Todo había pasado muy rápido, la explosión de los focos, ver un cambio en el color de sus ojos de negro a grises, un escuadrón de personas con una rama como arma, un secuestro por esas mismas personas y ahora: estaba en una especie de ¿Juzgado?, siendo acusada de hacer magia en frente de un ¿Mogl?.
–Si no coopera, me veré en la necesidad de ordenar que se le suministre veritaserum –avisó aquel desagradable anciano.
–¡Ya les dije que no soy una bruja! ¿Qué es esto? ¿La santa inquisición?.
Una mirada acusadora de parte de los ancianos y algunos adultos, se posaron en ella como si le fueran a hacer un agujero en el cráneo. –Bien, como se niega a siquiera aceptar que es una bruja, traigan el veritaserum.
Una señora se acercó a ella con un frasco y lo que parecía agua, –¡No! ¡No puedo consumir nada que mi papá no haya autorizado antes! –gritó con miedo.
Los adultos hicieron caso omiso a las exclamaciones de la adolescente hasta que las manos de la señora intentaron abrir su boca a la fuerza y de pronto, paró en seco, acompañado de un silencio sepulcral.
Confundida, se fijó en un mechón de su pelo que caía sobre su hombro y no era negro si no de un fuerte fucsia. –¿Qué? ¿Qué le pasa a mi cabello? –preguntó, sintiendo que se le movía el piso.
El silencio fue interrumpido por uno de esas raras personas que habían invadido su casa, un hombre adulto de cabello negro y ojos plata. –¿Su señoría, no considera que sería mejor traer al padre? quizás él sepa algo que la niña no –No sabía porque pero ese aroma a roble y cuero hacía que las ganas de llorar disminuyeran.
El anciano dudoso, aceptó y la puerta se abrió, dando paso a su papá claramente enojado, –¡No sé quienes sean pero me da igual! ¡Exijo que nos dejen salir, ahora mismo!.
–¡Papá! –exclamó Shirley.
–No te preocupes cariño, papá nos sacará de aquí –dijo ansiosamente mientras veía su cabello en un tono lila.
–Así usted sea su padre, no puede educarla en el mundo muggle, tiene que estar en una escuela mágica y dada su condición tan rara de metamorfomaga, puedo recomendar algunas.
–¿Qué? ella no es una bruja, su cabello y ojos cambian ocasionalmente de color debido a sus emociones pero soy dueño de una farmacéutica, ya lo estoy investigando.
Las miradas confundidas no se hicieron de esperar y el anciano volvió a hablar –¿Alguien más a parte de usted sabe sobre la condición de la señorita Shirley Prince?.
–¡No puedo revelar eso! Es confidencial.
El viejo estaba a punto de volver a hablar cuando el mismo hombre de antes interrumpió, –Quizás ellos no saben sobre la magia, el padre es un beta muggle y no hay registros sobre la madre –Siendo reprendido por otro hombre que llevaba un uniforme similar pero con lentes.
–Imposible, la niña ya tiene 13 años, debieron rechazar su carta de Hogwarts hace 2 años.
–Mis cartas son filtradas, solo me llegan las que son de suma importancia –aclaró Severus Prince.
–Hogwarts es una de las escuelas más prestigiosas y seguras, definitivamente esa carta es de suma importancia.
–Mi hija tiene una institutriz, estudia en casa por lo que no me di el tiempo para investigar sobre colegios.
–No va a encontrarlo en el mundo muggle.
–¿Mogl?.
–No mágico –Aclaró el de ojos grises.
–La magia no existe, son trucos visuales.
El anciano golpeó la plataforma de su mazo con el mismo y dictaminó –Se desestima el caso por la falta de información, un auror les explicará todo –No tuvieron que esperar mucho para que el mismo alfa de pelo oscuro, se ofreciera a sí mismo.
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En el despacho del ¿auror? Sirius Black, su papá no dejaba de ver atentamente al alfa y viceversa. Habían estado mirándose fijamente al menos por un minuto entero cuando al fin su padre encontró lo que parecía buscar.
–¡Eres tú! –lo acusó nerviosamente.
–¿Soy yo? –preguntó el contrario confundido.
–¡El hombre que conocí en el bar el día de mi cumpleaños!
–¡Eres tú! Te estuve buscando durante el siguiente mes para repetirlo.
–¡Claro que no iba a estar en un bar! ¡Todo el primer mes estuve mareado como para ir y embriagarme!
–¿Mareado? ¿Estás enfermo? –preguntó Black asustado.
–¿Enfermo? ¡Estaba en cinta!.
–¿Qué? –Sirius sintió que la sangre abandonaba su rostro.
–¡Me dejaste en cinta pedazo de!
–¿Me concebiste bajo los efectos del alcohol? –A pesar de que su piel era pálida, se sentía aún más pálida, cómo si eso fuera posible.
–Soy papá...
–Espera ¿eso significa que tu eres mi mamá? ¡Dijiste que mi mamá había muerto durante el parto! ¡Aparte, eres un beta! –Quizás se iba a desmayar.
–Es un omega recesivo –corrigió el alfa, de hecho, específicamente el alfa dominante.
–¿Eres un omega recesivo? –preguntó la chica para ver como su ¿papá? ¿mamá? caía desplomado.
–¡Severus! –exclamó el adulto mientras se levantaba de su silla.
–Mi papá es mi mamá y no es un beta sino un omega recesivo –murmuró la chica mientras intentaba mantenerse en pie.
🍒: Estoy viva.
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