El reloj marcaba las 7:30 p.m. cuando Jungkook salió de la sala de emergencias tras un largo día. Estaba agotado, pero el trabajo nunca cesaba. Aún tenía un par de informes pendientes y llamadas que atender, pero su mente seguía volviendo a aquella paciente. La mujer de ojos cansados y piel pálida. Recordaba la fragilidad con la que había llegado, y cómo casi había perdido la vida. ¿Qué la había llevado a ese estado tan crítico? ¿Había sido solo un problema cardiaco, o había algo más detrás?.
Antes de dirigirse a su oficina, pasó por la Unidad de Cuidados Intensivos donde la mujer estaba ahora, monitoreada constantemente. El equipo había hecho un buen trabajo estabilizándola, pero aún no estaba fuera de peligro. Jungkook había dejado instrucciones claras: monitorearla cada hora y no bajar la guardia.
Al entrar a la UCI, se acercó a la cama donde la paciente descansaba. Ella parecía más tranquila, aunque todavía estaba conectada a varios monitores. Su respiración, aunque aún débil, ya era más regular, y su rostro, aunque pálido, ya mostraba señales de recuperación.
Y ese fue el momento en que el médico se percató de los rasgos físicos de la paciente. Notó que por supuesto ella no era de Corea, mucho menos era asiática. Esos ojos grandes y penetrantes, pero sobretodo cansados, coloreados de un miel, ese cabello castaño claro y sus cejas pobladas. Era más que obvio que venía de occidente.
La mujer, al percatarse de la presencia de Jungkook, enfocó su vista lentamente hacia él. Sus ojos, aunque aún algo nublados por los efectos de los medicamentos, lo reconocieron al instante.
—Usted… —dijo en un susurro, su voz rasposa por el esfuerzo, leyendo en su bata— ¿Doctor Jeon?.
—Soy yo —respondió él con suavidad, tomando asiento junto a su cama. Su rostro mostraba la profesionalidad acostumbrada, pero en su mirada había una curiosidad que no podía ocultar— ¿Cómo te sientes?.
Ella cerró los ojos un momento antes de responder, como si pensara en sus palabras.
—Un poco mareada, pero… mejor. Gracias por salvarme —dijo, con una mezcla de gratitud y desconcierto en su voz.
Jungkook asintió, pero algo en su tono le hizo saber que había más de lo que ella no estaba diciendo.
—¿Sabes qué sucedió? —preguntó, cuidadosamente, mientras revisaba los datos en la pantalla que mostraban el ritmo cardíaco de la mujer— Tienes que estar bajo observación. Es posible que haya más de lo que parece.
La mujer trató de incorporarse un poco, aunque la fatiga parecía invadirla.
—No estoy segura —dijo, con la mirada baja, evitándole los ojos por un momento— He estado sintiéndome débil últimamente, pero nunca imaginé que terminaría así… No sé si fue solo mi corazón.
Jungkook la observó por un segundo más antes de hablar con cautela.
—¿Qué tipo de problemas has tenido antes? —preguntó, en un tono que no sonaba acusador, sino genuinamente interesado.
La paciente lo miró ahora, como si luchara con su propia incertidumbre. Parecía tener algo en mente, algo que la mantenía en silencio. Jungkook entendió que no sería tan sencillo obtener respuestas. La condición de la mujer era inusual, y no solo en términos de la cardiopatía que había mostrado, sino por la manera en que parecía evadir las preguntas directas.
—Tal vez… —comenzó ella, y respiró hondo antes de continuar— Tal vez fue el estrés. Últimamente las cosas han sido difíciles en mi vida… tal vez no he estado cuidándome lo suficiente.
Jungkook se inclinó ligeramente hacia adelante, sintiendo que había más en esas palabras, pero decidió no presionar demasiado. Sabía que cada paciente llevaba consigo una historia que no siempre se contaba en la primera conversación.
—El estrés puede tener un impacto muy serio en la salud cardiovascular —comentó, manteniendo su tono profesional—Pero si necesitas hablar de algo, no dudes en decírmelo. Estás en buenas manos aquí.
La mujer lo miró unos segundos antes de responder, su rostro mostrando una mezcla de emociones.
—¿Está seguro de eso? —preguntó, como si intentara evaluar su sinceridad— ¿De que estoy en buenas manos?
Jungkook sonrió, intentando transmitirle calma.
—Lo estoy —respondió con confianza— La medicina no solo trata corazones. También trata mentes y almas. Aquí no solo te vamos a cuidar de lo físico, sino también de lo que necesites para sanar.
Ella no respondió de inmediato, pero sus ojos parecían reflejar algo de alivio. La mujer parecía relajarse poco a poco, aunque aún había algo en su mirada que no podía descifrar.
—Me llamo Diana por cierto. Diana Gil—dijo de repente, como si al hacerlo pudiera dar un paso hacia su propio proceso de sanación.
Con esa respuesta el médico llegó a la conclusión de que la mujer podría ser hispana, pero gracias a su acento supo que vendría de Latinoamerica.
—Un placer conocerte, Diana. Soy Jungkook. Estoy aquí para ayudarte —respondió él, con una sonrisa cálida.
Diana asintió, pero sus ojos seguían buscando respuestas, como si quisiera confiar, pero algo la retenía. Había una vulnerabilidad en su comportamiento que Jungkook no pudo evitar notar, algo que le decía que su historia no terminaba en esa sala de hospital.
A medida que la conversación avanzaba, Jungkook pudo percatarse de pequeños detalles en sus respuestas. Diana hablaba poco de su vida antes del colapso, le contó que estaba iniciando sus treintas, venía desde muy lejos, específicamente de México, contó que trabajaba en la cede de Big Hit en aquel país como diseñadora exclusiva de todos los artistas pero que tuvo que ir a Corea para poder prepararse, y estar lista para obtener un puesto más alto en su país de origen, en parte haciendo comprender al médico la causa de tanto estrés, pero sus gestos indicaban que había algo más profundo en su lucha interna.
¿Qué la había llevado a un estado tan extremo? ¿Y por qué la vida parecía haberse apoderado de ella con tanta violencia?
Jungkook, a pesar de ser un profesional de la salud, no pudo evitar sentir que había algo personal en este caso. Quizás la respuesta a la debilidad de Diana no sólo estaba en su corazón, sino también en los rincones más oscuros de su mente.
El encuentro que marcaría el comienzo de algo más. Sólo que ninguno de los dos lo sabía.
La historia de Jungkook y Diana apenas comenzaba. Había algo en ella que lo había impactado de una manera que no podía explicar, y aunque sabía que su trabajo era salvar vidas, también intuía que, quizás, necesitaba salvar algo más en esta mujer, algo que ni ella misma sabía cómo encontrar.
Y por supuesto había algo en él que Diana no podría ignorar incluso si su vida se basara en trabajar día y noche, arduamente para conseguir sus metas, para poder regresar a su hogar. Jeon Jungkook sería tan difícil de ignorar.
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HEARTBEAT
FanfictionJungkook siempre había entendido la medicina como una ciencia, una disciplina de lógica y razón. Cada diagnóstico, cada tratamiento, seguía un protocolo preciso, un camino claro que conducía a la sanación. Pero cuando conoció a Diana, una paciente q...