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Haruko sintió que su brazo se fracturaba.

El poder del oso era proporcional a su tamaño. No había salido volando gracias a los años de entrenamiento con Jiraiya. 

El oso trató de articular algunas palabras, pero solo le escupió saliva a Haruko. El oso estaba enojado, no era difícil de saber.

El semi-humano arremetía con fuerza y rapidez, que si se distrajera, aunque sea solo un poco, terminaría sin una extremidad o muerto.

Haruko seguía el ritmo, se agachaba, esquivaba y evitaba bloquear los golpes. Pero no encontraba ni una sola abertura. A pesar de los movimientos bruscos del oso, se movía como un maestro en Taijutsu.

Y, a duras penas alcanzó a esquivar un golpe que pasó rozando su cabeza. En algún punto se dió cuenta que se habían alejado de todos.

Un destello de un claro de agua lo distrajo un poco, pero con esto tuvo. Un golpe, que le destrozó la nariz, había impactado en su rostro. Y lo mandó a volar, hasta dar con un árbol.

“Te aplastaré”, gritó el oso con voz torpe. “Por grillo”.

Haruko respiro entrecortadamente, sin entender nada, en un rápido movimiento de manos, formó sellos. 

Katon: Gokakyu no Jutsu”.

La bola de fuego, de un tamaño considerable, fue contra el oso, quien solo retrajo sus brazos, y de un fuerte aplauso, envió una onda de chakra que detuvo la bola, y la deshizo.

“¿Por qué estás tan enojado?”, preguntó Haruko tratando de ganar tiempo.

El oso se detuvo, parpadeo varias veces, y después frunció el ceño.

“Grillo”, fue lo único que salió de su boca.

“No conozco a ningún grillo”, espeto con desconcierto 

“Orochimaru-sama dijo”, reveló trabándose en sus palabras. “Tu hermano”.

“¿Mi hermano?”, dijo al recordar lo que Orochimaru había dicho. “¿Naruto?”.

El oso soltó un grito gutural, y le lanzó un golpe poderoso, pero torpe. Al cual no le costó esquivarlo, y alejarse rápidamente. Haruko observó como el árbol donde anteriormente estaba recargado, se redujo a pedazos.

“Su brazo debe estar roto”, pensó Haruko. Y, aunque sus pensamientos se desviaron en Naruto, y en qué había hecho para enojar a esa persona. Rápidamente se alejó de esos pensamientos, pues el oso volvió a lanzarse hacia él.

Era más fácil seguirle el ritmo, sus golpes eran más descuidados, y noto una abertura, que no tendría que dejar pasar.

Rassengan”.

La técnica estrella del cuarto hokage brillo con intensidad. La esfera de chakra no tardó mucho en formarse, y sin perder tiempo, lo estrelló contra el hombro del oso.

Y, al confiarse por el ataque, no vio venir el golpe que le dió de lleno en el pecho.

XxXxXxX 

Yue no se dió tiempo de prender un cigarro, y eso la molesto.

La mujer pantera era rápida, de eso no había duda. Ya se había llevado varios cortes al no poder esquivarlos a tiempo. 

“Eres muy bonita”, ronroneó la pantera, y se clavó una de sus garras a la cara, que todavía goteaba de su sangre, y las lamió. “Y muy saludable”.

Yue la miró fijamente.

“Beberé tu sangre, tal vez eso me rejuvenece".

“Necesitarás más que mi sangre para quitarte lo vieja”.

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