Comenzando la Aventura

0 0 0
                                    

Después de mi primer viaje a la velocidad de la luz, aún podías sentir la adrenalina recorriendo tu cuerpo. Bart, con su típica actitud despreocupada, observaba tu expresión con una sonrisa satisfecha.

“Entonces… ¿qué te gustaría hacer ahora?” preguntó él, sacudiéndose el polvo de sus pantalones. “No conozco mucho de este lugar, pero estoy dispuesto a explorar.”

Levante la vista, sintiendo que tu día, que había empezado de lo más ordinario, había tomado un giro completamente inesperado. La ciudad a tu alrededor parecía la misma de siempre, pero con Bart a tu lado, todo tenía una nueva perspectiva.

“Bueno,” comenzaste, dudando un poco. “Hay un montón de cosas que podríamos hacer, pero… ¿qué tal si exploramos la ciudad? Te puedo mostrar algunos de mis lugares favoritos, y tú me cuentas más de tus aventuras como Impulse.”

Los ojos de Bart brillaron. “¡Eso suena perfecto! Una especie de tour guiado… aunque te advierto, puede que quiera correr a cada sitio.” Guiñó un ojo con picardía, y tú reíste, sintiendo que, de algún modo, ambos compartían la misma energía.

La primera parada fue un mirador en las afueras de la ciudad, un lugar donde solías ir para relajarte y desconectar del mundo. Bart observó el paisaje con una expresión de asombro mientras ambos se sentaban en una roca.

“Sabes,” dijo, mirando el horizonte, “a veces, con tanta velocidad, olvido lo que es detenerse a apreciar el momento. Es fácil perder de vista lo bonito de las cosas simples.”

“¿Te pasa seguido?” le pregunte intrigado por su respuesta.

Bart asintió, cruzando los brazos sobre sus rodillas. “Sí, supongo. Ser un velocista es increíble, pero siempre estoy saltando de un problema a otro. Es como si nunca tuviera tiempo para detenerme. Pero hoy… hoy me siento tranquilo.”

Lo mire por un momento, admirando la profundidad que sus palabras contenían. Habías esperado que Bart fuera puro entusiasmo y acción, pero su comentario revelaba algo más profundo, un deseo de encontrar equilibrio.

“Bueno, entonces hoy será un día de descanso. Ninguna misión, ningún problema que resolver… solo tú y yo explorando el mundo a un ritmo normal.” Le sonreíste, y Bart te devolvió la sonrisa, agradecido.

A medida que el sol comenzaba a bajar, siguieron paseando juntos. Te sorprendía lo rápido que habías conectado con él. Bart compartió historias de sus viajes en el tiempo, las personas que había conocido, y las lecciones que había aprendido en sus aventuras. Te habló de su abuelo, Barry Allen, y de cómo le inspiraba a ser un héroe digno de llevar el legado de Flash.

“Él siempre decía que ser un héroe no es solo tener poderes, sino saber usarlos para hacer el bien,” dijo Bart, con una mezcla de orgullo y respeto. “Aunque a veces meto la pata… trato de honrarlo.”

Le diste una palmada en el hombro, dándole ánimos. “Estoy seguro de que estás haciendo un gran trabajo. Eres joven, aún tienes mucho tiempo para aprender y crecer.”

Bart sonrió, y luego, con un brillo juguetón en los ojos, te lanzó una mirada que conocías bien: estaba tramando algo.

“¿Qué pasa?” preguntaste, riendo ante su expresión traviesa.

“Bueno,” comenzó él, “¿te animas a una carrera? Digamos, desde aquí hasta ese edificio allá.” Señaló un rascacielos al otro lado de la ciudad, y tu risa se volvió un poco nerviosa.

“¿Una carrera? Bart, ¿te has visto en el espejo? Eres el velocista, no tengo ninguna oportunidad,” protestaste, aunque en el fondo, la idea sonaba divertida.

“Ah, venga, será solo por diversión,” insistió, dándote un suave empujón. “Prometo que iré lento. Y además, ¿no quieres ver si tienes lo que se necesita para correr al lado de un velocista?” Su sonrisa pícara era difícil de rechazar, y al final, aceptaste.

Ambos se posicionaron, y Bart comenzó la cuenta regresiva. “Tres… dos… uno… ¡ya!”

Corriste lo más rápido que pudiste, y aunque sabías que Bart estaba yendo a un ritmo extremadamente lento a propósito, disfrutaste cada segundo. El viento golpeaba tu rostro, y la sensación de libertad era indescriptible. Bart se mantenía a tu lado, riendo y dándote ánimos.

Cuando finalmente llegaron al edificio, ambos se detuvieron, riendo y jadeando, aunque Bart, claramente, ni siquiera se había cansado.

“Admito que eres rápido, pero necesitarás entrenar mucho más para igualarme,” bromeó, guiñándote un ojo.

“Claro, claro,” respondiste, riendo. “Pero espera y verás. Algún día te sorprenderé.”

La noche comenzó a caer, y mientras ambos observaban las estrellas en el cielo oscuro, Bart rompió el silencio con una pregunta que te tomó por sorpresa.

“¿Crees que sería posible que yo pudiera quedarme aquí… contigo? Solo por un tiempo,” dijo, sin su usual tono despreocupado.

La pregunta te conmovió. Sabías que el tiempo y la velocidad eran su esencia, que Bart estaba siempre en movimiento. Pero ahora, parecía querer algo más… algo más humano.

“Claro,” le respondiste, con una sonrisa. “Me encantaría que te quedaras. Tenemos todo el tiempo del mundo.”

Bart me miró, y en ese momento, ambos comprendieron que esta no era solo una aventura pasajera. Era el inicio de algo especial, una conexión que transcendía realidades y tiempos.

💖💖💖⚡⚡⚡A Toda Velocidad (Bart Allen X T/n)⚡⚡⚡💖💖💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora