejuicios de Emily [ DETENIDA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora