Dia 7 - Soñar con dinero (Triangulo/Melatonin)

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Ayer que fui al restaurante me di cuenta lo divertida que puede ser la gente de esta ciudad, incluso atrae a turistas bastante alegres. Eso me dejo pensando que no conozco a mucha gente de esta ciudad, un poco irónico y tonto de mi parte, después de todo llegue a esta ciudad para extender mis horizontes.

Decidi empezar con el pie derecho y visitar a una de las pocas personas que me saludo cuando llegue. Cuando llegue a su tienda, el olor florar que emanaba me hizo detener como si tubiese su propia barrera, no era malo ni mucho menos.

Encontre a Katerine saliendo de un despacho trasero y me saludo con entusiasmo, me llevo por las distintas habitaciones del local, cada una tenia su propia barrera de olores, asi que me dio un bendaje para tapar mi pico por donde respiraba.

Su coleccion de plantas era inmensa, y su cuidado me dejo pensando en su seria dedicacion , realmente la envidiaba en ese aspecto. Me llevo a un lugar excluido, donde las plantas lucian mas exoticas, o al menos mas densas, las hojas rivalizaban el tamaño de mis manos, "podria estar ahi por horas y empezaba a escuchar los pensamientos de la naturaleza" decia Katerine. 

Algo me llamo la atención detras de unas hojas, las movi de lugar y en una rama seca se encontraba una lagartija marron, tiesa sobre la madera con los ojos cerrados, hasta le crecia vegetacion por su cuerpo. Cuando Katerine noto mi silencio tambien noto la lagartija. Me llevo al otro cuarto indicando que hiciera silencio.

"Ese de ahi es Capuchino, un dia me lo encontre en mi huerto de verduras, desde entonces y ahora no ha hecho mas que dormir," me contaba la mujer cactus mientras me servia té de limon, su aroma era tan agradable como su sabor, "a veces se mueve y se alimenta de los nutrientes que les doy a las plantas, mas que eso solo se queda recostado."

Ya había escuchado de plantas vivientes, en mi pueblo natal vive una amiga mía que le crecen bananas de su barbilla, pero jamás una que durmiese por tanto tiempo "¿cuanto crees que tenga? Me pareció ser algo grande para ser una lagartija." Me atrape a mí misma en la última palabra, parecía reptil, pero con lo que me conto Katerine se comportaba más como una planta.

Lla pregunta la hizo dudar, suspiro despues de un momento "la verdad es que no lo se, tiene conmigo creo que 3 semanas, y ha crecido un poco, pero el que nunca me despierte, a veces me espanto al pensar que dejo de moverse..."

Se veia realmente preocupada, sus oscuros ojos reflejaban una anxiedad marcada por las arrugas de sus ojos, respirando hondo en intervalos, lo cual me dio una idea, me tomo literalmente un parpadeo llegar a mi departamento y sacar de mis cosas el TM Comesueños, nunca le crei a Lara que me seria util.

Regrese con Katerine y aprendí el movimiento (tuve que sacrificar Vuelo por el momento), llevamos a Capuchinos a la mesa de la resepcion, en la rama parecia estar tieso, pas cuando lo levanto Katerine este se puso aguado.

Mis dedos brillaron en lo que rodearon su somnoliento cuerpo, y de pronto sus sueños fueron transferidos a mi. Lo que seguia era algo raro, nunca lo habia practicado pero me alegre de haberlo hecho a la primera.

Froté los dedos de mi otra mano sobre mi frente hasta que pude "rascar" sus sueños de mi cabeza, hasta que se formó una nube que nos separó a Katerine y a mí. Las nubes se tornaban rosas mientras una imagen se empezaba a formar, y la imagen se movia, parecía estar lloviendo, pero no era lluvia normal, no, eran monedas cayendo del cielo.

Cerdos en forma de alcancía volaban atrapando las monedas que podían entrar en sus orificios de sus espaldas, y en el fondo cajas fuerte de acero decoraban el horizonte. Me tomo un momento hasta que logre encontrar a Capuchino en su sueño, estaba sobre el lomo de un gran cerdo alcancia, muy gordo para levantarse del suelo.

Este se movia por el cerdo intentanto agarrar las monedas que caian por la acercania, las que podia agarras las ponian en su corcel rosado, las que no se les quedo viendo por un rato. Repetia el proceso y le cerdo jamas parecio llenarse.

Las nubes se esparcieron, y Capuchino estaba despierto, aunque no por completo, estar dormido por lo menos 3 semanas no sería un sueño ligero de librar. Mientras que Katerine estaba llorando, aunque no relamente, ser un cactus no le permitía llorar, pero lo estaba haciendo.

Lentamente se sento en el mostrador, y compartieron miradas. Capuchino acepto su acaricia y Katerine dejo escapar un suspiro.

Algo detrás de ella me atrapo la atención, era la habitación donde salió antes. No podia verlo claro pero dentro había una mesa con una lampara, iluminaba montones de papeles, muchos de ellos con letras rojas en grande.

Volví a mirar las estanterías llenas de plantas, todas llenas con un cuidado meticuloso, que tanto le costaria a Katerine mantener este lugar? No me atrevia  preguntar, si ya estaba en su tienda podria comprar algo para aprovechar la vuelta.

Ahora estoy en casa con un Azahar de La Selva Florale de Katerine, y ella tendría un nuevo asistente soñador.


Inktober LeyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora