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Sergio no se consideraba una persona famosa.

De hecho su ultima campaña había sido una de las mas prestigiosas que había hecho. Tag Heuer se había contactado con su agencia donde especificaba que quería modelos que se vieran adultos, nadie con apariencia de adolescente ni nada eso, y Sergio siendo uno de los mayores fue enviado.

Su carrera como modelo había pasado sin pena ni gloria, era medianamente famoso en Mexico por ser parte de campañas de un tequila llamado El Patrón que estaba resurgiendo, la marca de avena Granvita y apareciendo esporádicamente en algunas propagandas de Claro y Telmex.

Por lo que cuando abordo un avión rumbo a Mónaco, el realmente no pensó que toda su vida cambiaria.

Checo conoció a Max en un exclusivo bar de Mónaco durante ese viaje. Acaba de terminar de rodar el comercial, y después de un largo día frente a las cámaras, los modelos que lo acompañaban habían decidido ir a un bar y el por querer aprovechar ese tiempo, decidió acompañarlos.

El bar era el tipo de lugar al que acudían personas influyentes, celebridades y otros, así que no le sorprendió ver a personas muy famosas.

La primera vez que se cruzaron, Checo apenas le prestó atención. Estaba cansado y más interesado en disfrutar de su bebida en paz. Lo que no supo Checo fue que Max si se fijo en el, pensando si acercarse o no, así que como primer movimiento le envio un trago de cortesía.

Sergio lo recibió confundido y cuando el camarero señalo a Max, el solo agradeció con gesto, ese fue su ultimo trago esa noche porque al rato se retiro del bar porque al otro día volvería a grabar.

Pero el destino, o tal vez solo el pequeño mundo en el que vivían, hizo que sus caminos se volvieran a cruzar una segunda vez, en el misma bar, solo unas noches después.

Esa vez, Max dió el primer paso más decidido, acercándose con una sonrisa que tenía un toque de arrogancia, esa típica seguridad que Checo solía asociar en personas más jóvenes.

— ¿No te me escaparas esta vez?— dijo Max, con una sonrisa encantadora, mientras se sentaba junto a Checo en la barra.

Checo levantó la vista, reconociéndolo al instante, y asintió con una ligera sonrisa. — Lo siento, al otro día me tuve que retirar temprano, tu disculpa.

Max se rio, su risa era ligera y despreocupada. — Te perdono, si eso significa que puedo invitarte otro trago.

Checo, aunque un poco sorprendido por la audacia de Max, aceptó el ofrecimiento. — No suelo rechazar un buen trago.

La noche transcurrió entre charlas y risas. Max se mostró encantador, usando su inteligencia y su humor para seducir a Checo de manera sutil pero efectiva. Hablaron sobre todo y nada a la vez, como suele pasar cuando dos personas sienten una atracción mutua pero intentan mantener la conversación en un nivel superficial.

Hasta que llego el tema el cual a Sergio casi no le gusta hablar; sobre el.

— ¿No eres de por aquí verdad?, tienes un acento un poco marcado — Max pregunto con genuina curiosidad.

Negó suavemente con su cabeza— No, soy de Mexico, estoy aquí de paso rodando un comercial.

— ¿Eres modelo? — Sergio asintió ante la pregunta — Vaya, tiene sentido, eres muy guapo para ser un simple oficinista.

Sergio se rio, todo sonrojado por lo dicho por Max.

— Si bueno, no soy tan famoso, es mi primer trabajo grande.

— Bueno otros se lo pierden, seguro con este anuncio te vuelves famoso.

Y Sergio lo esperaba, ya se había colocado un ultimátum, si no resurgía este año, se retiraría oficialmente y exploraría otros caminos.

Linda Vida - Con lindos bebés [CHESTAPPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora