POV: Meena Chatamonchai
A la mañana siguiente desperté como de costumbre; antes de que el sol me diera la bienvenida. En silencio tomé asiento en el borde del colchón con las sábanas enredadas alrededor de mis caderas, me moví lo justo y necesario llevando mi mano derecha hacia mi cabeza para quitar los desordenados mechones de cabello que obstruían mi visión. Rápidamente posé mis ojos en mis pies descalzos pensando seriamente el por qué me había tomado la molestia de sentarme. Estaba cansada, el cuerpo me pesaba y el sueño acariciaba maliciosamente mis hombros como el cariño de una madre, pero simplemente no podía dormir, en sí, después de que sacaba los pies de mi cama era prácticamente imposible para mí el tratar de conciliar nuevamente el sueño. No dije nada, con calma apoyé mis codos contra mis mulsos a la vez que me llevaba la misma mano que estuvo en mi cabeza hacia mis facciones. De forma perezosa me restregué las palmas sobre mi piel tratando desesperadamente de disipar mi sueño. De fondo era capaz de escuchar el suave murmullo de la lluvia, al parecer no tenía intenciones de parar o por lo menos no por esta semana. Sinceramente, era normal para mí que en el Norte las lluvias se intensificaran por semanas, por esta misma razón tuve que arreglármelas para crear canales antes de que el pueblo quedara inundado. Fue una tarea complicada que conllevó perder muchas horas de sueño, pero por lo menos había logrado tener a mi pueblo a salvo de inundaciones. Ha.... puedo sentir el aroma de la tierra mojada, pensé mientras que enderezaba mis hombros. Me quedé en mi sitio observando la puerta frente a mí.
Mantuve mis pensamientos en blancos, realmente no había estado pensando en nada con mis ojos fijos en lo que tenía frente a mí, hasta que logré recordar a la muchacha que había estado de pie a las puertas de mi casa. No es posible, pensé a la vez que, con cierta brusquedad me colocaba de pie, alejando las sábanas de mi cuerpo, mientras que podía sentir el frio propio del Norte penetrando mi piel. Con cierta curiosidad arrastré mis pies en dirección de la ventana. Al llegar simplemente estiré mi mano deslizando suavemente la cortina para ver lo que tenía frente a mí. Rápidamente amplié mis párpados, sorprendida de lo que estaba observando.
Bien... debía darle un punto por su determinación, ya que sabía que nadie se tomaría realmente la molestia en estar por más de doce horas de pie, esperando en ser recibida por mi parte, mucho menos para hablar precisamente conmigo, así que la chica tenía valor, un extraño valor que, en verdad, no sabría explicar de dónde venía. Durante unos segundos no me moví, en silencio mantuve toda mi atención en la muchacha notando como a pesar de que estaba completamente empapada, aun así, no parecía querer darse por vencida. No iba a negar el hecho de que estaba sorprendida, era la primera vez que veía a alguien tratando con tantas fuerzas el llamar mi atención. Es extraña, pensé mientras que notaba como uno de los guardias se le acercaba diciéndole algo, para luego notar cómo ella sacudía su cabeza en negación. Obviamente, desde esta distancia es imposible para mí el poder oír la conversación entre ellos dos, pero asumiré que él le estaba aconsejando que regresara a su casa. No se va a devolver luego de estar esperando por tanto tiempo, pensé sabiendo que no valdría la pena el hacerlo ante el tiempo que ya había invertido. Mi cuerpo se tensó en el momento que noté a Chai saliendo desde la entrada con un paraguas entre sus manos. ¿Es estúpido? la chica y a está empapada, pensé recordando con irritación como él también había hecho lo mismo conmigo el día que me conoció. Un tonto paraguas no arreglará las cosas, pensé a la vez que notaba como él la guiaba hacia el interior de mi hogar sin estar muy preocupado por las consecuencias que pudiesen tener sus actos. Tsk... simplemente es una chica tonta, la espantaré rápido, pensé alejándome de la ventana para ir hacia mi armario.
Si debo ser sincera, no tengo ni la menor idea si esta chica en sí era estúpida por naturaleza o realmente tenía demasiadas ganas de verme como para tomarse la molestia de pasar por esa fría lluvia. Francamente, esperaba que solo se tratase de una niña tonta que no había escuchado los rumores de mi persona, quería creer que solo tenía la idea equivocada de mí, para poder espantarla sin mayor esfuerzo. Suspiré llevando nuevamente una de mis manos hacia mi cabello, para luego, de forma tranquila comenzar a desnudarme notando el bulto entre mis piernas. Maldición, pensé mientras que agarraba mis cosas huyendo hacia el baño en un desesperado intento por que nadie notara lo que me estaba ocurriendo. Siempre me ocurría esto por las mañanas y no tenía ni la más remota idea de que tenía que hacer para dejar de sufrir estas incomodas y dolorosas situaciones. Avergonzada ingresé lo más rápido que pude en el interior del baño sintiendo mi entrepierna palpitar. Suficiente, tienes que calmarte, pedí llevando mi mano contra esa zona mientras que caminaba hacia la bañera. Ni siquiera me esperé a que se llenara, de un solo movimiento me introduje en ella sintiendo el frío golpeando mi piel expuesta. Vamos... solo relájate, pedí cerrando mis párpados mientras que sentía mi entrepierna aún palpitante. Como de costumbre, solo tuve que estar un par de minutos bajo el agua para poder calmar el desastre que tenía entre mis piernas. Al asegurarme de que todo estuviese bien, no pude evitar el suspirar de alivio a la vez que dejaba mi cabeza recostada contra el borde de la bañera, con los talones presionando contra el borde del otro extremo. La bañera no era la suficientemente grande como para cubrir por completo mi cuerpo, así que solo alcanzaba para sumergir desde mis rodillas hasta los hombros.
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La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabe
RandomElla era una mujer fría como el clima de sus tierras. No tenía emociones, y el desapego emocional era lo suficientemente grande para ser considerado un problema. Los rumores dicen que estaba maldita, era de conocimiento público que nació con una mal...