Ya sabía yo que nuestro encuentro en esta vida sería efímero, pero bello. Por eso te escribí de manera apresurada todos los poemas que pude, por eso dulcifique mi voz cuando te llamaba por teléfono, por eso accedí a tus caprichos absurdos; porque dentro, muy dentro de mi, sabía que nuestra historia ya tenía escrito el punto final, que el terrible desenlace era inevitable, pero yo en mi necedad insistía en posponerlo lo más que me fuera posible, porque eras la estrella fugaz más hermosa que había cruzado por mi cielo nocturno.
Estábamos destinados a enredar nuestros caminos y condenados a perdernos para siempre, a rompernos el corazón de una manera exquisita y luego andar sin rumbo en nuestras vidas paralelas.
Lo supe desde la primera vez que mis ojos tropezaron con los tuyos, desde que probé tus labios en aquel primer beso robado, supe que iba a amarte como a nadie e, inevitablemente, a perderte.
Pues algo no encajaba cuando el mundo callaba y nos mirábamos a los ojos, cuando me susurrabas "te amo", cuando me mordidas el cuello, no encajaban mis sombras con tu oscuridad, nuestros demonios gozaban de pelear entre ellos y provocar caos.
Nunca estuvimos hechos para una vida compartida, estamos hechos para encontrarnos, devorarnos, destrozarnos y echar a volar a otro cielo.
Eres mi estrella fugaz favorita, un destello hermoso que ilumino brevemente mi noche infinita.
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Lettres manquantes
RomanceSiempre hay palabras que por más que moramos por decir se nos quedan atoradas en la garganta; por eso he decido escribirte las cosas que nunca podré decirte.