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El sonido del tono de su teléfono hizo que despertara de su ensoñación, sacándole así quejas mañaneras. En la pantalla logró visualizar la llamada entrante de un número desconocido, así que luego de volver a quejarse decidió responder.

— ¿Hola?

Buenos días, señorita Kim. Llamamos para notificarle que la paciente Danielle Marsh ya no se encuentra en nuestra localidad.

Eso pareció despertar más a la mayor, quien se levantó de golpe ante la sola mención de la menor. — ¿Ya no está? ¿Qué quiere decir?

— Revisamos las cámaras de seguridad y al parecer la paciente se escapó al rededor de la media noche. — Informó la enfermera. — Contamos con un buen sistema de seguridad, pero encontramos una ventana rota en su sala. Lo más probable es que se haya escabullido por ahí.

¿Escabullirse? ¿Romper una ventana? ¿Acaso era una completa idiota? ¿En qué diablos estaba pensando?

— ¡Voy para allá! — Avisó antes de lavarse lo más rápido posible y salir de su hogar.

— Como ya les había indicado anteriormente, la presentación se pospondrá hasta el próximo Lunes y tendrán que realizarlo en parejas o grupos pequeños

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— Como ya les había indicado anteriormente, la presentación se pospondrá hasta el próximo Lunes y tendrán que realizarlo en parejas o grupos pequeños. — En ese preciso instante, el timbre se hizo escuchar anunciando así el final de la última clase del día. — Pónganse de acuerdo entre ustedes. Se evaluarán sus conocimientos y compromiso, así como también su material de apoyo y comportamiento. La nota será más alta de lo que creen.

Todos en el salón de clases comenzaron a salir, incluido también el maestro. Segundos después permanecían en la sala únicamente dos personas. Una pelinegra guardándo sus útiles sin apuro alguno, y una castaña perdida en el mundo de los sueños.

Cuando Hanni terminó de ordenar todo volteó hacia su compañera de asiento quién había estado durmiendo casi toda la clase. No es que no hubiera dormido nada en casa o sufriera de insomnio, simplemente se le hacía aburrida la clase de Historia y las siestas sobre la dura madera de su mesa eran de cierta manera
demasiado cómodas.

Hanni soltó un suspiro cansado y usó su dedo para tocar el hombro de la menor. — Hae... — Llamó, y como por arte de magia, Haerin abrió los ojos. Frunció el ceño confundida, pero al voltear y no ver nadie más que ellas supo que las clases ya habían terminado. Se levantó junto con sus cosas y se dirigió a la puerta. A punto de salir, Hanni la jaló de la muñeca deteniendo su paso.

— Tenemos una presentación juntas. Puedes ir a mi casa para que veam-

— No quiero trabajar contigo.— Dijo con un tono frío y tosco, ese mismo tono usado por su madre. — Buscaré otra compañera.

— ¡Vamos, Haerin! ¡No me hagas esto! — Chilló la mayor y Yu sabía que se vendría una gran escena. — ¡Han pasado tres semanas desde lo de Giselle! ¡¿Cuánto tiempo más actuarás así conmigo?! — Comenzó a jalar ahora sus mangas y el costado de su camisa para llamar su atención.

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⏰ Última actualización: Nov 11 ⏰

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