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era tarde ya, 7:34 a.m, recién había salido Fabiana de su casa. pero todo por verla.

-si llego-decía ella.

y si llego, tarde pero seguro.

apenas entro a su salón, no fue con muchas ganas que digamos, esperaba ver a su profesora favorita, osea la de matemáticas.

pero hoy no le tocaba, al menos no a la primera hora.

-¿Porque para ver a la profesora Cornejo tengo que venir? ni siquiera la veo a la primera hora-se quejo Fabiana, sentada al lado de su amiga Nikeylla.

-que-respondió la última mencionada.

-no, nada, olvídalo.

y así estuvo con esa cara Fabiana, hasta las (no me acuerdo el horario de la profe) 9:00 a.m

-por fin...-murmura Fabiana.

la profesora de matemáticas había entrado al salón, con la mirada espesa de todos los presentes en el aula, descontando a Fabiana, quien mantenia su sonrisa.

-muy buenos dias estudiantes..-dijo la profesora apenas dejó sus cosas en el escritorio. busco en todo el salón y la encontró-veo que si vino la señorita Arnao.

-¿Eh? si, profe..-susurró Fabiana.

-me alegro.

Fabiana no pudo evitar sonreír, sabía que Diana era así. frente a los demás sabía fingir, pero cuando estaban solas, era un amor de persona.

y de eso se había enamorado Fabiana.

las clases de matemáticas ya había comenzado hace un buen rato, y aunque Arnao no entendía absolutamente, trataba de tener toda su atención puesta en su profesora, más no en lo que explicaba.

y apenas el timbre de recreo sonó, la amiga de Fabiana ya le exigía salir del salón para pasear por todo el colegio. cositas que hacian a diario.

pero Arnao ya tenia otros planes, q no podrían arruinarlos nadie.

-Lo siento muchisisisimo, ve tú sola. tengo algo que hacer pero, después te busco oki?-le dijo a su amiga la cual solo asintió y se retiro del salón.

antes de que la profesora salga, volteo a darle una mirada a Arnao, la cual entendió a la perfección.

Fabiana espero pacientemente unos 3 minutos, para pararse de su asiento y dirigirse a la biblioteca, un lugar que no muchas personas usaban.

sabía que pasaría ahí, y con más razón iba.

apenas entro, estaba un poco muy silencioso y oscuro, busco entre los lugares para encontrarla.

-llegaste, linda-la voz de diana era imposible que fabiana no la pueda reconocer. solo sonrio.

-si, claro. te necesito.

-tan linda-la mano de Diana descanso en el cuello de Fabiana, y ambas sabían que significaba eso.

Diana se acerco de apoco, pero la necesidad de Fabiana hizo que la distancia entre ambas ya no exista. sus narices chocaban y sus respiraciones compartían movimientos.

-te extrañe no sabes cuanto..

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