𝗝𝗜𝗠𝗠𝗬 𝗗𝗢𝗡𝗔𝗟𝗗𝗦𝗢𝗡ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ

𝕵𝖎𝖒𝖒𝖞

Jimmy es un hombre bastante... ¿Impulsivo?, ¿Arrogante?, ¿Sinico?, ¿Enfermo?, no sabría como definirlo de manera correcta, lo único que sé es que cuando sus manos se encuentran con las mías, toma mi mejilla con delicadeza y su mirada está fija en la mía, no puedo evitar sentir...

Un miedo agonizante.

Un miedo agonizante del que jamás podré escapar.

Mis piernas, mi cuerpo entero comienza a temblar con tan solo pensar en él y en aquella sonrisa suya, no la sonrisa que todos conocen, ni la que muestra al estar frente a la cámara. No, es una totalmente distinta, una que haría que cualquiera estremeciera. Una sonrisa que refleja la maldad pura.

Un hombre alto, fuerte, malévolo. Que siempre buscaba de mi lo peor, trataba de llenarme de deseos, deseos que sabe que solo él puede cumplir. Llenarme de lujuria y placer, uno de los pecados más grandes, ser dueño de mi cuerpo, de mi flor, de mi alma.

Sus manos, se aferran a las mías, me envuelven por completo, sin dejarme respirar. Trato de evitar más su contacto, pero me jala hasta sus brazos. Acaricia mi espalda con suavidad, las lágrimas ruedan por mi rostro mientras aún forcejeo su agarre.

Susurra en mi oído que todo estará bien si solo me dejo llevar, yo no quiero. Me niego a ser utilizada de forma tan repulsiva, pero por alguna razón no puedo soltarlo, ya casi me quedo sin aliento, tratando alejarme y al mismo tiempo aguardar en su calor.

Me despierto de golpe, mi respiración está agitada y trato de pensar con claridad. Fue un sueño.

Veo hacia mi derecha, es Nolan, quien estaba cubriéndome la cara con una almohada. Hay una expresión de asombro en su rostro al ver mis lágrimas.

— Yo.... Perdón. — Murmuró, dejando caer la almohada al suelo, luego se pasó una mano por sobre su cabello, parecía preocupado, o tal vez culpable, no lo sé, desde hace bastante tiempo que ya desconozco con quien vivo y con quienes interactuo.

— ¿Qué se supone que hacías? — Pregunté frunciendo el ceño, limpie mis lagrimas con mis manos, mi respiración ya se había regularizado.

— E-era una broma... En serio lo siento, no volverá a pasar. — Observé al camarografo detrás de él, por lo cual solté un suspiro. Era obvio, la broma ni siquiera la inventó él, solo estaba siendo obligado a hacer algo que no quería, al igual que todos aquí, al igual que yo.

— Esta bien. — Dije, sin mirarlo directamente. Me levanté de la cama y me dirigí al baño.

Ya no quiero tener que pensar en más cosas, quiero dejar de pensar en los que me hieren, dejar de pensar en mis temores.

Dejar de pensar en Jimmy.

Dejar de pensar que necesito a Jimmy.