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El arrepentimiento no traería ninguna solución. Taehyung lo sabía, pero eso no evitaba que lo sintiera a más no poder. Sus ojos se mantienen cerrados, mientras los sollozos era lo único que se escuchaba en aquel reducido cuarto. Prisión.

Si tan solo le hubiera advertido a Yoongi desde que había visto aquella silueta extraña esa vez en la universidad, quizá hubieran tenido tiempo de huir o hacer algo, pero no, decidió no decirle nada para no asustarlo o volverlo más paranoico. Luego, cuando su casa fue invadida por aquellos alienígenas, supo que era muy tarde. Fue amenazado toscamente para guardar las apariencias en cuanto llegara Yoongi. Al momento de querer buscar una última solución, y decirle a Yoongi que huya por lo bajo, no lo logró.

En su interior sabe que quiso ayudar a su amigo, pero algo lo atormentaba diciéndole que tenía parte de culpa, y que era un traidor. Quizá hasta Yoongi lo estaba pensando.

Con sus piernas recogidas y arrimado en una esquina de aquella jaula, Taehyung seguía sollozando. No había nada que le hiciera pensar que aún quedaba un rayo de esperanza o salvación. La frase "estamos perdidos" se repetía como mala grabación. Ya no estaba en la tierra, sino en otro mundo donde no eran nada.

¿Así se habrá sentido Yoongi aquella vez que vino a parar aquí? Se preguntó angustiado.

El resto de pensamientos quedaron en la nada, cuando escuchó unos pasos acercarse y abrir la reja de aquella prisión. Abrió sus ojos en alerta, poniéndose de pie.

Un hombre y una mujer, altos y con cuerpos fornidos entraron. Taehyung tragó grueso. Jamás podría contra ellos.

- Vendrá con nosotros. - le avisó la mujer. Resignado, agachó la cabeza, dejándose agarrar las manos por detrás con aquellas pesadas esposas táctiles.

Sin poder poner objeción, tuvo que seguir el paso con aquellas personas, mirando de reojo lo que lo rodeaba y por donde iban.

Al salir de aquel largo y casi oscuro pasillo, siguió por otro, pero está vez más iluminado, ancho y decorado con extrañas pinturas en las paredes doradas.

Águilas. Eso eran.

Siguieron un largo caminar por algunos minutos. La ansiedad e intriga le carcomian a Taehyung. No tenía una sola idea de que iba a pasar, sumándole la angustia de que no sabía sobre su amigo. Algo le decía que no estaba encerrado en el mismo lugar que él.

El lugar a donde llegaron no tenía nada que ver con el ambiente de aquella prisión. Era una especie de explanada/jardín. Una intemperie en medio de una fila de balcones, decorados con plantas y reliquias que se veían costosas y finas.

¿Donde estaba? ¿En aquel palacio que tanto le describió Yoongi? ¿El palacio de Jim Parksen?.

Cuando se iban aproximando más al centro, pudo contemplar que ya no eran solo el hombre, la mujer, y él. No. Había una fila de más de esos serios y altos hombres, además de personas vestidas con una extraña especie de uniforme, hombres y mujeres, todos con la cabeza gacha. Al otro lado estaba aquel hombre que lo sacó de esa nave para llevarlo a la prisión, junto con...con... Taehyung se quedó anonadado. Hombres y mujeres tenían en sus manos correas, sujetas en el cuello de personas, como si fueran animales.

¿Qué era todo esto? ¿Por qué estaban allí? ¿Qué iba a suceder? No tenía idea de nada, pero algo le decía que no era nada bueno, y más por el hecho de que estaba esposado en medio de esas personas bien firmes, y nadie se inmutaba, como si...como si esto fuera algo normal.

De imprevisto, sus rodillas fueron pateadas por la parte de atrás, obligándolo a caer de rodillas al suelo, quedando así. Los hombres retrocedieron unos pasos, dejándolo casi en el centro. De reojo miraba a los que lo rodeaban, con mucha vergüenza. Se sentía humillado y como si fuera un criminal que merecía está clase de trato.
Mordió su labio inferior evitando soltar un sollozo, aunque no pudo contener su silencioso llanto.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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El terrícola de Lord Parksen (Planeta Senha) **JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora