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¡Vete!”.

Las palabras están tan teñidas de odio, que itachi casi da un paso hacia atrás. Él esperaba esto o más. Sabía que simplemente no podía regresar y decirle a su hermana que sus muertes habían sido una farsa y esperar que ella estuviera bien con eso.

Una parte de él, así lo espera. Desea que todo vuelva a ser como antes.  

“Kiyomi…”

Sus palabras se ven interrumpidas por la mirada que le dirige, aun con el sharingan puede ver la ofensa en sus ojos, como si decir su nombre no estuviera en su derecho. Y, tal vez tenga razón

“¿Se están burlando de mí?”, ella dice, su voz quebrada hace un nudo en su garante del heredero Uchiha. 

El no sabe cómo proceder, se hace un silencio incómodo, al menos para él. Las disculpas no se forman en su boca, no sabe si por el nudo o por que no se estaría disculpando del todo. 

“Era necesario”

Es el único consuelo que puede ofrecer. Una verdad, una terrible y, dura verdad. Durante varios años de su adolescencia se debatió el mismo, mientras las relaciones de los Uchihas con la aldea, se debilitaban, el buscaba una solución. 

Su clan es demasiado orgulloso, y él sabe que no aceptarían admitir un error. Jamás se disculparian y, nunca aceptarían disculpas a menos que el Hokage se lo suplicara de rodillas.

Es estupido, lo sabe, pero así son los Uchihas, todos lo saben. Incluso sus padres, así que no sabe por que le dan tanta insistencia a querer reconciliarse con kiyomi, sabe que ella los odia. Y sabe que jamás los perdonaría.

“¿Era necesario fingir sus muertes? ¿Era necesario hacerme creer que tú los mataste? ¿Era necesario dejarme sola? ¿Todo eso era necesario o solo no admiten que todo su plan fue una estupidez?”

Ella no le da tiempo de responder, solo da la vuelta y se pierde entre los grandes bosques detrás del complejo Uchiha. Itachi está decidido en seguirla y persuadir, aunque eso no lleve a ningún lado. Lo hace por sus padres, por su clan y, sobre todo, por su conciencia. 

El da un paso, pero una voz lo detiene. 

“No creo que sea buena idea”.

Lo toma por sorpresa, y solo tarda un segundo en recuperarse. Su postura es relajada, pero lista para atacar. Su vista no tarda en dar con lo quien lo interrumpió. 

Su sharingan se activó de inmediato al notar la máscara blanca. La máscara no tiene ninguna forma de animal, o un color. Solo es blanca. La porcelana debe de reflejar los sentimientos de quien las ponen, la mayoría de los Anbu toman un animal, algo que los identifique, algo que los haga humanos.

Los Root no son humanos, no del todo. 

Cuando a una persona le arrebatas las emociones, han perdido la mitad de lo que los vuelve humano; el alma. 

Itachi no sabe por que esta molesto, si porque danzo mantenga vigilada a su hermana, o porque no se dio cuenta de la persona que estaba vigilando. 

Está más alerta que en otras ocasiones, por varias razones: 1) El Root está sentado sobre una rama del árbol 2) Está balanceando las piernas 3)No parece ser mayor que su hermana. 

Pero lo que más le intriga es saber por qué él está vigilando a su hermana, esperaría que un escuadrón Anbu estuviese a cargo de ello, y más con su llegada. Pero no, solo un niño, uno que parece mantener sus emociones aun estando en Root.

“Esto es un asunto entre clan”, dice, sacando una vieja regla entre clanes, una que, por supuesto, este no debería de rechazar. “Como heredero del clan Uchiha, te ordeno que te retires de los asuntos internos de un clan”. 

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