Estaban en el callejón Diagon por una razón: Cherry había querido más libros sobre pociones y de paso sobre todas las asignaturas que tenía que aprender, mientras que Severus había accedido con tal de que su hija le dirigiera la palabra.
Así que ahí estaban, vestidos con ropa normal para fingir ser una familia normal paseando en un día normal.
La chica se había rehusado a salir sin lentes de sol debido a que sus ojos seguían de un brillante color gris y no sabía cómo cambiarlo. Sirius iba como su guardaespaldas/guía turístico y no como el papá de esa linda familia (según Severus) pero estaba feliz, podía ver a su cachorra observar todo con emoción y curiosidad.
–¿Sirius? –Sonó una voz que desgraciadamente recordaba de su infancia.
Los tres voltearon y se encontraron con la imponente y elegante figura de una mujer rubia con ojos grises, vestida con un elegante vestido azul. Shirley justo se había quitado los lentes para leer el título de un libro por lo que no se hizo de esperar que la mirada de la adulta se detuviera en sus ojos.
–Tiene los ojos de la familia Black... –Fue lo único que dijo.
–¡Narcissa! ¿O debería llamarte Madame Malfoy? –preguntó el animago con pesar; su hermano tenía el puesto de Lord Black así que a veces su familia se daba el gusto de denigrarlo.
–¿Por qué esa niña tiene los ojos grises?
–Porque es metamorfomaga –respondió sin gracia, obteniendo una mirada extraña de su hija, no sabía que era pero hacía que su estómago se encogiera.
La mujer lo escaneo con la mirada y se fue sin decir ni una palabra; después de eso el día había sido raro, Shirley seguía emocionada pero también seguía con esa mirada.
Aprovechó que la chica estaba mirando un par de lechuzas y se acercó a preguntarle al Prince mayor –¿Qué le pasa?
–Le repetiste durante un mes que eras su padre y cuando alguien te preguntó mencionaste eso de ser meta... no sé qué.
–Pero esa era la respuesta, sus ojos son negros y han estado grises por nuestra convivencia –La única "respuesta" que obtuvo fue el omega apretando los labios como si no quisiera decir algo.
–Severus, no puedes seguir ocultando cosas, no voy a desaparecer... al menos no de nuevo, ni voluntariamente.
–¿Y si lo haces? No quiero que ella se encariñe y te vayas o peor, te quedes por obligación –Para cualquiera que no conociera su aroma, no podría notarlo pero una vez que lo hacían, podían notar incluso los cambios más pequeños... como en ese momento, un espeso aroma de vainilla y manzana.
Lo tomó de la mano y lo vio a los ojos directamente –No me iré a menos de que ustedes me lo pidan.
Severus desvió la mirada hacia su hija, viéndola observar un perro de dos colas, suspiró y cedió –Ella al nacer tenía los ojos grises pero a cuando me miraba a mi... sus ojos se volvían negros; fue por eso que terminé siendo jefe en una farmacéutica, creí que... sería alguna especie de enfermedad. No quería que ella fuera un sujeto de pruebas así que no se lo dije a nadie, me mudé de ciudad con tal de que nadie lo supiera... y así seguí por años hasta que logré escalar lo suficiente en la empresa donde trabajaba y pude encontrar una casa lo suficientemente grande como para que ella no se aburriera de las mismas 4 paredes.
–¿Ella lo sabe?.
–Cuando está enojada o triste, sus ojos se vuelven plateados pero casi nunca lo nota.
–O sea que en realidad es a ti a quien copia por convivencia.
El omega suspiró y bajó la mirada, quizás era dolor o vergüenza. –¿Puedo dar el comunicado de que es mi hija? –preguntó Sirius nerviosamente.
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¿Metamorfomaga?
Fanfiction¿Un juicio en Wizengamot que podría cambiar en una familia y un soltero?