07. Beso suave

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Un paso al frente, ambos tan pegados que sus respiraciones se podrían mezclar sin problema, el silencio reinaba mientras se miraban a los ojos en espera de que el otro dijese algo.

Haruchiyo no era idiota, podía notar cuando Muto lo observada indiscretamnete al cambiarse o cuando se sonrojaba por tenerlo muy cerca, le parecía divertido la actitud de Yasuhiro y hasta cierto punto le gustaba verlo nervioso.

No sabía que sentía por él, todo era nuevo en realidad, jamás supo que era amar ni ser amado, ¿cómo saber eso cuando su madre lo repudiaba y su padre lo despreciaba? Yasuhiro fue la primera persona que se acercó a él sin miedo, quien se quedó a su lado pese a sus adicciones.

Quizás por eso sentía paz al estar junto al grandote.

《Eres lindo》 Muto estaba rojo cual tomate, ni siquiera podría decir esas palabras sin sentir pena y optó por hacerlo en lengua de señas, se sentía ansioso pero feliz.

Haruchiyo sonrió.

—Ca.pi.tán— habló suavemente con esa sonrisa traviesa en sus labios —¿Acaso tienes un fetiche con la lencería femenina?— bromeó.

Muto no contestó, solo desvió la mirada apenado e intentó pensar en una excusa, relamió sus labios y después de un rato miró a Haruchiyo nuevamente. Se inclinó un poco para estar al nivel se Haruchiyo mientras que Haruchiyo se puso de puntitas y colocó sus manos en el pecho de Yasuhiro para mantener el equilibrio.

Todo se sentía tan casual, como si ambos supieran que debía suceder y no parecía querer alejarse; Muto se acercó lentamente al pálido rostro y colocó su mano detrás de la oreja de Haruchiyo para notar que el menor no usaba su aparato auditivo.

—Si pudieras oír como suena mi corazón en estos momentos, seguro te burlarias— aseguro con una sonrisa para luego pasar lentamente sus dedos por el mentón del más bajó.

Haruchiyo sonrió, no dijo nada, no hizo nada, solamente sonrió.

Eso fue suficiente para Muto, esa era una extraña respuesta a su vaga confesión, pensó que eso era lo que necesitaba y se acercó aún más. Tan cerca que podía sentir el cálido aliento de Haruchiyo, tan cerca que su cuerpo temblaba nervioso, tan cerca que parecía irreal, tan cerca que cerró sus ojos en espera de que sus labios tocaran los de Haruchiyo.

Tan cerca y tan lejos a la vez.

—¡Oye!, ¡¿Qué hacen?!, ¡Yo quiero ver una película con Haruchiyo!

El grito de Rindou y los golpes que el pequeño daba a la puerta hicieron que todo se fuera al diablo, Yasuhiro dio un paso atrás asustado y solo pudo maldecir a su pequeño primo.

Haruchiyo solo lo observó confundido pero al ver como Yasuhiro abría la puerta y un pequeño y enojado Rindou entraba a la habitación comprendió todo.

—¿Qué quieres? Estabamos ocupados— se quejó Yasuhiro, había perdido su oportunidad por culpa de ese niño mimado.

Rindou le mostró la lengua y corrió hacia Haruchiyo para abrazarlo de las piernas cual niño pequeño, luego levantó la mirada e hizo ojitos de cachorro.

—Haru, quiero ver una película pero tengo miedo de los monstruos— mintió, porque la realidad es que sólo quería estar con Haruchiyo —¿Podrías verla conmigo?

Haru miró disimuladamente a Yasuhiro, notando lo rojo que estaba el más alto, observó nuevamente a Rindou y sonrió amablemente.

—Claro, suena divertido— contestó mientras acariciaba la mejilla del niño.

Morirò da ReDonde viven las historias. Descúbrelo ahora