Era un día común en el hospital. El sol estaba escondido, dando indicios de una posible lluvia en la hermosa ciudad de Seúl, oscureciendo las ventanas del centro médico, al igual que el moderno consultorio del Dr. Jeon Jungkook, cardiólogo de renombre. Había comenzado su jornada temprano, revisando los informes de pacientes que había atendido durante la semana. Su enfoque era meticuloso, como siempre. De hecho, a veces sus colegas bromeaban diciendo que tenía el pulso más firme de todo el hospital, no solo por su habilidad para realizar intervenciones complejas, sino también por su capacidad para mantenerse calmado bajo cualquier circunstancia._
La mañana transcurría con relativa calma. Jungkook había realizado un par de consultas rutinarias, algunas revisiones de electrocardiogramas, y dado seguimiento a un paciente que había sufrido un infarto menor semanas atrás. Aunque su trabajo le exigía estar constantemente alerta, se sentía tranquilo, rodeado de los ecos de las máquinas y la rutina médica que le era tan familiar._
Pero esa tranquilidad estaba a punto de quebrarse._
Eran las 5:30 p.m. cuando la enfermera entró apresurada al consultorio, con una expresión preocupada en su rostro._
_—Doctor Jeon, hay una paciente en la sala de emergencias. Ha llegado en estado crítico, y su ritmo cardíaco está descontrolado. Los médicos de guardia no logran estabilizarla, y necesitan su ayuda urgente._
Jungkook asintió sin perder un segundo, como siempre hacía cuando la situación lo requería. Sin decir una palabra, se levantó de su silla, recogió rápidamente su bata blanca y salió del consultorio._
Al llegar a la sala de emergencias, la escena era tensa. Un equipo de médicos intentaba mantener a la paciente conectada a los monitores, pero su estado seguía deteriorándose rápidamente. Era una mujer de unos treinta años, de complexión media, con el rostro pálido y los ojos cerrados. A simple vista, su respiración era débil y entrecortada, lo que indicaba que su corazón no estaba funcionando con la eficacia que debía._
Jungkook se acercó rápidamente al equipo, reconociendo la gravedad de la situación. A pesar de que había visto innumerables emergencias a lo largo de su carrera, algo en esta mujer le causaba una sensación de urgencia más profunda. Tal vez era la fragilidad de su cuerpo, la palidez en su rostro, o tal vez la rapidez con la que había llegado en tan mal estado._
_—¿Qué sabemos de ella? —preguntó Jungkook con voz firme, pero cargada de concentración._
_—Nada claro —respondió el doctor a cargo—. Solo que llegó en estado de shock. Su frecuencia cardíaca es muy alta y no sabemos si hay algún problema subyacente._
Jungkook se acercó a la paciente y comenzó a examinarla detenidamente. Mientras lo hacía, pudo notar algunos signos sutiles que indicaban que había algo más en su condición que un simple colapso cardíaco. El ritmo de su corazón era errático, casi incontrolable, y su piel tenía un tinte azulado, lo que indicaba una falta de oxigenación adecuada._
—Iniciaré una terapia de desfibrilación controlada —dijo Jungkook, y en cuestión de segundos, el equipo comenzó a preparar el equipo necesario._
El silencio en la sala de emergencias era absoluto. Cada movimiento de Jungkook era preciso, y la atmósfera se cargaba con la tensión de un momento crítico. Cuando la máquina estuvo lista, él se inclinó sobre la paciente, y con una voz baja pero decidida, dio la orden.
—Desfibrilar, ahora.
Un fuerte chispazo recorrió el aire, y el cuerpo de la mujer dio un pequeño sobresalto. Los monitores comenzaron a emitir una señal estable, pero aún era demasiado pronto para cantar victoria.
Jungkook volvió a revisar los parámetros y, con una rapidez y destreza que solo alguien con años de experiencia podría tener, ajustó las dosis necesarias de medicamentos para estabilizar su ritmo cardíaco. Sus manos movían las jeringas y frascos con una precisión casi mecánica, como si todo a su alrededor se desvaneciera en un segundo plano.
Tras varios minutos de intenso trabajo, la mujer finalmente comenzó a mostrar signos de mejoría. Su respiración se hizo más regular, y el color en su rostro comenzó a regresar. Jungkook no dejó de observarla ni un segundo, asegurándose de que la recuperación fuera completa.
—Está estabilizada —dijo el médico de guardia, con un suspiro de alivio—. Gracias a su intervención, Dr. Jeon.
El mencionado asintió, aunque no mostraba signos de relajarse. Había sido una intervención crítica, pero sabía que lo peor aún podía estar por llegar. El trabajo en emergencias nunca era tan simple como parecía.
Al cabo de unos minutos, la paciente comenzó a recuperar la consciencia. Sus ojos se abrieron lentamente, y una débil mirada encontró la del médico.
—¿Cómo se siente? —preguntó él, con voz suave, mientras se inclinaba hacia ella.
_La mujer intentó hablar, pero su voz apenas fue un susurro.
—¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?
Jungkook le explicó rápidamente lo sucedido, asegurándose de que entendiera que su vida había estado en peligro. Luego, pidió a las enfermeras que la llevaran a una unidad de cuidados intensivos para seguir monitorizando su estado.
Antes de irse, Jungkook la miró una última vez. Sabía que aún había mucho por descubrir sobre su estado de salud, pero algo en su mirada le decía que ella había pasado por algo más profundo que un simple problema cardíaco. Algo que estaba más allá de la medicina.
Con el rostro impasible, pero con la mente aún trabajando a mil por hora, Jungkook se retiró de la sala. Una vez más, la rutina médica lo esperaba, pero esa mujer, su rostro y su fragilidad, se quedarían con él en su memoria por mucho tiempo.
Espero que les guste el primer Capítulo
No olviden dar una ⭐ y comentar las leo.
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HEARTBEAT
FanficJungkook siempre había entendido la medicina como una ciencia, una disciplina de lógica y razón. Cada diagnóstico, cada tratamiento, seguía un protocolo preciso, un camino claro que conducía a la sanación. Pero cuando conoció a Diana, una paciente q...