Capitulo 4

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Caleb recordaba cuando conoció a Nina.

Una blanca loca, de la peor clase... rica

No sabia demasiado de su vida. Era común escuchar de Logan Roy, a veces oír de sus hijos, y en ocasiones especiales se veía a su nieta en revistas de sociedad. Como la primera nieta de Logan Roy su nacimiento fue escudriñado a gran detalle; si bien nadie sabia quien era la madre, no fue difícil leer entre lineas que había sido un desliz, que los Roy habían asegurado la paternidad con pruebas de ADN, y que la publicación de un articulo sobre Connor Roy presentando a su recién nacida había sido su manera de salvar cara y exaltar "cuan" feliz estaba la familia por la llegada del nuevo miembro.

Después poco se supo sobre Nina hasta los doce años.

En el momento que se le capto cercana all magnate de medios Logan Roy su nombre tomó cierta relevancia; aunque escasas las veces que los fotografiaban, había una imagen en particular que se esparció como pólvora de una joven Nina levantándose en puntas para susurrar algo en el oido de Logan Roy, quien para sorpresas de mucho sonreía por lo que su nieta hablaba a su oido.

Si le preguntaban a Caleb pensaba que había sido una gran toma orquestada por su equipo de relaciones. Seguro, en alguna medida debía querer a su nieta, pero alguien como Logan Roy no lucia como un hombre de familia.

¿Y como diablos alguien como Caleb había conocido a Nina?

Los Roy eran de la elite, Caleb era de la escoria.

En una mejor vida Caleb habría sido una historia de éxito. Un boxeador innato con una madre enferma y dos hermanos pequeños que cuidar, pero que con talento y arduo trabajo logro que su nombre creciera, hasta que su nombre brillo con otros grandes nombres del boxeo... un sueño derrumbado tan pronto se le encontró en una escena comprometedora con su sparring, quien no tardo en mentir que Caleb lo extorsiono con excluirlo del gimnasio si no hacia "pequeños" favores ¿Como podría haberse negado a la estrella en ascenso?

En otra circunstancia el tema habría sido cubierto, pero para su infortunio el rumor se esparció a otros gimnasios, y pronto fue echado. No importo cuantas puertas tocara, su carrera estaba arruinada, tal vez podrían haber perdonado el abuso ¿Pero ser gay? inimaginable. Había tal vez solo un sujeto en ser abiertamente homosexual en el boxeo, pero solo salió del closet con una carrera construida y hecha, Caleb no tenia nada.

Con dolor abandono el boxeo, y con aun más pesar tuvo que tomar trabajos mal pagados de limpieza para sostener a su familia. Pero su sueldo no era comparable a lo que había comenzado a ganar en el ring, las deudas comenzaban a inundarlo, su madre fue movida a un hospital aún peor; de la clase a la que ibas a morir, y Caleb no sabia como ser padre para sus hermanos sin tener que ausentarse por horas para rascar hasta el ultimo centavo y lograr que la comida durara a fin de mes.

Estaba en el infierno. No era solo el dinero lo que se iba entre sus dedos, sino su familia. Sus hermanos no lo decían, pero le culpaban en silencio por ser así, por perder un futuro prometedor por su naturaleza.

Y no podía juzgarlos, porque el también se odiaba.

Si su familia no dependiera de la migajas que recogía tal vez se habría tirado de algún puente.

Apunto de ser echados de su departamento finalmente el diablo toco a su puerta. Era alta para una mujer blanca, aunque su cabeza solo llegaba al hombro de Caleb.

Aquella extraña arqueo una ceja a Caleb como si fuera el intruso en aquel lugar.

—¿Quien carajos eres?

—Caleb Davis —nombro sin responder su pregunta— hablemos.

—Estoy ocupado, largate —ordeno tajante.

Nina RoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora