𝐓𝐡𝐞 𝐇𝐮𝐧𝐭𝐬𝐦𝐚𝐧 𝐨𝐟 𝐑𝐞𝐝 𝐕2 (𝐓𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐢𝐝𝐨)

Capítulo 69: Lo que significa ser un Héroe: 8

Desde el momento en que Ruby descubrió por primera vez que los Grimm estaban gobernados por una única entidad que dictaba todo en una guerra de sombras fuera de la vista del público, comprendió quién era el verdadero villano.

Llámala ingenua, pero si uno viera el mundo en blanco y negro, entonces los justos y los injustos deberían ser evidentes tanto en el pasado como en el presente.

Al contemplar a Salem, Reina de los Grimm, Ruby sintió el peso de un enemigo predestinado más que nunca. Y junto con esa sensación venía el temor por lo que implicaría no poder derrotarla.

—Intenta evitar interferir innecesariamente —aconsejó Shirou con un tono solemne—. Recuerda las lecciones cuando te enfrentes a Grimm. Si están por encima de tus capacidades, entonces no te involucres y, en su lugar, busca la cooperación de los demás.

¿Cooperación?

Ruby meneó la cabeza interiormente.

Ella quería huir mientras miraba la energía oscura que ennegrecía la piel de Shirou desde donde Salem lo había tocado.

Sin embargo, tal resultado ahora era más imposible que nunca.

—¡Ruby! —gritó Weiss mientras luchaba de espaldas a Pyrrha y los demás.

Los Grimm estaban en todas partes, y la barrera de Jaune solo podía hacer algo mientras se concentraba en proteger a los civiles sobrevivientes de cualquier daño.

Los destellos rojos y el eco de los disparos en el horizonte habían atraído a los compañeros de Ruby a su ubicación.

Retirándose de donde Salem casi lo había atrapado, Shirou retrocedió y se detuvo con Ruby a su lado frente a Jaune y los demás.

No fue hasta que Shirou se acercó que la atención se desvió de Ruby y se dirigió hacia la persona junto a la que estaba luchando.

—... —Jaune abrió y cerró la boca mientras Pyrrha y los demás se estremecieron.

—De ninguna manera... —tartamudeó Emerald en estado de shock.

—El Cazador de Rojo —murmuró Blake, mirando fijamente a Ruby, luego a Shirou y viceversa antes de que la esperanza se reavivara en sus ojos de la misma manera que lo hizo en todos los demás.

Vale está perdido.

Eso ya lo habían aceptado Blake y los demás, que ya no solo luchaban contra Grimm para proteger la ciudad, sino para escoltar a los que estaban vivos.

Incluso los estudiantes de segundo y tercer año de Academia Beacon estaban ocupados evacuando sin las instrucciones de Ozpin. Habían seguido las lecciones que les habían enseñado en la academia. El eco de los disparos de la ametralladora de Coco Adele resonó en la distancia para abrirse paso a través de los Grimm, pero las mareas eran incesantes.

Pronto, las municiones se agotarían y el cansancio y la fatiga alcanzarían a todos.

Y en ese momento en que Salem se reveló en el centro de todo, se sintió como el principio del fin.

La única razón por la que el pánico y la desesperación aún no habían llegado era debido al mundo de espadas en el que todos se encontraban. Cuando los Grimm se acercaban, las espadas caían desde lo alto y los atravesaban en el lugar.

—Es él, el Cazador de Rojo —dijo Ector, incapaz de olvidar la espalda del hombre que había salvado el monte Glenn.

Y junto al famoso Cazador estaba Ruby.

Si Yang estuviera presente, habría sido la primera en exclamar, ya que Ruby había insistido en conocer al Cazador de Rojo durante años.

—Ahora no es el momento de hablar —dijo Shirou mientras levantaba un brazo y disparaba numerosas espadas a Salem.