La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabe

No Te Dejaré Entrar

POV: Meena Chatamonchai

El contrato estuvo listo más rápido de lo que hubiese imaginado. Ni siquiera habían pasado doce horas cuando mi abogado y notario se hicieron presente en mi despacho. A simple vista parecían nerviosos, como si no estuviesen seguros de lo que estaba pasando por mi cabeza en el momento que acepté aquella descabellada proposición por parte de la joven Aoom. Francamente, yo tampoco sabía muy bien el por qué accedí, sé que el hecho de hubiese una mina de diamantes sobre la mesa había llamado mi atención, pero de momento tenía una suma considerablemente jugosa de dinero a mi disposición, tan alta que podía comprar hasta la misma mina que la muchacha me ofreció si es que realmente estuviese interesada en ella, así que técnicamente no había nada que pudiese ganar en este matrimonio. Sin mucho interés leí su contenido notando que estaba todo escrito como lo había hablado con la chica, francamente sigo pensando que ella las tiene todas las de perder, pero aquellos ojos tan llenos de determinación me hicieron entender que no tenía ninguna intención de cambiar de parecer. Al asegurarme de que todo estuviese bien le hice una señal a Chai. Como era de esperarse él captó fácilmente que era lo que quería abandonando mi despacho sin antes despedirse. En espera de mi prometida volví a enfocar mi atención en el papel que estaba sosteniendo notando las miradas de mi abogado y notario fijos en mi coronilla.

-Les arrancaré los ojos si siguen viéndome- aclaré causando que ellos velozmente miraran hacia otra dirección sin antes murmurar aquel claro y patético "Lo lamento Madame".

Solté un suave suspiro leyendo punto por punto. Hasta me tomé la molestia de releerlo una y otra vez llegando a memorizar gran parte de la información que ambas habíamos acordado. En silencio comencé a mover mi pierna derecha. Tap. Tap. Tap, el sonido de mi zapato sonaba una y otra vez contra el suelo de madera. Una y otra y otra vez. Era consciente que debía estar sacando de quicio a mis acompañantes, pero en verdad, no me importaba, ¿Por qué quiere estar lejos del Marqués? me cuestioné recordando vagamente la conversación que había mantenido con la chica, ¿Acaso está tratando de ganarse mi favoritismo? pensé mordiendo el interior de mi mejilla mientras que fruncía mis cejas, ¿Por qué carajos debo protegerla? ¿Quién quiere lastimarla? ¿De qué está huyendo? y las preguntas no dejaban de bombardear mi cabeza mientras que el golpeteo de mis zapatos continuaba resonando en el silencioso lugar.

Luego de unos minutos la puerta se abrió. Bruscamente alcé mi mirada mientras que dejaba de mover mi pierna. En silencio pude observar como ingresaba Chai haciendo una suave reverencia para luego simplemente hacerse a un lado permitiendo que su acompañante ingresara. No me moví. Aturdida observé como mi prometida ingresaba con un bonito vestido verde que hacia juego con sus ojos mientras que su cabello castaño caía libremente por sus delgados hombros. No lo había notado la primera vez que la conocí, pero no era tan fea como las demás nobles que había visto en el palacio imperial. Aoom rápidamente hizo una reverencia cuando sus ojos se encontraron con los míos, yo ni siquiera me tomé la molestia de responder a su saludo, simplemente desvié la mirada enfocándome esta vez en mi abogado. Él, nervioso por el repentino silencio en el lugar le hizo una seña a la muchacha para que se acercara. Aoom de forma obediente se acercó tomando asiento en el gran sofá que se encontraba en medio del lugar.

-No, no, no puedes sentarte, ¿Dónde están tus modal...

-Cállate Park- ordené haciendo que mi abogado rápidamente guardara silencio mientras que mi prometida por instinto se había colocado de pie. En silencio le di un rápido vistazo notando lo avergonzada que se veía -Puedes sentarte- aclaré provocando que ella con calma acatara mi orden –Park- le llamé enfocando esta vez mi atención en el chico. Se me hizo fácil notar como se había sonrojado ante la manera en que yo lo increpé -Ella puede hacer lo que quiera, así que no vuelvas a faltarle el respeto.