“¡¿El..?!”
Kenzo sintió que la lengua se le trababa, y las palabras se atascaron en la garganta. La mujer de aspecto cetrino comenzó a retorcerse, y su piel se empezó a derretir como la cera.
A su lado, Riku, estaba pasándola peor que él. La intención asesina que desprendía aquella persona era terrorífica. Algo parecido a una lengua salió de lo que parecía la boca, y en un movimiento serpentino, terminó de arrancar lo que más tarde entendió, era piel.
“¿Orochimaru…?”, susurro a su lado Riku, el sudor se le acumulaba en la frente. Y no hacía falta una buena vista para ver qué sus piernas temblaban.
“¡Kenzo, Riku!”, la voz de Yue se sintió como alguien articulando voces bajo el agua. Estaban entumidos. Yue quiso dar un paso al frente, para hacer reaccionar a sus compañeros, pero su propio cuerpo no seguía sus instrucciones.
Haruko apenas asimilaba a quien tenía enfrente. Uno de los Sannin, candidato a hokage, y alguien que ni quisiera Jiraiya había podido matar. Pero no se preocupo, tenía varios trucos bajo la manga.
“Vaya… Vaya…”, dijo con una voz enfermiza. “¿Qué es lo que tenemos aquí?”.
Todos se estremecieron ante la mirada del Sannin serpiente. Orochimaru se detuvo un momento para mirar a cada uno a los ojos, y se deleitó con el pánico.
“Makoto, y Surime Uchiha…”, dijo con una media sonrisa. “Los descendientes directos del mismo Uchiha Madara”, los mencionando se quedaron callados. “El hijo de Namikaze Minato”, solo se tomó un segundo en él, y después pasó a Yue. “Y la nieta de Hanzo de la Salamandra”.
“¿Qué?”, Haruko respiro conmocionado.
“¿Cómo es que sabes eso?”, murmuró Yue.
“¿Crees que no tendría vigilada a la descendencia del hombre que casi me mato?”, preguntó con obviedad, y los volvió a observar. “Tranquilos, aunque me gustaría probar su fuerza, no voy a pelear con ustedes”.
Esas palabras valieron un poco de esperanza para todos, y más de un pudo respirar.
“Mis subordinados lo harán por mí”, dijo. “Y cada uno de ellos tiene por lo menos el nivel de un Jounin”.
“¿Tus subordinados?”, dijo Haruko con el ceño fruncido. “Qué tú entraras es comprensible, pero que también estará más gente…”.
“Cuando eres un ex-shinobi de élite te sabes muchos trucos”, reveló, y para el terror de los demás comenzó a hacer sellos de manos. Unos que tanto Haruko como Yue conocían a la perfección.
“¡Ese es…!”, comentó Haruko.
“Kuchiyose no Jutsu”.
Orochimaru golpe la palma de su mano contra el suelo, y después de una nube de humo seguido de una pequeña onda expansiva, se podían escuchar varios traqueteos.
El gruñido de un oso, el rugido de una pantera, y un poderoso aleteo llamaron su atención.
“¿Puedo aplastarlos a todos, Orochimaru-sama?”.
La nube se disipó y dejó ver a un hombre peludo, grande y gordo. Su cara parecía estar tallada a golpes, y chapada de moretones. Su boca era demasiado pequeña para sus grandes colmillos, los cuales algunos le habían atravesado las mejillas.
“No sé si soy más rápida que tú”, contestó la voz de una mujer. La cual su voz no combinaba nada con su apariencia. Tenía el pelo negro y enmarañado. Su piel era negra como la noche, y unos ojos felices brillaban con intensidad.

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𝙼𝙾𝙽𝚂𝚃𝙴𝚁 𝙳𝙾𝙽'𝚃 𝙲𝚁𝚈 || 𝙴𝚇𝙰́𝙼𝙴𝙽𝙴𝚂 𝙲𝙷𝚄𝙽𝙸𝙽
Fiksi Penggemar⚠️¡𝙎𝙋𝙊𝙄𝙇𝙀𝙍𝙎!⚠️ Está historia es un '¿que pasaría si?' de mi propio fanfic 'MONSTER DON'T CRY. Antes de leer esto, te recomiendo leer primero el fanfic. Cuando Hiruzen recibe la confirmación de las cuatro grandes aldeas para los exámenes chun...