Prólogo y Capítulo 1.

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Una figura humanoide brillaba en pura luz. Su cuerpo esta cubierto de una gran túnica blanca que cubre su cuerpo, aunque eso no cambia el hecho de que su luz sigue brillando fuera.

El es Dios. El primer ser en nacer del vacío de la existencia, de la nada misma.

Dios miró a su alrededor, encontrando… Nada.

Bajó la cabeza, y levantó sus manos, sacándolas de su enorme túnica. Miró en silencio y con asombro las mismas, girando las mismas para ver el dorso y la palma.

“Hm…”

Dios movió sus piernas, y dio un paso adelante. Luego otro, y luego otro.

Caminó un poco, sorprendido por las sensaciones que sentía en su “cuerpo”.

“Wow”.

Dios siguió intentando distintos movimientos con su cuerpo. Sus brazos, piernas, cuello, dedos, todo. Luego, sintió algo recorrer su cuerpo, como si fuese… No sabía expresarlo.

Levantó su mano frente a él. Intentó mover esta sensación a su palma, y no le costó hacerlo. Lentamente, una… cosa extraña se formó sobre su palma, brillando con la misma luz de su cuerpo.

“Esto… Magia… Si”.

Dios intentó cambiar la forma redonda de esa esfera, y la transformó en algo con cuatro lados. Un cuadrado.

Una sonrisa translúcida creció en el rostro de Dios.

………

No sabía cuanto “tiempo” había pasado. Mediante su cuerpo, sintió todas las sensaciones que su cuerpo y la magia le permitían.

Sin embargo, seguía estando sólo.

Dios no sabía porque, pero esa sensación de soledad se volvía algo… Triste. Empezó a notar que a veces le faltaba algo de energía para hacer las cosas que antes hacía con muchas ganas.

Ahora, de pie en algún lugar lleno de colores iridiscentes, Dios decidió hacer algo nuevo.

La luz de su cuerpo aumentó, y en menos de unos segundos, empezó a cambiar su apariencia.

La luz empezó a apagarse poco a poco, hasta que sólo quedó Dios. En su cabeza se formó un extraño cabello de color rubio brillante en forma de pirámide. Sus ojos se volvieron azules, y su expresión solo expresaba pura tranquilidad. Su cuerpo seguía vestido con la misma túnica blanca enorme.

Ahora, Dios sonrió verdaderamente. Sus mejilla subieron, y sus labios se curvaron, y sus ojos se cerraron levemente.

Ahora crearía a las dos primeros seres después de él. Materia viva y sensible.

Lentamente cerró los ojos.

La luz volvió a salir disparada de él, iluminando todo el vacío por su intensidad y su poder. Dios sintió cada parte de él. Mente, alma y cuerpo. Todo eso lo unificó para crear a un ser vivo.

El primero empezó a formarse lentamente.

Entre toda la luz, se hizo visible un cabello plateado despeinado. Cejas, ojos cerrados, una nariz perfecta, orejas del tamaño ideal con aretes pequeños y dorados. Su mandíbula era algo cuadrada, dando un rostro más varonil, pero sumándole más atractivo.

Su cuello era ancho, y los músculos de su espalda resaltaban más lo mismo. Sus hombros eran amplios y redondos, y luego su bíceps, tríceps y antebrazo eran grandes, divinos. Sus pectorales eran grandes, y tenía un paquete de 8 abdominales. Su cintura se veía más pequeña por la forma en “V” de su cuerpo. Sus piernas eran fuertes y musculosas, de forma que no parecían descompensar el tamaño de su torso.

Naruto Lucifer: Primogénito De Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora