𝐓𝐡𝐞 𝐇𝐮𝐧𝐭𝐬𝐦𝐚𝐧 𝐨𝐟 𝐑𝐞𝐝 𝐕2 (𝐓𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐢𝐝𝐨)

Capítulo 68: Lo que significa ser un Héroe: 7

La chispa de la magia crepitó cuando Salem rompió la conexión que tenía con la Sombra Grimm y centró toda su atención en Ozpin. Archer había usado la Sombra Grimm el tiempo suficiente como para tener un conocimiento profundo de su mecánica, y confiaba en su competencia hasta el punto de que sentía que no necesitaba supervisarlo.

Ambos eran colaboradores, no subordinados del otro. Esa era la distinción.

Con toda su atención centrada nuevamente en Ozpin, no pasó mucho tiempo antes de que hubiera una diferencia notable en su duelo.

¡Bang!

La frente de Ozpin se crispó cuando los flequillos de su cuerpo fueron quemados por un rayo de energía mágica que evitó por poco.

Salem flotó bajo una plataforma de su magia mientras retiraba lentamente la mano que había usado para apuntar un ataque a la cabeza de Ozpin.

—No perderé una segunda vez, querido Ozma —murmuró Salem con desprecio.

Ozpin chasqueó la lengua y reajustó la empuñadura de su espada.

—Entonces, trabaja en tu puntería. Hemos tenido años para practicar.

Salem se burló, pero no se animó a lanzar el golpe cuando notó que Ozpin tensaba las piernas para reducir la distancia entre ellos.

Ella siempre había sido la mejor en las artes de la hechicería y la magia. Ozma había creado un guerrero, un caballero valiente que había usado principalmente su magia para aumentar su espada y sus habilidades físicas.

Salem fue quien enseñó a Ozma a ser más hábil en lo arcano.

Los recuerdos parpadearon en las mentes de Salem y Ozpin mientras estaban uno frente al otro, sabiendo que ellos eran la raíz de todos los problemas que Remnant enfrentaba hasta la fecha. Fueron sus decisiones y acciones las que contribuyeron a la desgracia de todos.

Y mientras Ozpin buscaba corregir errores pasados, Salem quería un final.

El fin de esta inmortalidad, de esta bastardización del amor y del final feliz que siempre había deseado, pero que le fueron arrebatados.

Había vivido demasiado tiempo, se había vuelto demasiado hastiada y, sobre todo, simplemente no podía dejar atrás el pasado.

Salem cerró los puños con las manos.

Ella lo sabía.

Ella lo supo desde el principio: el odio que sentía dentro de sí y la furia.

Por mucho que odiara a Ozma por sus acciones pasadas, gran parte de ese odio también se dirigía a ella misma. En su furia, había matado a su marido y a sus hijas sin preguntar jamás el motivo de su traición.

Los secretos y la historia que ella y Ozma compartían eran muchos, ya que eran las más cercanas a comprender las dificultades de la otra, pero un error entre ellas llevó a otro.

Ozma ya había intentado explicarle el motivo de su traición y, si ella hubiera estado más lúcida y hubiera razonado, tal vez hubiera podido verlo y comprenderlo. Pero no pudo.

No cuando ya no había motivos para escuchar.

Escuchar no devolvería a sus hijas.

—No has cambiado, Ozma —susurró Salem, mientras la energía mágica crecía a su alrededor de una manera que superaba con creces su producción anterior—. Fue tu error dividir tu poder por cuatro. Aunque lo hayas hecho en su memoria.

Ozpin endureció su resolución, sabiendo lo que estaba por venir.

Levantó el brazo y se protegió la cara de un torrente de viento que la azotaba mientras Salem condensaba su energía mágica a su alrededor. Se formó una fina aura que se endureció hasta convertirse en una sustancia similar al vidrio que flotaba y giraba constantemente alrededor de su cintura. Mientras tanto, la magia bailaba en las puntas de sus dedos, crepitando y formando arcos como un relámpago.