18. Ojos dorados.

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-Ellen.- susurré medio audible.

Ellen estaba medio despierta y medio inconsciente, tenía sangre en la camisa justo por donde se debería encontrar la clavícula, sentí de nuevo que me debilitaba, mis piernas cedieron, casi caí encima de Ellen.

-Dios mío.- se permitió decir Finn por Ellen y por mi, el reacciono y me quitó de inmediato, la vista se me empezó a apagar, tenía hambre, mucha, sentí los brazos de Finn musculosos bajo mis brazos. Yo parecía una muñeca de trapo, no podía mover un solo musculo de mi cuerpo. Al fin Finn me levantó ubicando mis pantorrillas bajo un brazo y mi cuello en el otro.

-Es hora de irnos.- afirmó justo antes de que me albergara la profunda oscuridad.



Me desperté confundida, vi al rededor, la casa, la casa de Peter, lo supe por que ya reconocía su cuarto, aunque, tardé un poco por que como siempre, me desperté con la mente blanca de pensamientos y antes de que me pudiera parar alguien a los pies de la cama habló.  

-No lo hagas, estás débil.- era la voz varonil de Peter, sentí un vacío de nuevo, me senté haciendo caso omiso a la advertencia de Peter.

-Exacto, estoy débil, tengo hambre, Peter...- empecé antes de que me interrumpiera.

-Mira a tu lado.- sugirió mientras dirigí la mirada dudosa hasta la mesita de noche, allí habían tortillas de queso y jamón y de repente recordé por que me había desmayado.

-¿Y Ellen? ¿está bien? ¿que sucedió? ¿donde está?- pregunté rápidamente apartando la mirada de la tortilla y dirigiéndome solo a Peter.

-Eh, tranquila, ella esta bien, tranquila, come.- no lo dijo como una sugerencia si no como  una orden, estaba tan consternada por el sueño que cogí el plato obediente y comencé a comer.

Peter gateó desde los pies de la cama hasta la cabecera, prendió su televisor de pantalla plana y se quedo mirándome comer por un momento luego cuando me percaté apartó su mirada, siempre me pregunté ¿por que los chicos nos miraban y luego apartaban la mirada? ¿que significaba? siempre que peleaba con Tod o estábamos a punto de terminar con nuestra amistad lo pillaba dedicándome miradas curiosas, yo se las devolvía por que lo extrañaba pero para ellos, ¿que era?

-Peter.- dije invadida de curiosidad, tenía que preguntar.

-¿Si?- preguntó apartando la mirada de un partido de fútbol.

-¿Por que los hombres nos miran y apartan la mirada?, me explico, ¿por que la apartan? ¿que significa?

-Creo que estás haciendo la pregunta equivocada, eso depende de quien te mira.

-¿Y tu? ¿por que me miras?- pregunté sin previo aviso, este me miró con curiosidad.

-Por que eres hermosa.- aceptó apartando la mirada rápidamente hacía el partido. Recordé que justo ese día tenía plan con Cameron.

-¿Mi móvil? creo que ya estoy completamente bien.- dije mientras dejaba el plato ya vació en la mesita de noche, miré por la gran ventana, ya estaba cayendo la noche.

-Por hay, creo que lo deje en la cocina, cuando te desmayaste casi lo pierdes.- lo miré un segundo y luego cogí el plato y me dirigí a la cocina, baje las grandes y espaciosas escaleras, crucé la sala y me dirigí a la cocina, de repente algo me detuvo, alguien paso por al frente mío.

-¡Dios mío!- exclamé mientras Finn se quedaba paralizado gracias a mi sorpresa.

-Perdón, no era mi intención asustarte, ¿ya estas mejor?- preguntó con sinceridad, por eso era que quería a Finn, por que no sentía que eran abrazos paganos, ni falsas promesas y mucho menos una falsa amistad, sonreí con aquél pensamiento.

Los prejuicios de Emily [ DETENIDA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora