El terrícola de Lord Parksen (Planeta Senha) **JIMSU

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Jim siempre se consideró una persona responsable con sus cargos y concentrada cuando se trataba de dirigir reuniones, aceptar o negar peticiones, o cualquier otro asunto serio, pero en ese momento aquello era imposible.

En su mente solo estaba "Min Yoongi", y mas aún, sabiendo que en unos minutos su LevsPark llegaría al puerto, con él.

Cuando recibió el aviso de que lo habían encontrado y capturado, olvidó todo lo que estaba haciendo o tenía que hacer, para solo concentrarse en la llegada del terrícola.

Ahora, estaba parado en el ala privada del puerto, lugar donde aterrizaría su nave. Su mano izquierda se movía ansiosa, haciendo sonar las joyas que la adornaban.

NamRe lo veía de reojo, suspirando. Había decidido acompañarlo, según él para evitar que cediera a sus impulsos. Pero no habría nadie que pudiera detenerlo al momento de tener otra vez a Yoongi frente a él.

- Jim, por favor ten paciencia con él, si, es verdad que cometió un gran delito al escapar, pero... - NamRe negó. - ...sigue siendo un simple humano, no tiene el aguante necesario para...

- Ya basta NamRe. Sé todo eso, pero al fin de cuentas solo yo decidiré lo que haré con él.

NamRe bufó resignado. Nadie podría hacer cambiar de opinión a Jim. Después de todo, durante ese año y más, muchos intentaron hacer que olvidara a ese terrícola, pero fue imposible.

Cualquier otro pensamiento quedó en la nada, cuando la LevsPark estuvo a la vista, y poco a poco tocó el suelo del puerto.

Jim dejó de mover sus dedos, haciendo puño su mano. Esperó unos segundos, cuando la nave apagó, para poder acercarse.

La primera puerta se abrió, dando paso al capitán y demás tripulantes.

- Buenas noches mi señor - saludó el capitán con una leve venia - la nave está totalmente ilesa. Puede entrar.

Jim le devolvió la venia. El capitán se marchó, dando paso a Jim para seguir el camino al interior de la nave. NamRe suspiró, siguiéndolo.

Al llegar al interior, caminó a paso apresurado hacia una de las primeras salas, encontrándose con los hombres a los cuales les había dado la orden de no regresar hasta encontrar a Yoongi.

- Mi señor - todos saludaron con una venia. El líder de aquel grupo, habló - Su orden fue cumplida al pie de la letra. Su matir está en el aposento dos, el otro terrícola está encerrado en el camarote de rejas.

- Muy bien hecho, gracias por su buen trabajo, uno de mis asistentes hablara con usted para su recompensa, pueden retirarse.

Los tres asintieron, retirándose. Jim se quedó estático y en silencio unos segundos.

- Jim... - lo que sea que iba a decirle NamRe no le importaba.

- Encárgate del otro terrícola, que sea llevado a los calabozos del palacio. - NamRe asintió, no podía negarse. Independientemente de que Jim era su amigo, seguía siendo su superior y debía obedecer sus órdenes.

- Como desees. - NamRe hizo una venia, y fue hacia los camarotes de rejas.

Jim soltó el aire que presionaba su pecho, y sin esperar más continuó, hasta llegar al aposento dos.

Detrás de aquella puerta se encontraba el humano que lo había atormentado durante todo este tiempo por su ausencia. El terrícola que se había apoderado de su mente, martirizandolo con el recuerdo de su voz, el toque de su piel, el sabor de sus labios, todo su ser...

Apretando sus labios, Jim se dió paso, escaneando su ojo como permiso, y esta desapareció. Siguiendo el camino al interior, vió a Yoongi.

El humano se encontraba acostado en una cama, inconciente. Sus muñecas estaban presas por encima de su vientre, con unas gruesas esposas táctiles. Jim se terminó de acercar a él, quedando a su lado.