𝐼 𝑘𝑛𝑜𝑤 𝑦𝑜𝑢 𝑤𝑎𝑛𝑡 𝑚𝑒 || 𝐎𝐮𝐭𝐞𝐫 𝐁𝐚𝐧𝐤𝐬; 𝐉𝐉 𝐌𝐚𝐲𝐛𝐚𝐧𝐤 ✶

01'

Entonces fue en ese preciso momento donde saque la manta que tapaba la gran mentira de mi vida.

Puede ser que les resulte un tanto abrumador que comience de esta forma, así que voy a retroceder un poco en el tiempo para ponerlos en situación. Mi nombre es Ana Rodriguez, vivo en el Estado de Mexico, Yucatán junto con mi madre. Nunca en mi vida conocí a mi padre. Lo único que sé de él es que su nombre era Big John Routledge, le encantaban las aventuras y era un aficionado a los misterios, un lado que saqué de él, según mi madre.

Resulta que mi padre era de Outer Banks, lo que me llevo a investigarlo a fondo por pura curiosidad. Así que sé varias cosas acerca de la vida y los misterios que hay en el lugar. Me apasiona demasiado y, si bien mi madre no se encontraba muy de acuerdo con traer el pasado al presente, a mí no me importaba. Estábamos hablando de mi padre y, aunque no quisiera, la curiosidad por saber cómo era, dónde vivía y los misterios que investigaba me invadían.
La historia del Royal Merchant me fascinaba. Pasé meses viendo videos sobre los misterios que escondía, y al estudiar la lista de sus invitados, descubrí algo que me dejó helada: la conexión con Denmark Tanny, uno de los pasajeros que, sin duda alguna, había sobrevivido. Estaba convencida de que ese misterio tenía que ver con las investigaciones de mi padre y la gran suma de oro queso había hundido con el barco.

Unas dos semanas atrás, mi madre me preguntó si quería ir con ella de compras, que iba a ver a una vieja amiga. Al principio la idea me parecía un poco tonta, pero al escuchar que esta amiga venía de visita desde Outer Banks con su hija, la idea me pareció maravillosa.
Rose y Sarah Cameron, a primera vista se veían como personas muy superficiales, y para ser sincera, Rose le hacía honor por completo a los prejuicios. Al contrario, Sarah era más callada. Se podía ver a lo lejos que estaba obligada a estar ahí, sin embargo, había sido muy amable. Yo, claramente, aproveché la salida para preguntarle a Sarah acerca de mi padre. Ella se sorprendió al escuchar que era su hija, sin embargo no habló mucho, solo mencionó su desaparición y no se olvidó de mencionar a mi hermanastro. Al principio si me impacto, pero de alguna forma lo suponía. Mi madre no había estado tanto tiempo con mi padre. Aún así me sorprendió saber que tenía un hermano de casi mi misma edad.
Después de eso, Sarah prometió no decir nada y yo empecé a investigar aún más. No iba a decirle nada a mi madre hasta no saber exactamente lo que pasaba. Al parecer, a Sarah parecía agradarle la historia secreta de mi familia, así que casi todos los días me escribía para preguntarme qué había descubierto. Debía admitirlo, me había caído bastante bien. Además, era divertida y podía confiar en ella. En poco tiempo se había vuelto una gran amiga y estaba eternamente agradecida por toda la ayuda que me estaba brindando.

Volviendo a la actualidad, puedo decir que mis sospechas eran ciertas, mi madre tenía una caja llena de cosas de mi padre. Estaba guardada al fondo del garaje, junto con cajas llenas de frazadas. No podía creer cómo siempre estuve tan cerca de la verdad. Abrí la caja, y en su interior encontré una serie de objetos que ya imaginaba: prendas de ropa, dos gorros de pescador, algunas libretas con garabatos... pero algo más me llamó la atención. Había un mapa, gastado por el tiempo, con marcas y símbolos que no entendía del todo, pero que sentí en lo más profundo de mi ser que eran la clave de algo mucho más grande. Mientras mis manos recorrían esos papeles, pude sentir la presencia de mi padre, casi como si estuviera allí, a mi lado, esperando que desentrañara sus secretos. Mis ojos lagrimeaban mientras mis manos veían las pequeñas piezas de un enorme rompecabezas.

Recordé las veces que le preguntaba a mi madre sobre mi padre. Ella siempre decía que él estaba obsesionado con su 'tesoro'. Para ella, él era solo un hombre loco, incapaz de asumir sus responsabilidades... Pero yo, de alguna manera, lo entendía. Esa emoción, esa necesidad de encontrar algo real, algo valioso. Sentir que estas a punto de alcanzar algo tan grande, pero al mismo tiempo, tan lejano. No poder dormir por estar pensando en esos papeles. Sentirse atormentado por toda la información, yo realmente quería creer que mi padre era un buen hombre, alguien que me hubiese amado y cuidado.