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El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos de naranja y rosa, mientras Soobin miraba su alrededor con nerviosismo, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Había planeado esta tarde con mucho cuidado, cada detalle cuidadosamente pensado, cada paso planeado en su cabeza una y otra vez. Todo, desde las flores que eligió hasta el lugar especial que había encontrado, estaba diseñado para que este momento fuera perfecto.
Respiró hondo, tratando de calmar los nervios que le revoloteaban en el estómago. Sabía que era el momento adecuado, sabía que amaba a Beomgyu y quería pasar el resto de su vida con él. Y, aunque habían pasado ya varios años desde que se conocieron en la universidad, sentía que había algo emocionante y refrescante en cada día que compartían juntos. Soobin estaba listo, y hoy era el día en que daría el siguiente paso.
Soobin había elegido un lugar especial para su propuesta. Había alquilado una pequeña cabaña en una colina, rodeada de naturaleza, y desde allí se podía ver un vasto campo de flores que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Había decorado el lugar con luces cálidas que colgaban entre los árboles, creando un ambiente romántico e íntimo. Y, por supuesto, había preparado una cena casera, llena de sus platillos favoritos. Sabía que Beomgyu apreciaría los detalles, especialmente el esfuerzo que había puesto en cada pequeña cosa.
Justo antes de la hora acordada, Soobin revisó su bolsillo, asegurándose de que el anillo estuviera seguro. Era un anillo simple, pero significativo, uno que había elegido con mucho cuidado, con un pequeño grabado en el interior que decía: "Eres mi hogar". Porque eso era lo que Beomgyu era para él, su hogar.
Cuando escuchó el sonido del auto de Beomgyu, su corazón comenzó a latir más rápido. Respiró hondo una última vez y se preparó para recibirlo. Vio cómo Beomgyu bajaba del auto, con una sonrisa radiante en su rostro al ver las decoraciones y el lugar.
"¡Soobin! ¿Qué es todo esto?" preguntó Beomgyu, sus ojos brillando de emoción mientras miraba alrededor, maravillado por el esfuerzo que Soobin había puesto en cada detalle.
Soobin se acercó y le tomó las manos, sonriendo suavemente. "Quería sorprenderte. Hoy es un día especial, y quería hacer algo especial por ti."
Beomgyu lo miró con una mezcla de sorpresa y alegría. "¿Un día especial? ¿Es nuestro aniversario o algo y se me olvidó?"
Soobin soltó una pequeña risa y negó con la cabeza. "No, no es nuestro aniversario… pero creo que es un día que recordarás."
Llevaron la cena hacia una mesa en medio del campo de flores, donde se sentaron bajo el cielo estrellado. Entre bocados y risas, compartieron recuerdos de sus primeros años juntos, de sus citas torpes en la universidad, de los momentos en que apenas podían mirarse sin ponerse nerviosos.
"¿Recuerdas cuando me enseñaste a hacer galletas?" dijo Beomgyu entre risas. "Creo que terminamos cubiertos de harina más que las galletas mismas."
Soobin se rió, recordando también aquel desastre. "Claro, pero después te convertiste en mi mejor asistente en la cocina. Siempre quise tener a alguien con quien cocinar, y tú… bueno, tú haces que todo sea más divertido."
Beomgyu sonrió y le dio un apretón suave en la mano. "Tú también haces todo mejor, Soobin. Sabes que estar contigo es lo mejor que me ha pasado, ¿verdad?"
Soobin sintió una calidez en su pecho al escuchar esas palabras. Era justo lo que necesitaba para armarse de valor. Terminada la cena, ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad y la belleza del lugar. Soobin miró a Beomgyu, con el corazón acelerado, y decidió que era el momento adecuado.
"Beomgyu," comenzó, llamando su atención. "Hay algo que he querido decirte desde hace tiempo."
Beomgyu lo miró, curioso. "¿Qué pasa, Soobin? ¿Te sientes bien?"
Soobin sonrió suavemente y se levantó de su asiento. Sacó el pequeño estuche del bolsillo y, con una mirada llena de amor, se arrodilló frente a él. Beomgyu se llevó las manos a la boca, claramente sorprendido.
"Soobin…" susurró, sus ojos brillando.
"Beomgyu," comenzó Soobin, con la voz temblorosa pero sincera. "Desde que te conocí, has sido una luz en mi vida. Me enseñaste lo que significa amar sin reservas, a encontrar alegría en las cosas simples, y me diste un hogar en tu corazón. Te amo más de lo que podría poner en palabras, y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, riendo, soñando y creando recuerdos juntos."
Beomgyu tenía los ojos llenos de lágrimas mientras escuchaba cada palabra, su sonrisa amplia y brillante.
Soobin abrió el estuche, revelando el anillo. "Beomgyu, ¿quieres casarte conmigo? ¿Quieres hacer de este amor algo eterno y caminar conmigo, donde quiera que nos lleve la vida?"
Beomgyu no dudó ni un segundo. Saltó hacia adelante, abrazando a Soobin con fuerza, y asintió con la cabeza. "¡Sí, sí, y mil veces sí! ¡Quiero casarme contigo, Soobin!"
Ambos rieron y lloraron mientras se abrazaban, sin soltar el uno al otro, sintiendo cómo ese momento se convertía en un recuerdo eterno. Después de unos minutos, Soobin le deslizó el anillo en el dedo, y ambos se miraron, con el brillo de la felicidad reflejado en sus ojos.
"Gracias por hacerme tan feliz, Beomgyu," susurró Soobin, acariciando su rostro.
Beomgyu le tomó la mano, entrelazando sus dedos. "Gracias a ti por ser el mejor compañero de vida que podría pedir."
Con el cielo estrellado como testigo y el campo de flores como escenario, Soobin y Beomgyu sellaron su promesa de amor eterno con un beso, sabiendo que este era solo el comienzo de una nueva aventura juntos.
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@ʷʰʸᶜᶜᵃᵐⁱ
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desde cero, hasta siempre | Soogyu
Fanfictiondos jóvenes que se encuentran en la universidad y enfrentan los miedos y las inseguridades de ser una pareja en un mundo lleno de expectativas. A lo largo de su relación, luchan por aceptar su amor en público, mientras enfrentan desafíos que ponen a...